domingo, 30 de agosto de 2009

El comisario de abordo

Hace unos 12 años, andaba soltero por esta vida, y en alguna salida que hice conocí a Marcos, un pibe con el que intercambiamos teléfonos, me dijo que era comisario de abordo de United Airlines y quedamos en hablarnos entre semana.

Así fue, el flaco vivía con sus viejos en Pilar y viajaba a USA una o dos veces por semana, por lo que sus horarios eran complicados. Después de hablar la primera semana un par de veces no tuve noticias de él por la siguiente. Todo bien, algunas cosas que dijo y como lo dijo, me hicieron dar cuenta que Marcos era bastante afeminado, por lo que no tenía interés de iniciar una relación con alguien así. Cuando volvió, me llamó de vuelta y yo, para no ser mala persona, le aclaré que no me interesaba iniciar una relación con alguien a quien no pudiera ver tan seguido, por lo que deje sentado que no se hiciera ilusiones.

Pasaron dos semanas y me llamó un jueves. me dijo que había viajado a USA y que me había traído un perfume de regalo, le agradecí y le dije que no debía haberse molestado, pero él insitía en que me lo quería dar. Me dijo que al día siguiente quería invitarme a su casa a cenar y ver una peli en su home theater, y de paso me daba el perfume. Le agradecí y decliné la invitación, pero insistió.

Me explicó que no iba a poder salir por que debía quedarse en casa cuidando a su hermanito, casi me rogó que fuera y al final cedí. Por lo que ese viernes, tipo 22.30 estaba en Pilar tocando el timbre de la casa. La cena fue agradable, me comentó anécdotas de los viajes en avión, y después pasamos a ver la pelicula. Era 1997, tener una sala para ver películas, con proyector y home theater era algo novedoso, puso la película y nos quedamos mirandola sentados en dos mullidos sillones reclinables de cuero.

Terminada la película, yo ya me estaba por retirar, y Marcos insistía que me quedara y me proponía que hiciéramos algo, yo le dije que no, pero de alguna forma terminamos en su habitación. La cosa es que estábamos en los preliminares cuando de repente el hermanito de Marcos abre la puerta de la habitación. El pibe era down, tendría unos cuatro años mas que Marcos, pero mentalmente debía tener 8 años.

Rápidamente me escondí detrás de la cama y como pude me vestí, y aunque Marcos me aseguró que no, estoy seguro que su hermano nos vio haciendo algo. El chico tenía hambre y le pedía a Marcos que le preparase algo de comer. Un bajón. Me despedí a las apuradas y regresé a Capital lo más rápido que pude. Nunca volvimos a hablar ni supe de él.

Ahora que me acuerdo, tampoco me dio el perfume que me compró de regalo.

Sindrome que?

A principios de los 80, el Peppermint fue el más reputado cabaret de Lima. Estaba muy bien ubicado, en una zona comercial de San Isidro, era muy discreto, y era caro, como todo antro que se precie.

Fito lo conoció cuando entró al negocio de la importación de camiones alemanes MAN. Venían los teutones a conocer a los incaicos que querían comprarles camiones y ómnibuses y había que agasajarlos de noche. Primero, a cenar a El Cortijo, una parrilla reconocida y después a tomar unos tragos acompañados de bonitas señoritas al Peppermint. El lugar lo fascinó y desde allí, lo sumo a su lista de segundos hogares, junto al hipódromo, el bingo y el burdel del cinco y medio.

Si bien era muy caro, como Fito en esa época empezó a llenarse de plata, merced a venderle camiones y ómnibus a cuanto cholo se le cruzara, el costo no generaba un impedimento para que Fito recalara en el susodicho antro. Conocía a las chicas por su nombre y ellas lo conocían a él también. Nunca pude entender como Fito, siendo abstemio y nunca haber tomado una gota de alcohol podía pasarse horas allí consumiendo solo coca colas a precios exhorbitantes.

Yo solo fui en dos oportunidades, por varias razones, hasta fines del 82 era menor de edad y no me iban a dejar pasar, a fines del 83 emigré del Perú, y además, la plata no era un bien que me sobrara en ese entonces (bueno, tampoco ahora, aunque me doy mis gustos, claro). En las dos oportunidades que fui, vi a varios personajes conocidos allí dentro, un senador, uno que otro diputado, y hasta al padre de un compañero de colegio, siempre muy bien acompañados, obvio.

Una noche le organizaron allí la despedida a Fernando, que se iba a vivir a España. Fito entró y llamó a sus chicas predilectas, Giselle, Evelyn y Anabel para que Fernando eligiese. El invitaba el costo de la mina. Fernando ante el ofrecimiento, eligió a Anabel y partieron para un hotel que estaba a la vuelta y que trabajaba en sociedad con el cabaret.

