domingo, 28 de diciembre de 2008

Quiero un gatito

Un sábado a la mañana, hace casi 9 años caminábamos con Sergio por la avenida Cabildo cuando pasamos frente a una veterinaria, la cual en vidriera tenia una jaula con gatitos siameses, le pedí que entráramos y los gatitos vinieron a jugar conmigo mientras los miraba. Sacaban las patitas por las rendijas de la jaula como para tocarme y me maullaban. Pregunté el precio, 180 pesos.

Salimos y yo le decía incesantemente a Sergio, "quiero gatito, quiero gatito". Sergio me sacó cagando. Odiaba a los gatos. Uno lo había arañado de chico y desde ahí les tenía aprehensión. Yo no cedí, todos los días le decía "gatito, gatito, gatito". Así lo tuve por dos meses hasta que un día, viene y me dice: "Bueno, tengo una sorpresa... ya está en este mundo, pero falta un tiempo hasta que venga a casa"

Yo me imaginaba que era el gatito, pero por mantener la sorpresa, seguí con mi muletilla diaria de "gatito, gatito"

Resulta que Sergio pasó ese día por una veterinaria de Villa Crespo saliendo de cobrar de una librería, y vio un cartel que ofrecía gatitos siameses. Preguntó y lo enviaron a un departamento a dos cuadras de allí. Entró y se encontró con papa y mama siamés y 7 "ratitas" de dos días de nacidos, los cuales ni pelo tenían. Reservó uno para retirarlo a los 45 días y esa tarde me dio la noticia a medias.

Un viernes a la noche de agosto lo fue a buscar; al entrar en el departamento donde lo había reservado se vio rodeado por 9 gatos, los padres y los 7 gatitos. Sergio por poco se escapa de ahí con las manos vacías, pero no, eligió uno y lo trajo en una cajita de 15 x 10 decorada, con un moño y una tarjeta. Machito le había pedido, pues me habían dicho que las hembras, cuando entran en celo eran insoportables. Cuando lo saque de la caja era tan chiquito, no media 15 centímetros y lloraba el pobrecito. Le vi esos ojos azules profundos, y pensé tiene los ojos azules como Sinatra. Frank lo bauticé en el acto.

Sergio impuso sus reglas. Que no durmiera con nosotros y que ni siquiera se suba a la cama.

Le armamos su habitat en la cocina, la cucha, las piedritas, le dejamos la leche y el alimento y nos fuimos a dormir. Al cerrar la puerta de la habitación lo sentíamos llorar. Esa noche durmió afuera.

A la mañana siguiente lo encontré dormido acurrucadito en el sillón del living, nos seguía a todos lados y Sergio se encariño con él. A la noche, al acostarnos, nuevo llanto. Sergio se levantó, buscó la cucha, la metió en la habitación, puso a Frank en él y le dijo "dormí aca, pero en la cucha".

Diez minutos después de apagar la luz sentíamos la uñitas de Frank escalando el acolchado. Se subió, nos ronroneo, y Sergio le dio la bienvenida tapándolo con una frazadita de mano. Desde esa noche no durmió en otro lugar que no sea a nuestros pies.

Es verdad lo que dicen, las personas no saben apreciar lo cariñoso que es un gato hasta que no tienen uno.

Psicosis en vivo

Hace muchos años tuvimos una amiga que estaba muy apegada a nosotros. Claudia venía todos los fines de semana, anque algún día de semana después de trabajar.

Ella aducía problemas para dormir, y se empastillaba de lo lindo. Era bastante posesiva con nostros y celosa de nuestros otros amigos, siempre le encontraba algún pero a la gente nueva que conocíamos e invitábamos.

Una noche de sábado, eramos como 10 personas en casa, Claudia obviamente estaba. Pusimos una peli y nos quedamos viendo televisión, era una película romántica. Al terminar, mientras comentábamos la película, que tenía un final feliz y tomábamos café, Claudia se despachó con que ella no veía su vida proyectada de esa forma, que ella estaba hoy cerca de la felicidad al estar a nuestro lado, que ella nos adoraba, que Sergio y yo eramos su verdadera familia, rematando con que ella sería feliz viviendo toda su vida con nosotros, aunque fuese en el rol de mucama!

Obvio que todos le contestaron que no podía pensar así y plantear su felicidad a través de ser parte de la vida de otros, que ella debía forjarse su propia vida, formar pareja, tener hijos, en síntesis, se le aconsejó que hiciera un cambio de vida. Su respuesta fue ponerse muy nerviosa, se sirvió un vaso con agua y se mando 2 o 3 pastillitas.

A la media hora estaba que se caía de sueño. Para no tener que llevarla en esa condición a su departamento, le recomendamos que se acostara en la habitación de huéspedes y se quedara a dormir. Obviamente, después de esto, el resto de invitados se despidió y cada cual se fue por su rumbo.

Sergio, los gatos y yo nos acostamos en nuestra habitación. A la hora de haberme quedado dormido me despierto con una sensación de angustia. Lo miro a Sergio y veo que también estaba despierto. Le dije que había tenido una pesadilla, en la cual Claudia se aparecía en nuestra habitación con un cuchillo de cocina y nos apuñalaba como Norman Bates en Psicosis, la había soñado subiendo las escaleras con el cuchillo en la mano y con la música de psicosis.




Sergio me miró muy preocupado, y me dijo: "Yo tuve la misma pesadilla"
Cagamos! pensé

Bajamos sigilosamente a la cocina, recolectamos en un bolso todos los cuchillos a la vista y de los cajones, además de tijeras y cualquier otro instrumento punzo cortante, volvimos a la habitación y cerramos la puerta con llave, medida totalmente inútil, pues nuestra casa es tipo loft, con un gran ventanal en la habitación que da a un descanso de la escalera y que en ese tiempo no tenía vidrio. Prometimos colocar ahí un vidrio como primera medida el lunes siguiente, si llegábamos con vida y no conseguimos conciliar el sueño en todo el resto de la noche.

A las 8 de la mañana, muy diplomáticamente, despertamos a Claudia, le dijimos que íbamos a salir pues teníamos una invitación en la quinta de unos amigos en Pilar (mentira!), tomamos desayuno, la llevamos a su casa y regresamos a casa, a dormir obviamente, desconectando los teléfonos previamente.

Desde esa fecha empezamos a poner distancia con Claudia, hasta que el tiempo se encargo de llevarnos por rumbos totalmente independientes.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Santa o pecadora?

Hace unos años, tuve un cuasi altercado con Florencia, una amiga nuestra. Flor tenía en ese entonces 21 años, y un comportamiento errático para con los hombres. Calculo que al ser una de las pocas chicas del grupo se la quería dar de canchera y siempre te iba al frente con una respuesta en doble sentido, que los demás chicos no sabían bien como interpretar, si la ignoraban ella redoblaba la apuesta, y si la apuraban, se iba al maso, haciéndote notar que ella no era una chica fácil.

Pasaba rápidamente del modelo de colegiala sexy al de chica de hogar, descolocando a los pibes.

Obviamente este comportamiento a mi no me afectaba, aunque me llamaba la atención.

Un día en que estaba de mal humor (en serio? noooo, diras...) se me saltó la cadena y sin pensarlo dos veces le pregunte:

- Flor, vos que hábito usas?
- Hábito?
- Sí, el de las carmelitas descalzas o de las adoratrices del divino bulto?

En ese momento hubo una carcajada general y yo pensé que me mandaba a la mierda de una. Flor volvió a sorprenderme, se rió y siguió como si nada.

Hasta hoy es un enigma que no logro descifrar.

Pregunta: Flor, estas segura que tu nombre no es Flora?

Tenemos que ganar las elecciones como sea

En 1983 yo colaboraba con un partido político, en Perú. Vinieron las elecciones municipales, y el comando nacional de campaña me encomendó la tarea de organizar el comando de campaña de mi barrio, San Isidro.

Si bien nuestro candidato tenía algunas chances, iba a requerir pelea ganarle al alcalde que se postulaba a la reelección, y que había tenido un buen gobierno, no excelente, pero bueno.