Pasaron mas de 2 horas desde que habían salido y no había novedad de Fernando ni de Anabel. Donde carajo estaban? se preguntaban. Pagaron la cuenta del cabaret y fueron hasta el hotel de la vuelta para preguntar. Al llegar se sorprendieron de ver una ambulancia y un patrullero en la puerta. "Mierda! este pendejo algo mal hizo y la cagó" dijo Fito. Sacando su carnet de la mutual de la policía (su viejo en esa época era general de policía) entró a preguntar por su amigo.

Sí, algo habia pasado. Fernando se encontró con que podía dar rienda a suelta a su sexualidad desaforada y decidió entrarle a la señorita por popa, es decir, por la puerta de atrás. No creo que para Anabel haya sido esa su primera experiencia con el sexo anal, teniendo en cuenta la profesión que llevaba, pero sí sospecho que fue la última; ya que estando en posición de perrito, en medio del ajetreo y con todo el miembro de Fernando insertado, la mina se desplomó. Se demayo? Se murió? Fernando no sabía que hacer.

Primero, dejo de lado lo que estaba haciendo y trato de reanimarla, sacudiéndola (como si ya no hubiese estado haciendo eso antes), le dio un par de cachetazos para ver si reaccionaba y nada. Le dio unos masajes de resucitación en el pecho, nada. Fernando empezó a darle respiración boca a boca, ninguna respuesta de Anabel. Estaba flácida como un flan e inconsciente.

Fue al baño, trajo un vaso con agua y se lo tiró en la cara. Alli la mina entró a reaccionar, al menos no estaba muerta (como me imagino sí estaba la poronga de Fernando, por el susto), pero respiraba con dificultad, por lo que siguió con la respiración boca a boca. Cuando mas o menos vio que Anabel recuperaba la conciencia, llamó a la conserjería y estos llamaron a la ambulancia y a la policía.

Los de la ambulancia se llevaron a Anabel a un hospital para hacerle chequeos profundos (no me quiero imaginar lo que podian encontrar en la profundidad de esos chequeos), y los del patrullero se cargaron a Fernando en calidad de "demorado". Recién a la mañana siguiente dieron de alta a Anabel y liberaron a Fernando sin cargos.

Que había pasado? te preguntaras. Un síndrome vagal.

Aparentemente las embestidas sexuales de Fernando tocaron de alguna forma una zona sensible de Anabel, cercana al nervio vago, que coordina la llegada de oxigeno al cerebro y la frecuencia del ritmo cardiaco. Esto le generó una arritmia y el desmayo, de pedo no queda Anabel en coma por falta de oxigeno, felizmente los masajes de resucitación y la respiración boca a boca fueron acertados y el vaso de agua en la cara la despertó.

Como dije antes, dudo que Anabel desde esa fecha acepte visitantes por la puerta de atrás. Lo que sí sabemos con certeza, por que lo contó en cartas que en'vió desde la peninsula ibérica, es que Fernando estuvo con tratamiento psicológico y por mas de una año tuvo problemas de erección, merced al trauma de saber que casi mata a una mina de un vergazo por el culo.

sábado, 29 de agosto de 2009

Yo eso no como

Hace varios años nos encontrábamos planificando vacaciones en noviembre, habíamos pensado en Brasil y Claudia, nuestra amiga, sobre la cual hable en "Psicosis en vivo" (http://absolutemandrin.blogspot.com/2008/12/psicosis-en-vivo_28.html), vendría con nosotros.

Buscábamos opciones en Angra dos Reis o Buzios y de repente Sergio un día me llama a la oficina y me dice que ya había encontrado las vacaciones ideales, nos íbamos de crucero. Al principio dudé, pensé que iba a ser demasiado caro, pero haciendo los números, vimos que no era tan caro, el problema era Claudia, a ella se le iba a hacer muy cuesta arriba. Analizando alternativas vimos que el tercer pasajero en el mismo camarote tenia descuento, y ella no se opuso a compartir el camarote con nosotros, cerramos la idea, reservamos y a mediados de enero estábamos viajando a Sao Paulo para embarcarnos en el Splendour of the Seas desde Santos hacia Buenos Aires.

Ya en el avión la cosa empezó a complicarse con Claudia. Era no solo su primera salida fuera del país, sino su primer viaje en avión. La mina estaba cagada en las patas. Todo el viaje de tres horas a Sao Paulo rompió las pelotas con que estaba asustada y la menor turbulencia la ponía loca, pero por ser primeriza la entendimos.

Desembarcamos en Sao Paulo y apareció un nuevo problema, el idioma. Llegué a creer que ella era el único ser humano con fobia al portugués. Le hablaban y el hecho de no entender todo lo que le decían la desencajaba, y ella, recurría a su cajita mágica, sacaba una pastillita azul o una naranja, dependiendo si estaba deprimida o eufórica y se la tomaba. Así en el trayecto del aeropuerto hasta el barco se habrá mandado dos o tres pastillitas.

La primera noche en el barco aparecieron los inconvenientes con la comida. Pidió un plato con lomo y de acuerdo a lo que dijo, "la carne tenía un gusto raro". Pidió cambiarlo. Le recomendamos el cordero o el lenguado que estábamos comiendo nosotros, pero ella nos respondió que no le gustaba ni el pescado y que el cordero solo lo comía si lo había preparado su papá. Comió pastas esa noche y casi todas las noches siguientes, salvo cuando hubo pollo. Ni carnes ni pescados comió.

A la hora de los desayunos, lo de ella era muy frugal. Si no conocía la fruta que estaba servida no se animaba a probarla. Un yoghurt, un poco de queso, pan y café con leche. Creo que hasta al jugo de naranja le había tomado idea. "No! Yo eso no como" nos contestaba cada vez que le ofrecíamos algo.

La primer escala del crucero fue en Río. Bajamos para recorrer la ciudad y cuando fuimos a almorzar a un restaurante basilero que esta en Ipanema, frente al "Garota..." Sergio se pidió patas de cangrejo, yo feijoada y ella, ante la imposibilidad de conseguir pollo, pidió una entrada como plato principal, bolinhos de queijo, que no son otra cosa que bolitas de muzarella rebozada.

Se ve que la comida la afectó y si bien llevaba con ella las pastillitas de colores, había dejado en el barco el resto del botiquín, por lo que no sabemos si inventó o realmente le dio una migraña. Chau Río. De vuelta al barco para que Claudia tome un migral y descanse.

La siguiente escala fue en Buzios, bajamos temprano a la mañana y Claudia vino con nosotros, pero poco después del almuerzo, tuvo urgencia de regresar a bordo y allá volvimos con ella. A la noche, Sergio y yo le dijimos que volvíamos a Buzios por nuestra cuenta y la dejamos descansar con sus pastillitas en el camarote.

La tercera escala no pudo ser. Por mal clima, se hacia peligroso desembarcar en Ilha Bella, así que nos quedamos en alta mar. Esto puso a Claudia de peor humor, puteaba por haberse perdido una escala. Estaba totalmente loca. Si cada vez que bajaba del barco se desesperaba por volver. Al sentirla quejarse por haber perdido la escala hasta llegué a imaginarme que de alguna forma estaba disfrutando del viaje verdaderamente, pero no. Era todo fingido, requería quejarse de algo.

La última escala antes de llegar a Buenos Aires fue Punta del Este. Acá estaba alegre por que ya no se hablaba portugués, pero para variar, jodió para regresar a la seguridad del barco a la hora y media de bajar.

Para culminar con un broche de oro, la última noche fue la de su cumpleaños. Le avisamos a los mozos y estos trajeron una pequeña torta y le cantaron el Feliz Cumpleaños. Luego del brindis con nosotros nos agradeció por las vacaciones más maravillosas que alguna vez tuvo y nos pidió que al año siguiente volviéramos a salir juntos los tres. OMG!

Homero y su grupo

El fin de semana pasado nos fuimos a las Cataratas del iguazú en una escapada de 4 días. Una vez que aterrizamos en Iguazú, la agencia de viajes nos esperaba con un micro para cruzar la frontera a Brasil y alojarnos en nuestro hotel. Mientras esperábamos que se reuniera todo el grupo que iba en la misma excursión, divise a Homero. Alto, de unos 55 años, gordo, culón, aunque mas bien de culo caído y chato. Era fiel reflejo del Homero de los Simpson. Iba en un grupo con otras 7 personas, todas de su misma edad.

Mientras esperábamos, hablaba y gesticulaba como para que todos lo escucharan. El era el líder de su grupo. Nos subimos al micro y ellos ocuparon gran parte de los asientos de atrás. Una vez en camino a la frontera, el coordinador empezó a recolectar y revisar los documentos. Primer problema. Una de las mujeres del grupo de Homero tenía la cédula vencida y obviamente no podía salir del país. Mirá que hay que ser boluda! Al recibir los vouchers y pasajes, nos habían dado también un papel que indicaba la documentación necesaria para cruzar la frontera, indicando todos los casos posibles, incluyendo los casos de viajar con niños, etc. Ahí claramente decía que la cédula debía estar vigente.