Nuestro candidato era un reconocido comerciante del distrito, el cual estaba ya un poco viejo y de hecho falleció al poco tiempo de finalizadas las elecciones, pero bueno, era nuestra carta y había que jugarla. En una de las primeras reuniones del equipo de campaña, llegamos a la conclusión que debíamos de ganar las elecciones, cueste lo que cueste. Esa arenga en mis oídos a mi me resultó una suerte de carta blanca, y puse manos a la obra.

A la semana en la siguiente reunión de campaña se propusieron los ejes en que tornaríamos la estrategia. A mi me había quedado resonando el "Tenemos que ganar las elecciones como sea"y traía dos propuestas. Esperé que hablaron los candidatos a concejales, y antes que hablara el publicista, pedí la palabra y presente dos ideas:

- Un lema de campaña: "Por un San Isidro sin ratas" el cual era bastante ambiguo ya que no esclarecía si nos referíamos a los actuales gobernantes o a los roedores que había en algunas zonas del distrito.
- Un plan de trabajo: no podemos ganar las elecciones sino tenemos un fiscal en cada una de las 900 mesas de nuestro padrón, y para ello íbamos a requerir gente joven que se nos uniera y colaborara.

Finalizada esa reunión me delegaron la pequeña tarea de conseguir 900 personas que estuviesen como fiscales, me asignaron un presupuesto, y al tema me dedique en los siguientes 2 meses de sol a sol. En el local de nuestro comando de campaña hice colocar dos metegoles y una mesa de ping pong, equipo de musica y un frigobar con gaseosas. Siempre había gente joven jugando o atendiendo a los visitantes.

A través de un centro de cómputo emitimos dos cartas, una destinada a todos los afiliados nuestros en el distrito mayores de 26, invitándolos a venir a nuestro local y unirse a nuestra campaña y otra destinada a los jóvenes de 18 a 26 años del padrón general del distrito, a estos invitándolos a fiestas de campaña, cada viernes a las 10 de la noche.

Fiesta significaba alcohol gratis, así que con el presupuesto asignado y con 3 botellas de galón de whisky Johnnie Walker vacías que me conseguí, nos pasamos los viernes a la tarde Ivan, Marcos y yo preparando tragos en casa. Exprimíamos los limones a mano y con la ayuda de las licuadoras de nuestras casas preparábamos dos galones (cada galón tiene más de 4 litros) de pisco sour y uno de gin c/canada dry (algo parecido a un Gancia batido).

Unos sandwiches comprados en una panadería, folletos para repartir, buena música y la fiesta estaba lista. El primer viernes, 30 personas, el segundo 75, de ahí en mas no bajaban de 200 por viernes, ya no había lugar en el local, se quedaban chupando en la puerta. Tuvimos que agrandar la cuota de licor y ya para ese entonces desde el jueves empezábamos a llenar 6 contenedores de galón. Íbamos anotando los teléfonos, documentos y direcciones de nuestros futuros fiscales de mesa y en la semana los llamábamos para darle la charla instructiva, la credencial y demás elementos.

Así fuimos completando la grilla de fiscales de mesa y logramos el objetivo. cada mesa tuvo su fiscal. Acá no hubo promesas vacías, sino actos concretos: comida, música, chicas y alcohol.

Y que pasó con las ratas? Bueno, nuestro candidato en una conferencia de prensa tiró el tema, hablo de las ratas en las cloacas, que debían ser evacuadas y lo mismo con las ratas en el gobierno municipal, las cuales había que remover. El tema trajo polémica. El oficialismo nos solicitó públicamente que mostráramos donde habían ratas en San Isidro, así que show mediante fuimos con la TV hasta uno de los parques más grandes, El Olivar, y puerta por puerta le preguntámos a los vecinos si ellos habían visto ratas, la mayoría respondió que sí, que de noche, en el parque se veían. Gol nuestro.

El día de las elecciones, a fines de noviembre, nuestros cómputos fueron de los más reñidos, terminamos de computar la última mesa pasadas las 11 de la noche, y en el resultado final ganamos por menos de 1%

Recibí muchas felicitaciones y propuestas para trabajar en la municipalidad. También de ser parte de la lista de concejales para las elecciones siguientes dentro de 3 años. Tuve que rechazarlas, ya tenía el pasaje y un nuevo destino de vida fijado en Córdoba, no pasaron 20 días de las elecciones y yo ya estaba de camino hacia acá.

Yo vi una luz...

Teníamos en la empresa un compañero bastante gris. No sobresalía por nada. Poco se sabía de él. Flaquito, callado... se decía que era diácono de alguna iglesia evangelista de su barrio, y que estaba casado con 6 hijos. Se llamaba Manuel.

Un buen día, no se lo vio más. Empezaron los rumores, que Manuel estaba preso, que había caído por violador y chorro... "Manuel, el evangelista? estas en pedo? si tiene 6 hijos... que va a ser un violador" era la respuesta que flotaba en el ambiente.

Dos días después el Clarín convirtió los rumores en verdades. 7 casos de violación tenía a cuestas. Entre nuestras filas hubo un "violeta"

Manuel salía de trabajar, tomaba el tren en Constitución y ya sea en Glew, Temperley o alguna estación del sur, antes de ir a ayudar al templo evangélico, buscaba alguna minita, la seguía, la amenazaba, le robaba el bolso y de paso, la llevaba al descampado y la violaba.

Me imagino al diácono, mientras violaba a la pobre transeúnte diciéndole: "Yo ví una luz, que era el Señor, aleluya!"

Manuel días después se arrepentía. Usaba el celular de sus víctimas y las llamaba pidiéndoles perdón.

La última víctima lo engaño y lo citó, para que le devolviera los documentos, cuando se encontraron, encima vino la policía y Manuel terminó detenido. Si no me equivoco, le dieron 17 años de prisión.

Me imagino el recibimiento que le habrán dado en la prisión... vení hermanito, ahora si vas a ver la luz...

Cacería de gallinas

A mi madre le gustaban los perros, falderos en lo posible. Tuvo caniches, chihuahuas, salchichas, yorkshires, schnauzer y fox terrier. Solo "Pocha", la cocker spaniel que nos regalaron fue la excepción.

Al principio, los perros llevaban nombres en francés, Fi-fi, Mi-Mi, Lu-Lu, Pupeé, Etual, etc. Después los nombramos como bebidas alcohólicas: Brandy, Whisky creo que hubo algún Gin por ahí, pero nunca tuvimos un perro llamado Vodka.

Cuando tenía 10 años, vivíamos en Lima, en un barrio bastante nuevo, con muchas obras de construcción. A diferencia de acá, en Perú, la gente que cuida las obras saben tener sus animales de corral sueltos, gallinas o pollos mayormente.

Nuestros perros tenían el jardín para disfrutar, pero, de tanto en tanto sacábamos a pasear a la fieras (en este caso hablo de dos caniches) al parque.

Una mañana vimos unos pollos y una gallina fuera de una obra en construcción y decididos a divertirnos un rato, largamos a los perros... un desparramo de plumas era eso, los perros a los ladridos perseguían a los pollos por dentro de la obra, hasta que salió llorando la dueña de los bichos, pidiéndonos que no le maten los pollos, nos dio pena.

Uno de los perros tenia la pata de un pollo entre sus mandíbulas, mientras el otro aterrorizaba a la gallina, la cual estaba escondida tras unas bolsas de cemento. "Mi gallina no va a poner huevos de vuelta patroncito", nos decía la paisana, entre lágrimas. Logramos liberar al pollo antes que perdiera la pierna, y aunque sangrando, lo vimos caminar.

Ese día entendí lo que es abusar de una posición de poder con otro ser humano, que por su condición pobre o humilde, se ve forzado a aguantar que los poderosos le pasen por arriba.

Metí la mano en el bolsillo, saque 100 soles (5 dólares en ese tiempo), lo cual podía servirle para comprar 4 pollos, se los dí, avergonzado, con un "disculpenos..." y nos fuimos de ahí, para nunca mas volver a molestar a esas personas.

Una ganga en Londres

Una pareja amiga hizo, un par de años atrás un viaje por Europa. Para ahorrar costos, y debido a que solo los usarían para dormir, se fueron hospedando en cadenas de hoteles económicos. De esos que tenes una habitación con 2 camitas y un baño compartido en el piso. Primero en Madrid, luego en París la fueron pasando bien. El problema se les presentó cuando fueron a Londres.

No conseguían habitaciones disponibles en ningún lado, salvo claro, que fueran a pagar 135 libras por noche en un hotel con baño privado. Como ultimo recurso pensaron irse a un hostel, buscaron por internet y cerca de Victoria Station encontraron uno el cual llevaba el pomposo nombre de "Backpacker's Paradise" el cual te ofrecía una cama por noche con baño compartido por la módica suma de 40 libras, sin desayuno obvio. 80 libras cada uno por 2 noches, era una ganga por ser Londres. Al llegar, caminaron hasta el hostel, el cual para su sorpresa por fuera parecía muy agradable, el barrio a pesar de estar cerca de la estación lucía limpio y seguro, decidieron entrar.

Al ingresar, una bonita recepción con la típica decoración victoriana, empapelado, sillones de respaldo ancho, cortinas, todo en colores de tono bordeau. Los muebles, algo viejos y gastados, pero, nada que los hiciera huir despavoridos. Una calefacción acogedora, pues olvidé decirles que era invierno, llovía y hacia un frío de cagarse, y la eterna sonrisa de Hassim, un paquistaní que oficiaba de conserje los convenció de quedarse.

Eso sí, algo extraño les llamó la atención, un olor particular. El olor parecía provenir de todos lados, del empapelado de las paredes, de los muebles, del piso, del techo... que es ese olor? se preguntaban una y otra vez, y no por que fuera desagradable, ni mucho menos, sino por que el mismo era muy penetrante.

En su "inglestaní" Hassim les indicó que esa noche podían quedarse en la habitación denominada "Pink Paradise", donde a partir del mediodía tendría lugar disponible. Pagaron y no pasaron a la habitación, pues estaba ocupada, dejaron las valijas (no iban de mochileros) con Hassim en la recepción, usaron los servicios higiénicos de la planta baja y salieron a recorrer Londres. Trafalgar Square, Buckingham Palace, La Torre de Londres y Picadilly les consumió el día.

Cada tanto si entraban a un negocio de comida, sentían el mismo olor extraño de la mañana... que es ese olor? se preguntaban una y otra vez

Al caer la noche, como a las 7, volvieron al hostel y Hassim, omnipresente, los llevó hasta el Pink Paradise subiendo por escalera los tres pisos. El Pink Paradise era como el pent house de la casa. Arriba de todo. Se imaginaron encontrar una habitación con cama matrimonial y espejos en el techo? Lamento desilusionarlos. . Al ingresar lo primero que les llamó la atención no fue el rosa furioso y algo descascarado de las paredes (será por eso lo de Pink?) sino que habían dos baldes estratégicamente colocados para captar el agua que caía de sendas goteras en el techo.

El resto, seis camas en tres cuchetas en un ambiente de 4 x 4, casilleros tipo gimnasio, pero mas grandes, algunos cerrados con candado y otros abiertos, y sobre los casilleros, en un espacio de 50 cm entre la parte superior de este y el techo, un colchón!, es decir, alguien dormía allí también.

Ya entendímos lo de pink, pero no nos queda claro lo del Paradise...

No hay otra habitación? preguntaron al unísono. Hassim con su sonrisa permanente les dijo, "No. Buenas Noches" se dio media vuelta y salió. Un poco desilusionados desempacaron lo mínimo, en uno de los casilleros libres, dejándolo apenas cerrado, sin protección, pues no tenían candados, no les habían hecho falta hasta ese momento, el resto de ropa quedó en las valijas.

"Vamos a bañarnos" le dijo Claudia a Marcelo, su novio, y se fueron al baño, el cual estaba al final del pasillo, un poco temerosos de dejar las valijas en la habitación. Se desvistieron en el baño y pasaron a asearse debajo de un tibio (no caliente) chorro de agua. "Tenes jabon?", le pregunto Marcelo a Claudia. "No, no ví... y tampoco vi toallas" dijo ella, algo preocupada.

Se secaron usando sus prendas descartadas y regresaron húmedos a la habitación. Cuando entraron de vuelta primero se dieron cuenta que tenían compañía. Sus compañeros, dos alemanes, habían desenrollado sus bolsos de dormir sobre los colchones y estaban charlando. Por otra parte, eso les llamó la atención, ellos no llevaban bolsas de dormir y las camas no tenían sábanas ni frazadas ni cubrecama, ni nada, colchón y almohada pelada.

Acostumbrados a hoteles, Marcelo y Claudia no llevaban bolso de dormir, ni lo habían tenido en cuenta.

Por no dejar a Claudia sola con los teutones, bajaron ambos a preguntarle a Hassim si no podía facilitarles un juego de sábanas y una frazada al menos. Nuevamente una sonrisa y un "no" por respuesta. "Mañana pueden comprar acá cerca" les dijo Hassim.

Volvieron a la habitación. En el camino observaron que las distintas habitaciones rotuladas como Blue Paradise, Green Paradise, Yellow Paradise, etc. eran todas iguales o muy similares,claro que de distinto color, 6, 7 u 8 colchones acomodados en cuchetas, sin sábanas y con un enjambre de jóvenes de distintas nacionalidades, algunos semidesnudos por los pasillos y todos con sus respectivas bolsas de dormir.

En la habitación, desolados, se acomodaron los dos en un colchón de una plaza, para dormir vestidos, mientras los alemanes charlaban. Al rato llegaron un griego y un par de suecos. Cartón lleno. Claudia, vestida, sin ropa de cama, en una habitación con 6 hombres mas, no pego un ojo en toda la noche. Marcelo tampoco, el temor, el constante plip, plip de las goteras, el fuerte ronquido de uno de los suecos y el frió (en el Pink Palace no andaba la calefacción) no lo dejaron dormir. Por otra parte ese olor constante y penetrante, mezclado con los olores personales de 5 mochileros, en una habitación de 4 x 4 se había transformado en molesto.

Al alba se despidieron de la sonrisa de Hassim, cargaron valijas y se fueron a buscar un Hotel como la gente. Lo encontraron, claro que por 150 libras la noche.

Y el olor? que era? preguntarás. Yo también me lo pregunté. Lo descubrieron antes de partir hacia Dublin, en Irlanda. En una casa de comidas preguntaron que era ese aroma tan particular y fuerte. Les dijeron que era el olor al curry. De tanto comer guisos con curry entre Hassim y el resto de paquistaníes que vivían y trabajaban en el hostel, las paredes y hasta los muebles habían quedado impregnados en ese olor.

Pregunta: porque siempre lo barato sale caro?

jueves, 25 de diciembre de 2008

Tilin-tilin-tilin

La última vez que fuimos a Sudáfrica....

Andá, si solo fuiste una vez, me dirás, sí, pero además de ser la única, fue la última vez. Bueno, cambiaremos el comienzo...

La primera vez que fuimos a Sudáfrica... nos alojamos en un guest house en Ciudad del Cabo, regenteado por una pareja gay, de entre 50 y 60 largos. Los chicos eran dos señoras, descapotable BMW y una perrita schnauser que iba y venia con ellos en el auto... parecían salidos de la película La jaula de las locas. Realmente como anfitriones fueron bárbaros, muy buena atención, siempre predispuestos a recomendarte que hacer y a donde ir.

Un día cazamos el auto y a pesar de tener el volante a la derecha, nos internamos en la ruta a 40 km por hora y nos fuimos Sergio y yo a la playa nudista. Pasamos Camps bay, Houts bay y no se cuantos bay más hasta llegar a Sandy beach. Estacionamos el coche, caminamos como 3 kilómetros y llegamos a la playa. No había un alma. Un paraíso.

Como ya he dicho, Ciudad del cabo tiene unas playas hermosas, pero con aguas heladas. Esta no era la excepción. Arena blanca limpísima, el agua de un azul que te hacía doler los ojos si lo mirabas demasiado, pero, un mar frío como el hielo, y ningún arbolto u otro posible origen de sombra a la vista.

Nosotros habíamos llevado bebidas en un cooler, toallas, pero no sombrilla. Ni siquiera teníamos un palito donde colgar una toalla y hacer una carpita. Así que, me quedé vestido de Adán, me embadurne con protector solar factor 30 hasta detrás de las orejas y a disfrutar de la playa en pelotas...

Sergio al contrario, como estaba blanco teta, uso un acelerador de bronceado, a pesar de mis recomendaciones para que no se cocinara vivo, pero bueno, no me hizo caso, y luego de 4 horas en pelotas bajo el calcinante sol del África, regresamos la langosta (osea la versión roja de Sergio) y yo a Ciudad del cabo.

Llegamos a la habitación del guest house y Sergio se sacó la ropa, pues no aguantaba el ardor. Era un tomate! Se metió en la cama y en medio de chuchos de frío, me pidió que le fuese a comprar alguna crema o gel a la farmacia. Hablé con nuestros anfitriones quienes me dijeron donde ir y que comprar, y a la media hora estaba aplicándole a Sergio un gel con aloe vera por todo el cuerpo, desde las uñas de los pies hasta la punta del pelo. Hasta ese momento nunca se me habia ocurrido que alguien podía insolarse las uñas de los pies, pero sí, comprobé que es posible.

Se imaginarán que al haber estado en pelotas, hasta sus genitales estaban de un color rojo furioso. Una vez aplicado el gel, se quedo desnudo en la cama, solo cubierto por una sábana.

Paso una media hora y sentimos que nos tocaban a la puerta, eran las locas dueñas del guest house. Venían a ver como estaba el enfermo y a preguntar si necesitábamos algo. Mientras yo hablaba con uno de ellos en la puerta, el otro, a los gritos de "Oh my God, look how red you got!" se acercó a la cama donde estaba Sergio desnudo, solo cubierto por la sábana, lo destapó para ver el daño en la piel, y para nuestra sorpresa, acerco un dedo al pito de Sergio y le hizo cosquillas mientras decía "Tilin-Tilin-Tilin"

Yo observaba esta situación totalmente atónito desde 3 metros de distancia. Que hacer? que decir? Puse cara de What the fuck! El anfitrión terminó su broma, lo tapó y salieron los dos riendo de la habitación mientras Sergio y yo nos quedamos más que sorprendidos.

Por más liberal que puedo llegar a ser, jamás a mi se me ocurriría hacerle cosquillas en el pito a un huésped, por lo menos, hasta ahora...

Crop circles

El otro día veía un documental en el canal Infinito el cual hablaba sobre los círculos que aparecen sorpresivamente en los campos de trigo o maíz, en inglés denominados Crop Circles.





Realmente el tema me pareció tratado con altura y las múltiples hipótesis planteadas eran bastante "creíbles", marcas dejadas por visitantes o sondas extraterrestres, marcas dejadas por el paso de planos o seres de universos multidimensionales, etc.

Ante aquellos argumentos que tienden a refutar estas hipótesis, los distintos investigadores entrevistados proponían respuestas "coherentes", como que no habían marcas de ingreso o salida de los campos, que los cultivos no habían sido cortados, sino que los tallos estaban doblados de acuerdo a un patrón, etc.
A su vez, hacían preguntas que a la fecha no tiene respuesta, como ser:

- Quienes lo hacen? Como se organizan?
- Porque son tan perfectos?
- Como los hacen tan rápido?
- Donde entrenan?
- Para que lo hacen?
- Con que maquinaria lo hacen?
- Como nadie descubrió hasta ahora a algún autor de los círculos?

Me puse a investigar en internet y para mi sorpresa encontré muchísimas imágenes, pero hubieron dos que me llamaron la atención

En este caso, si no me equivoco, ese es el logo de Firefox. Que nos quieren decir los seres superiores, que nos pasemos a Firefox y dejemos de usar Internet Explorer?

Finalmente esta no la entendí, cual es el mensaje? que significa el Pac-man?
Pregunta: Los ETs, conocen al Pac-man?

Salimos en Crónica!

Tenía un vecino que era fanático de los autos de carrera.

El gallego, como lo llamábamos, por que había nacido en España, en la época del uno a uno vivía gracias a una jugosa mensualidad que le enviaban sus padres desde la península, la cual le permitió, entre otras cosas, comprarse un autito, un Seat Córdova, el cual "tuneó" a mas no poder.

Los viernes a la noche se iba al autódromo a correr picadas, el loco. Alguna vez nos invitó a ir, pero nunca fuimos.

En una oportunidad, intentó irse a vivir a Ibiza y obviamente embarcó al coche. Cuando en el puerto de Ibiza quiso sacarlo, los de la aduana no se lo permitieron, ya que el auto no calificaba para las normas de seguridad de la península. "Tu no puedes usar ese auto acá, hijo, ese motor no está permitido" le dijeron. Claro, el gallego le había puesto de todo, hasta un compresor de nitrógeno tenía.

No se si por que en Ibiza no le fueron bien las cosas o por querer usar el auto, la cosa es que el gallego se regresó como al año, y con él regresó el Seat.

Al tiempo lo veo bajando su tremenda humanidad (había omitido decirles que medía como 1.94 metros y pesaba mas de 110 kilos) de un modesto Fiat Uno 3 puertas, base. Les transcribo el dialogo que se presentó:

- Manolo, que pasó, y el otro auto?
- No sabes... íbamos por Santa Fe a lo que daba, como a las 5 de la mañana, con unos amigos, y explotó
- Que...? Explotó?
- Sí, hombre, pues el nitrógeno que tenía no se que coño hizo y explotó, salió volando la tapa de cilindros y el capot, la parte de adelante del auto desapareció
- ...
- Es verdá, yo venía como a 200 y de repente PUM! joder, voló todo.
- ...
- Y salimos en Crónica, vinieron y nos entrevistaron, después dijeron que seguramente estábamos endrogaos o alcoholizaos, jajaja

Así era el gallego, para él todo era joda.

Lavamelos, pero con agua.

En una oportunidad, Facundo, un amigo al cual estaba visitando, me pidió que lo acompañe a la tintorería a dejar unos pantalones y camisas. Primero pasamos por un lavadero de marca en francés, que suena algo así como "pret-a-porter" donde dejó las camisas, las cuales estarían listas para el día siguiente, luego caminamos unas cuantas cuadras más y en una tintorería de japoneses, dejó los pantalones, los cuales estarían listos para dentro de 5 días y al triple del precio que te cobraban por la misma prenda en el "pret-a-porter".

Como esto me llamó la atención, y a veces soy demasiado curioso, indagué porque estaba pagando el triple del valor, caminando varias cuadras adicionales y encima esperando más tiempo? cuando podría haber dejado todo en el primer lavadero y voila, listo para el día siguiente.

Me contó el porque.

Originalmente, Facundo llevaba todas sus prendas a ese lavadero, pero al tiempo empezó a sentirse incómodo con los pantalones. Como que tomaban olor después de la primer puesta y debía cambiarselos a diario.

Preguntó por el tipo de lavado que hacían en el lavadero y quedó muy sorprendido cuando le dijeron que era un lavado químico. Químico? pregunté con cara de extrañado, "Sí -me contestó- sin agua". Mi cara de extrañado no cambió, porque no entendía el porque de tanta meticulosidad con los pantalones y no con las camisas; obviamente, Facundo se dio cuenta de que su explicación había quedado corta, y continúo: "hay algo que vos no sabés... yo, no uso ropa interior, ni boxer, ni slip, nada... tanto químico no solo hacia que tomaran olor de nada, sino que también me irritaba ahí..." Okey!

Me surgieron varias preguntas, que por mi amistad con Facundo y por pudor no hice:

Los pantalones de lana, no te pican?

No se te escapan los pendejos entre la tela, o también te depilás?

Nunca tuviste un encuentro cercano del tercer tipo con el cierre del pantalón?

Nunca usas jeans con botones?

Ladron, regrese por favor!

Cuando trabajaba en una distribuidora de golosinas, en Córdoba, teníamos una compañera en el área de facturación, no muy agraciada estéticamente, a la cual el nombre le iba como anillo al dedo, se llamaba Virginia.

Virginia iba por la vida a sus casi 50 años con una cara de estreñida (osea, cara de orto), se notaba que le hacía honor al nombre. "A esta mina le falta sexo" se comentaba en la cocina o a la hora del almuerzo. Para todos en la oficina, ella aún debía ser virgen.

Que yo sepa, era la personificación mas ajustada que he visto de Zelma, la hermana de Marge Simpson. Rellena, carnes caídas, feucha y siempre fumando.

Resulta que en una oportunidad Zelma, digo Virginia, faltó 2 días y cuando se reincorporó estaba toda magullada, raspada, en otras palabras, estaba hecha mierda. Que pasó? le preguntaron todos al verla, "un tipo me tironeó la cartera al bajar del colectivo, y como yo no la largaba, del tirón me caí y me arrastró por el piso como 5 metros, hasta que logró que la soltara" fue su explicación.

Nosotros, a la hora del almuerzo hicimos otra lectura de los hechos. Esta es la secuencia que imaginamos

Virginia se bajó del colectivo, un tipo se le acercó, ella se puso en onda seductora, se colgó la cartera al hombro y empezó a andar bamboleando las caderas.

El ladrón intentó arrebatarle el bolso, pero Virginia no lo largaba y cayó al piso, no tanto por las pertenencias que guardaba en el mismo, sino por que no se le fuera a escapar el mancebo. Este tirón generó que la arrastrase por el piso y se le produjeran las magulladuras.

Finalmente el ladrón escapó con su botín, dejando a Virginia en el piso, desconsolada y gritando: "Ladrón, regrese por favor, falta la violación!"

A Paris con don Ata

En Córdoba, una vecina del edificio tenía una hija casi de la misma edad que mi hermana, con la cual terminaron haciéndose amigas.

Esta chica, de unos 16 años, se llamaba Estefanía y era fea. Realmente fea. Era flaca, desgarbada, no tenia tetas y para peor, la mandíbula inferior era considerablemente mas corta que la superior, por lo que al cerrar la boca, se terminaba babeando el mentón.

Mis compañeros de facultad la habían apodado "la chupa-charcos" Según ellos, si tenia sed, buscaba un charco en una cuneta de la calle, apoyaba la boca en el cordón (o borde) de la vereda y aspiraba el agua de los charcos. Eran crueles, pero ya lo dije, Estefanía era fea.

Su madre, pariente lejana de don Atahualpa Yupanqui, había pergeñado un futuro feliz para ella. Se iría a París, a vivir con su tío abuelo segundo, Don Ata, estudiaría diseño de modas en una attelier de renombre y terminaría trabajando en la industria de la moda.

Nosotros no la veíamos mucho rodeada de modelos y pilchas, pensábamos en otro tipo de ocupaciones para ella, más especializadas, a saber, Azafata del tren fantasma o Ama de llaves del castillo de Drácula en Transilvania. O podía ser modelo de publicidad, de cirugias reconstructivas, en el cuadrado de "Antes"

Entiendo que Estefanía no llegó ir a París. Don Ata falleció y se le truncó el poder vivir en la ciudad luz. Para mí, cuando la mamá le escribió pidiéndole alojamiento y recomendación con algún attelier para la nena, le debe haber mandado una foto de la mocosa, al ver la misma, la impresión que le debe haber causado al viejo, es casi seguro que le causó un infarto y murió.

Con lo cual, de alguna extraña manera, ella misma fue la causante de que se le trunque el destino.

sábado, 20 de diciembre de 2008

No me importa que sea gay

Nuestra casa de huéspedes era, entre otras cosas, gay friendly. Así fue como empezamos a recibir parejas gay o gente sola que venía a conocer la noche queer de Buenos Aires.

Claudia, una de las chicas que trabajaba con nosotros se babeaba por los gay que nos visitaban. No se si por que eran rubios, o altos, o europeos, o con el cuerpo trabajado, alguna de estas cualidades a ella le generaban fascinación.

El primero fue Gus, un belga que estuvo con nosotros por 12 noches. Ella le sonreía y le hacía caritas, el holandés le seguía el juego. Si hasta la invitó una noche a Buenos Aires News. "Claudia, no te hagas ilusiones, ese chabón es gay" le decíamos, "No me importa que sea gay, esta re-fuerte" respondía ella, confiada en que podría reconvertirlo a la heterosexualidad. Ana solo hablaba español, por lo que sus charlas con el holandés eran casi a señas, era muy gracioso ver esas escenas. Grande debe haber sido la desilusión de Claudia, cuando una mañana Gus bajó acompañado de un pibito de no mas de 21 años que se había levantado la noche anterior y al cual había traído a dormir con él. Claudia no soportó el golpe y le pidió a otra persona que los atendiera en el desayuno. "Lo odio" fue lo único que se le escuchó decir.

Gus se fue y nunca más se supo de él. Claudia le escribía y hasta lo tenía en el MSN, pero Gus desde Bélgica no dio señales de vida, al menos para ella.

Pasaron otros huéspedes, y al tiempo vino Robert, un Irlándes del cual Claudia volvió a quedar prendada. En esta oportunidad las charlas eran en spanglish, Claudia intentaba hablar en inglés y Robert le contestaba en pseudo español. Parecían Tarzan y Jane:
- Yo Robert, Tu Claudia.
- Yes mi quiere conocer tu country algun day
- Yo poder invitar Claudia to Ireland

Así siguieron por los cinco días que Robert pasó entre nosotros, Robert le escribía cada tanto, pero de la invitación no hablaba. Claudia lo olvidó.

Meses después vino Julián, un mexicano con una onda muy metrosexual. Mucha pilcha, depilado y agrandado como la mayoría de mexicanos que he conocido. Claudia habrá dicho esta es la mía, acá no habrá barrera lingüistica que nos separe y fue al acecho.

Iban y venían con Julián, ya sea por el jardín, la pileta o por los shoppings. Elle le hacía de guía turístico cuando terminaba su turno. Nuevamente le dijimos "No te das cuenta que es gay?", pero Claudia respondía "Para mi que esta confundido, debe ser bisexual".

Como Julián no tomaba la iniciativa, Claudia lo hizo y le propuso tener sexo. Julián en vez de negarse, le dijo "bueno, busquemos otro chico y lo hacemos, me encantaría hacer un trio con una chica, es algo que nunca hice"

Ante esta respuesta Claudia se desmoronó. Estuvo con parte de enferma como 3 días, cuando se reincorporó Julián ya estaba de vuelta en Mexico bailando con algún mariachi de Tijuana.

El golpe final se lo dieron dos franceses, Louis y Francois, los cuales eran pareja, y que para Claudia estaban fuertísimos. "No se cual de los dos es más lindo", decía ella. "Claudia, esto ya es el colmo, acá no solo son gay, sino que son pareja, que es lo que pretendes?" le dije, sin obtener respuesta.

Lo gracioso de este caso fue que ella tampoco obtuvo respuesta a sus intentos. Por mas sonrisitas, caídas de ojos, roces que ella intentaba, Louis y Francois ni siquiera se daban por aludidos. Para estos dos flacos, las minas no existían, eran "parte del decorado"

Al tiempo Claudia se fue y dejó de trabajar con nosotros.

Quien de Uds. va a comprar un caballo?

De mi etapa de burrero, entre los 14 y 17 años, me queda el recuerdo de los remates de caballos. Nos habían pasado la data, en los remates, los miércoles por la noche, para motivar a los compradores, había un catering excelente y whisky a manos sueltas.

Nos enfundamos en buenas pilchas y allá fuimos, Fito, pedro, César y yo. Entramos y buscamos un lugar atrás medio escondidos, no vaya a ser que alguno se apiolara que ni en pedo compraríamos un caballo y nos expectoraran del salón de remates. El catering? espectacular! Sushi, aji de gallina, anticuchitos, caviar... un pisco sour de entrada y después whisky, si no te servían Chivas, te daban Johnnie Walker o J&B

A la segunda vez que fuimos, ya teníamos la cosa organizada. Buscábamos al mozo que tenía asignado nuestro sector y de entrada le bajábamos una buena propina, para que nos atendiera bien. Mientras tanto, nos divertíamos observando cuanto se pagaba por cada potrillo o yegua, hijo o nieta de algún equino de renombre. Lo más baratito estaba en los 25.000 dólares y habían casos en que se pagaban hasta 300.000 dólares.

Así fue durante mas de una temporada, los miércoles de remate, íbamos, comíamos, tomábamos y salíamos felices, hasta que un día, un par de señores grandotes muy serios se nos acercaron y nos preguntaron: "Muchachos, quien de ustedes va a comprar un caballo?", demás está decir que nos invitaron a retirarnos y desde esa fecha se nos terminó el chupi gratarola.

Andá a ver al veterinario!

Marcelo, un amigo mío de Córdoba, era un muchacho confuso. A veces requería traducción.

Se dejaba llevar por frases que había escuchado por ahí y cuando te decía algunas cosas, no sabías realmente que es lo que quería decirte. Algunos ejemplos:

En una oportunidad debió llevar su televisor al técnico. Cuando nos comentó del diagnóstico nos dijo: "tiene problemas en el REPLAY". Que quería decirnos? que no podía ver la repetición de los goles, o que? Traducción: el tele tenía quemado un RELAY, que es un componente electrónico.

En otra oportunidad, nos informó que a su sobrino lo iban a operar, que debían practicarle una CASTRACIÓN. Que? preguntamos con un grito. Nos explicó que el nene tenia problemas en el pitito y que no le corría el prepucio, por lo que el médico había recomendado la castración. Animal! le dijimos, lo que le iban a hacer era una CIRCUNSICIÓN.

Finalmente un día lo vimos tomando unas pastillas, le preguntamos que le pasaba y nos dijo que no andaba bien del estomago, que el médico lo había visto y le había dicho que tenia problemas con la FAUNA intestinal.

Lo miramos seriamente y ya no preguntamos nada. Ma si, andá a ver al veterinario!

Tengo uno con relojito

Allá por 1982, entre mis compañeros de facultad estaba Pepe. A Pepe, sus viejos le habían regalado un 0 km para que se movilizara en ir y venir de la universidad. A raíz de eso el Nissan de Pepe pasó a ser el auto del pueblo.

Pero el Nissan en cuestión era base, osea estándar de fábrica y había que tunearlo. Antes de cambiarle las cubiertas y ponerle llantas de aleación o polarizarle los vidrios, a ese auto le hacía falta música. La radio AM/FM que traía no estaba a nuestra altura. Tanto le hicimos la cabeza, que al final Pepe cedió, junto algo de plata y decidió comprarse algo "como la gente". Le recomendamos parlantes triaxiales Jensen y un pasacassete Pionner. "Eso es carísimo" dijo Pepe. "En Tacora lo conseguírías barato", le respondió Augusto.

Tacora es un sector del distrito de La Victoria en Lima, en el cual existía una feria de lo robado. Repuestos y partes de auto compartían estantes con estéreos, parlantes, radios, etc. Ir allí era un riesgo, ya que era muy probable que el vendedor mismo aprovechara y te sacara la plata y la ropa, además del auto. Si la Victoria era un lugar pesado, Tacora era por lejos, el nido de los avezados. Por ello, fuimos los cinco de compras arriba del Nissan.

Sin bajarnos del auto, esperamos que se nos acerquen de a uno los chorros. Le dimos nuestros encargos, un par de parlantes Jensen y un pasacassete Pionner. Se iban y volvían con algo envuelto en una remera o en una bolsa. Así fuimos viendo distintos modelos, golpeados, raspados, ninguno nuevo. Los parlantes fueron lo más fácil de conseguir.

Ahora, y como los probamos? era una lotería. Corrimos el riesgo, pagamos los parlantes y esperamos por el pasacassete.

Al rato vino uno y nos dice, "yo tengo un Pionner, uno con relojito". Con relojito? nos preguntamos, que será? le pedimos que lo traiga y cuando lo vimos, debimos disimular nuestro asombro. Un KP-500 en excelentes condiciones.

El KP-500 era el sumun de los estéreos de esa época. Era como el iPod touch actual. Lo mejor de lo mejor. El "relojito" que tanto nos llamó la atención era el sintonizador de la radio, que gracias a Dios, solo traía FM.



El precio? una ganga. Como a Pepe le iba a sobrar plata, lo convencimos sobre la marcha (o "sobre el pucho", como decíamos) de ponerle también dos coaxiales Pionner en las puertas, así aprovechaba bien el estéreo.

Esa misma tarde le hicimos la instalación nosotros mismos y sin proponérnoslo, el auto del pueblo paso a ser el de mejor sonido de todos los coches de nuestros amigos. Como sonaba ese auto!

viernes, 19 de diciembre de 2008

Tránsito lento?

La publicidad de Activia usa este eufemismo para llamar lo que en otras épocas era "estreñimiento" o dicho en criollo, dificultad para cagar. Me imagino que también pudieron haber usado "dificultades para ir de cuerpo" pero eso ya era muy antiguo.

Convengamos que, debe ser jodido no poder cagar. Esa sensación de que, por mas esfuerzo que hagas, no podes llegar a evacuar, además de incómoda, debe ser frustrante. Con razón las viejas estreñidas tienen una cara de orto alucinante.

Bueno, y a que vino este preámbulo? En Perú, el laxante más famoso viene presentado en tabletas de chocolate y se llama Ex-Lax. Venian 6 cuadraditos de chocolate, te morfabas uno de los chocolatines y después, ir al baño era un placer.

Cuando yo tenía unos 10 años, con mis primos de 12 y 14 respectivamente hicimos una maldad con Ex-Lax.

En casa de mis primos, por ese tiempo, estaba parando una prima lejana del interior, de nombre Rene, la cual estaba terminando estudios de secretariado o algo así. Ella bastante mayor que nosotros, tendría sus 20 años.

Habíamos descubierto que Rene tenía un punto débil, su pasión por el chocolate. Si había un chocolate dando vueltas, seguramente Rene se lo estaba comiendo. Era increíble como le gustaba el chocolate. Con mis primos nos fuimos al almacén, compramos 2 bombones rellenos de licor y luego pasamos por la farmacia, donde Pedro, el mayor, consiguió que le vendiesen una tableta de Ex-Lax.

En la cocina de su casa, con un cuchillo caliente retiramos las tapas de los bombones, vertimos el licor en un vasito el cual después bebimos los tres conjurados y derretimos las seis partes del Ex-Lax en una cuchara que calentamos sobre la llama de la cocina, rellenando los bombones con mas chocolate, solo que este era laxante. Finalizada la operación, volvimos a colocar las tapas de los bombones, calentando el chocolate de las mismas ligeramente y devolvimos los bombones a su envoltorio platinado original. Luego dejamos la carnada sobre la mesa del comedor.

Rene, al rato regresó de sus clases y no pudo con la tentación, se comió los dos chocolates casi en simultáneo mientras nosotros simuláramos jugar con unos autitos. Esperamos... como a las dos horas Rene hacía surcos en el piso en sus corridas desde la habitación al baño.

Se cagó la vida. Y no cagó el alma porque esta debe haber dado una buena pelea para evitar irse por el inodoro.

Nosotros? nos cagábamos de risa disimuladamente cuando escuchábamos sus gemidos ahogados sobre el inodoro o cuando con mi tía y mi abuela, trataban de encontrar el origen para esta repentina y feroz diarrea.

Dos días enteros estuvo cagando, sin pausa y con ritmo constante... Cagó lo que comió, lo que tomó y lo que respiró. Casi se muere deshidratada. A la semana le dijimos la verdad, y ella tomo tres decisiones radicales, luego de putearnos y de delatarnos con nuestras madres:

- Nunca mas aceptó chocolates de terceros
- No volvió a dirigirnos la palabra
- Empacó sus cosas y se fue a parar a la casa de otros parientes

Pregunta: queres un chocolatín?

The ultimate Tarantino's movie experience

Hace unos años hice un tour a las cataratas del Iguazú, que incluía además una visita a Ciudad del Este. Esta ciudad, en el lado paraguayo de la triple frontera es famosa por su oferta de artículos electrónicos baratos, y también por ser la capital mundial de la truchada. Salvo raras excepciones, todo es falso.

Ya la guia nos había alertado varias veces que no recomendaba comprar electrónica en cualquier lugar, que ellos tenían lugares que visitaban frecuentemente, donde, aunque a un precio mas caro que el promedio, te vendían cosas originales. Una familia de Quilmes, desconfiada, nos comentó que seguramente habría alguna cometa de por medio y por eso nos llevaban ahí (te parece? pense... era OBVIO que tenían comisión), y que ellos buscarían los mejores precios por su cuenta. Los miré seriamente y no pude decir otra cosa mas que "Suerte"

Bajamos del micro y yo seguí a la guía, para ver que había en el negocio "legal". Realmente no había nada que me llamara la atención por precio y calidad, así que no compré nada ahí. En realidad en ese tiempo yo buscaba un telefono Palm Treo y accesorios para mi iPod, así que inicié mi recorrido por los locales y galerías.

Me llamaba la atención la cantidad de gente armada en la puerta de las galerías. Gente con pistolas, rifles y ametralladoras custodiando los negocios. Pensé, "Carajo, si a alguno se le escapa un tiro acá, empieza una balacera y nos transformamos ipso facto en extras de una película de Tarantino" me imaginaba escenas con olas de sangre saliendo de las galerías hacia las calles, algo parecido a la escena sangrienta en "El resplandor" de Stanley Kubrik




Otra cosa que sumaba a nuestra desconfianza era el guaraní. Los paraguayos hablan español sin problemas, pero cuando hablan entre ellos, lo hacen a veces en guaraní. Sospecho que ese idioma lo inventaron para que ni los brasileros ni los argentinos los podamos entender cuando estan a punto de cagarnos y vendernos un articulo re-trucho.

Durante mi recorrida, preguntando por lugares que vendieran cosas Apple o Palm, me mandaron a los más diversos sitios en las entrañas de la parte comercial de ciudad del este. Mucha gente, suciedad en las calles, ambulantes ofreciendote relojes, forros luminosos o musicales, viagra potenciado, cualquier cosa... Galerías que se interconectaban por debajo de las calles generando un laberinto, negocios donde a través del vidrio veías como ensablaban celulares marca Nokia o Motorola truchos con partes que sacaban de cajas con origen Chino, gente armada, mas gente armada y mas gente armada. mejor salgamos de acá.

Me imagino que si alguno te afana, no lo encontrras mas, se manda por uno de los laberintos esos y sale en Asunción, o peor, en Posadas.

Demás está decir que no encontré lo que buscaba y por ende no compré nada, mas que una cadena de "plata paraguaya" que la compré más por el cansancio ante la insistencia del vendedor que por que tuviese intenciones de hacerlo. Esa cadena, de plata, no tenía más que el color, el cual se le fue cuando empezó a oxidarse por la transpiración, dos semanas después.

La familia de Quilmes que había ido de Compras buscando los mejores precios, se compraron la vida. DVDs, cámaras de foto, de video, reproductores MP3 y MP4, celulares. Al día siguiente tenían dos o tres cosas que ya no les funcionaban bien y estaban tratando de regresar para cambiarlos. La guía les dijo, "si regresan, no vayan después de las seis de la tarde", por las dudas no pregunté porqué.

Así que si queres sentirte por un rato parte de una película , y no te alcanza la guita para llegarte hasta un parque temático tipo Universal Studios o MGM, la opción de visitar las cataratas y ser extra en una película de Tarantino, cruzando a Ciudad del Este es mi recomendación, eso sí, no vayan después de las seis de la tarde.

Pregunta: Como se dice "me cagaste" en guaraní?

domingo, 14 de diciembre de 2008

Los murciélagos de Once

Siguiendo con el tema de los animales invasores, recordé esta historia.

Allá por 1997, conocí un prospecto de novio, un muchacho de la colectividad, que obviamente vivía en el barrio de Once. La relación no prosperó, el muchacho en cuestión tenía muchos conflictos con su sexualidad, y su idische mamme quería nietos de su único hijo. Aparte, un tema que no es menor, yo no era de la colectividad, y no pensaba convertirme al judaísmo. A pesar de eso, salimos por unas semanas y la anécdota puede contarse.

Un día me invitó a pasar a su casa, un departamento en el quinto piso de la calle Tucumán, en pleno Once. Me llamó la atención que haciendo calor las persianas estuviesen herméticamente cerradas, y que al lado de cada una de ellas, se hubiese dispuesto de unos aparatitos conectados a la corriente. Al rato sentí un ligero dolor de cabeza y le pedí un analgésico. Me dio uno y me dijo: "mejor salgamos, el ultrasonido debe estar dándote dolor de cabeza, hasta que uno se acostumbra, es así".

Salimos y le pregunté de que ultrasonido hablaba. Resulta que sus persianas estaban infestadas de nidos de murciélagos, al igual que muchos departamentos del Once. Los bichitos en cuestión, dormían de día y a la noche se los podía sentir arrastrando sus patitas y alitas por dentro del taparrollo, en camino a la libertad de volar. Los ultrasonido eran los aparatitos que colocados al lado de cada ventana.

"No sirven, pero mi vieja esta loca con el tema de los murciélagos" me dijo. "Ya hemos intentado todo para erradicarlos, pero regresan". Y me contó el porque de la histeria materna.

Resulta que una noche su madre estaba sola en casa, con las persianas abiertas y las luces apagadas de su habitación, viendo una película de terror, creo que "Drácula, de Bram Stocker" cuando de repente, un murciélago que seguramente perdió el rumbo, ingresó a la habitación por la ventana agitando alegremente sus alitas. El quiróptero entró a revolotear por arriba de la cama de la señora y a la vieja casi le da un soponcio.

Encima, ella era de la colectividad y no tenía ningún crucifijo a mano, para ahuyentar a Drácula. Salió despavorida a los gritos y no se detuvo hasta llegar en bombacha, corpiño y descalza a la planta baja. El nene debió regresar de la calle a socorrer a su madre y por 3 días durmieron en un hotel, hasta que des-murcieliguizarán (perdón por el neologismo) el departamento.

Pregunta: Drácula en Israel se puede hacer un festín, no?

La invasión

Mi primera casa en Córdoba fue un departamento en un sexto piso, en el coqueto barrio de Nueva Córdoba. En verano, por el calor dormía con la persiana y la ventana abierta y el ventilador a máxima velocidad. Una noche, me desperté con la sensación de que algo me había caminado sobre la sabana a la altura de la rodilla.

Una araña? no, era mas pesada
Una víbora? no, tenía patitas

Un murciélago? no, hubiera volado
Una laucha? podía ser

Decidí usar la lógica, me levante, fui a la heladera, corte un poco de queso y lo deje en la habitación, cerré la puerta y me fui a dormir al living. A la mañana siguiente, entre a la habitación para vestirme y el queso había desaparecido. pero no vi al ratoncito por ningún lado. Saque mi ropa y volví a aplicar el método detectivesco, deje esta vez dos pedacitos de queso, uno dentro del placard y otro afuera, cerré el placard y me fui a trabajar.

Regresé de trabajar a las 2 de la tarde y luego de almorzar y antes de irme a la facultad, decidí buscar al ratoncito. El queso que había quedado fuera del placard estaba intacto, pero el que deje dentro había desaparecido. Ok, está adentro del placard.


Llamé a mi hermano, trajimos a la perra para que lo cazara (nuestra perra era una chihuahua, llamada Etual) y nos pusimos a sacar zapatos del placard, nada... La perra miraba y nada. Sacamos la ropa que estaba colgada, revisamos desprevenidamente los bolsillos de los sacos y camperas, nada. Saqué un cajón con la ropa interior, nada. Saqué el segundo cajón con las medias y en el espacio entre la pared y el fondo de los cajones divisé la cabeza del roedor. Si la cabeza medía unos 8 cm, el animalito por lo menos media 35 cm con cola y todo, era mas grande que la perra!

Inmediatamente cerré el placard, le dije a mi hermano: "es una tremenda rata". Sacamos a la perra (no vaya ser que la rata se la comiese) y fuimos a pertrecharnos adecuadamente con escoba y escobillón. Regresamos, sacamos los cajones y la rata al verse descubierta salió del interior del placard. Cuatro o cinco escobazos y la rata pasó a condición de difunta.

Indignado, con el cadáver del roedor en una bolsa, bajé a hablar con el encargado. Me dijo tranquilamente que el barrio estaba infestado de ratas, y que sino le creía, hablara con la del 2-B que tenía los cables de luz y teléfono a la altura del balcón, y las ratas le usaban la casa de pasadizo, le entraban por el balcón, atravesaban el living, comedor, cruzaban la cocina y se iban por el lavadero. Yo? Atónito con esta novedad.

Y como subió hasta el sexto piso? pregunté. El gallego me contestó: "la rata trepa por la pared, las he visto hacerlo". OK. Un nuevo conocimiento adquirido. Deje el cadáver en la basura y regrese a mi casa algo preocupado. Desde ese día no volví a abrir la persiana, ni de noche ni de día.

En Perú, las ratas están en los desagües, pero son educadas, rara vez entran a las casas y jamás supe de una en un departamento.

Pasaron un par de semanas, una noche, mi hermano estaba viendo una película a eso de las 2 am, cuando se sintió observado, voltea hacia la puerta de la cocina y ve una rata parada en sus dos patitas traseras que lo miraba sin ningún temor. Al rato, cansada de ser observada se dió media vuelta y regreso a la cocina.

Nuevamente a cazar la rata al día siguiente. Estaba atrás de la cocina. La perseguimos con palos y escobas, pero esta era mas astuta que la primera y esquivaba los palazos. Corrió hacia el balcón y al verse acorralada, saltó al vacío desde el sexto piso, cayendo pesadamente en el cemento de la planta baja.

La observamos, por dos o tres minutos. Supusimos que estaba muerta o que al menos tenía fracturas múltiples, cuando, de repente, la hija de puta se recompuso, se levantó, se sacudió un poco la modorra de semejante golpe y se fue corriendo. Le perdimos el rastro.

Me cansé, fui a la ferretería y compré la trampa más grande que había, una enorme, de metal con dientes afilados. Regrese a casa, y a la noche la pusimos. A la mañana siguiente me despertó el ruido de la trampa. Cayó! Otra más! Lo llamé a mi hermano, quien por poco mete la mano debajo del mueble de la cocina para sacar la trampa. Lo detuve, le dije que era mejor hacerlo con un palo, dado que acababa de caer y podía estar aun viva. Cuando metimos el palo para sacar la trampa, la rata reaccionó, tomo fuerza y se libro de la trampa, escondiéndose detrás de la cocina.

Rata hija de puta!
vociferé.


Esa tarde desconectamos la cocina, hicimos salir a la rata de su nido y a palazos hicimos puré de ella. Nunca mas tuve otra rata, pero por las dudas, nuestro departamento se presurizó. Tratamos de no abrir puertas ni ventanas, y cada noche, religiosamente poníamos la trampa con queso, para verificar que no hubiesen regresado.


Al poco tiempo nos mudamos.

La torta de chocolate

Rememorando la historia del cumpleaños de Matzuko, recordé una anécdota relacionada con Connie.

Connie era compañero de Tito en la universidad, estudiaban administración de empresas. Hijo de alemanes, lo conocí en un viaje que hicimos para pasar el carnaval en Cajamarca, de donde era la familia de Tito. Ya en el ómnibus lo noté medio raro a Connie, miraba y toqueteaba mucho a los otros chicos. En la billetera llevaba la foto de su mejor amigo, y a pesar de ser fachero (alto, rubio, ojos claros) y a que las chicas se le tiraban a los pies, él no les daba mucha bola.

Empecé a sospechar lo que luego comprobé en carne propia. A Connie le gustaban los otros chicos. Una tarde después del corso de carnaval, él me busco y tuvimos un encuentro furtivo, mientras el resto de los viajeros dormía la borrachera causada por el alcohol de caña rectificado macerado en menta o durazno, también conocido como "cañazo". Pero bueno, no era el objetivo contarles esta intimidad adolescente.

Connie nos contó durante ese viaje que una vez compró un paquete de torta Exquisita de chocolate y se puso a prepararla añadiéndole el mismo ingrediente especial que Matzuko había usado para la pizza, marihuana molida, horneó la torta y la dejó sobre la mesada de la cocina enfriando. Al rato ve que su abuela estaba muerta de risa mirando la novela por la televisión, a pesar que la novela era bastante lacrimógena; la vieja estaba cagándose de risa sola de las desventuras de la protagonista.

Connie corrió a la cocina y encontró que a su torta aun caliente, le faltaba un generoso pedazo. Decidido a evitarle una sobredosis a su abuela, llevó el resto de torta a la habitación, comió una porción, guardó lo que quedaba y se puso a reír de la imagen de la vieja pegada al televisor riéndose sola.

Fue consumiendo la torta durante la semana y cuando sólo le quedaban dos pedazos, los puse en un tupper y se los llevó a clase, para merendar. Cuando estaba en medio de una aburrida clase de contabilidad, ante una pregunta de una chica al profesor, siente que los dos pibes detrás de él empezaron a reír descontroladamente y sin razón. Los pibes estaban tentados de risa y salieron de clase rápidamente, Connie, por las dudas miró debajo de su asiento, donde había dejado el tupper y confirmó su sospecha, el tupper estaba vacío.

Pregunta: No podremos patentar la idea? Tortas Bob Marley garantizan la diversión en tu cumpleaños

Piropos compulsivos

Cuando tenía 8 años, mis viejos decidieron librarse unos meses de mí y con la excusa de que perfeccionara mi ingles, me deportaron a vivir con la familia de mi tío Walter, en Flint, Michigan. Fui al colegio allí, aprendí a andar en bicicleta, a nadar (bueno, maso), aprendí inglés, lo pase muy bien. Al final retorné a Perú, espiquin in inglich, yeea.

Mi tío era cirujano cardiovascular y con mi tía habían adoptado el american way of live, por lo cual no hablaban español ni siquiera en la casa, solo inglés. Salvo cuando piropeaba.

Mi tío tenía una compulsión por los piropos. Iba en su station wagon por Flint y si veía una gringa con buen trasero, le espetaba un "Mamita, que rico tu cucú" o "Con esas tetas me alimento un año entero" in espanich, obvio. No le importaba si al lado estaba su esposa, sus hijas o hijos, su madre o en este caso su sobrino. Tampoco importaba si íbamos a misa o si nos llevaba a la escuela a las 7 y 30 de la mañana, toda ocasión era propicia para alabar un buen culo o un buen par de tetas.

La primera vez que lo escuché piropear y de una forma tan zarpada (estábamos en 1973!), le expresé mi sorpresa. Me dijo: "Sobrino, aquí nadie entiende ni michi de castellano, no te hagas problema" y siguió con sus ocasionales piropos compulsivos.

Cuando llegó el verano boreal, osea junio, hicimos los bártulos, nos subimos todos a la station wagon y en dos días cruzamos 6 estados: Michigan, Ohio, Kentucky, Tenesee, Georgia y Florida, hacia la soleada Miami donde mi tío tenía una casita de verano y un yate para hacer pesca deportiva.

Un día, mientras cruzabamos el centro de Miami, mi tío divisó un culo increíble y claro, ni corto ni perezoso, le espetó un:

- Que buen trasero! Si mi mujer no estuviese acá al lado, te llevaba a la playa, mamita!
- Que te pasa a tí? come-mierda!

Escuchamos la respuesta en un claro, sonoro y entendible cubano.

Claro, el pelotudo se había olvidado de donde estaba, no había visto que la portadora de tremendo traste era una latina y se mandó con su piropo de rigor, la mujer, ofendida, descargó sobre él el peor insulto cubano: come-mierda. Mi tío, a las apuradas, sacó el coche del centro de Miami y desde esa vez no lo escuché volver a piropear por el resto de mi viaje. Me dió un poco de vergüenza, y no lo hice, pero quería preguntarle: "exactamente, que es un come-mierda?"