Homero, como buen líder se puso a hablar con el coordinador en el pasillo del micro, al lado nuestro, buscando la forma de coimear a alguien para que su amiga pasara. Como vas a coimear a los de inmigraciones, hay que ser muy boludo! Además, no solo había que coimear del lado argentino, sino también a los brazucas, y eso ya es mucho mas complicado.

Cuarenta minutos de demora en la frontera por culpa de la indocumentada, mientras Homero negociaba con los de inmigraciones. No hubo caso, la jovata tenia tres opciones: se regresaba a aeroparque en el siguiente vuelo, conseguía que alguien le mandara el DNI o pasaporte y cruzaba esa noche o al día siguiente, o se quedaba en algun hotel de Puerto Iguazú y solo la veíamos cuando hiciéramos las cataratas del lado argentino y al regresar. Dejamos a la vieja en la frontera y cruzamos. Homero tenia una cara de orto y comentaba todo el tiempo lo pelotuda que había sido su amiga.

Al llegar al hotel, en el check-in te pedían el voucher del alojamiento y además de la llave de la habitación, daban por pasajero unas tarjetas magnéticas que servían para los consumos dentro del hotel. Cuando lo llamaron a Homero y le pidieron su voucher, muy tranquilamente entregó un papel, el cual no era otra cosa que la factura de compra del paquete. Le reclamaron el voucher y dijo no tenerlo, lo había dejado en Buenos Aires! la buena voluntad del hotel pudo más, y llamaron a la agencia de viajes para que les reimprimiesen una copia de ese voucher y se los mandaran por fax, hasta tanto, como no estaban seguros del tipo de habitación, Homero y su mujer quedaron esperando en el lobby. Nueva cara de culo y puteada por lo bajo.

La primera noche, al ir a cenar nos pidieron las famosas trajetas magnéticas para cargar las bebidas. Mientras cenábamos, en la puerta del restaurante apareció Homero. Al acercársele el maitre, le pidió "mesa para ocho", el restaurante estaba lleno, y obviamente el maitre debía hacer malabares para acomodarlos, mientras lo organizaba le pidió la tarjeta de la habitación. Homero quien esperaba una alfombra roja me imagino, le dijo "soy de la 200", el maitre lo miró como diciéndole "y que con eso?" y le volvió a pedir la tarjeta. Homero dijo que a él no le habían dado nada e insistió con que "era de la 200". Como no había forma de hacerlo entender, el maitre llamó a alguien de la conserjería y estos le explicaron que esa tarjeta debía tenerla en su habitación. Homero se fue y regresó al rato con las tarjetas y con sus siete acompañantes, incluyendo a la jovata de la cédula vencida, que había logrado pasar la frontera merced a que su marido le mandó el DNI por avión esa misma tarde.

A partir de que comenté esta anécdota con otras personas del contingente al día siguiente, mientras desayunabamos, entre los pasajeros y la guía lo empezaron a llamar Homero.

Al finalizar el viaje, al momento del check out el hotel te daba una encuesta de calidad. Para mi estuvo todo entre 9 y 10 puntos. Pero para Homero no. Se quejaba con la gente del resto del grupo de que en el restaurante, la música en vivo solo pasara música brasilera y no tocaran tangos, de que la comida del hotel no incluía milanesas o asado, etc. Lo hacía por joder, obviamente, si no, no me explico como al pasar la aduana de regreso a Argentina, cuando le pidieron ver el contenido de una bolsa que llevaba en la mano, entre algunas artesanías aparecieran los frasquitos de shampoo y crema de enjuague que te dejaban en la habitación.

El hotel habrá sido malo para él, pero los shampoo bien que se los llevó de recuerdo.

lunes, 17 de agosto de 2009

Yo paso

En el 2002, aprovechando un fin de semana largo en agosto, nos fuimos con Sergio a Villa General Belgrano, en Córdoba. Fue un lindo fin de semana, aprovechamos para ir hasta La Cumbrecita, degustar las tortas del lugar, comer strudel de manzana, gulash, comidas alemanas y tomar algo de cerveza, estuvo bueno.

Un día mientras caminábamos por el pueblo vimos un chalet que en la puerta tenía un cartel que decía SPA: Sauna y masajes. No nos hubiese venido mal un poco de relax, así que fuimos a averiguar. Nos atendió un hombre de casi 60 anios, muy extraño. Medio hippon, una mezcla de Ron Woods con Bob Marley. Nos hace pasar y nos explica que ese no era sólo un spa para relajarse sino para hacerle un service integral al cuerpo, por que era un tratamiento completo, el cual empezaba a las 8 de la mañana y duraba por 4 horas.

Ese tratamiento consistía en la siguiente rutina: Tres sesiones de sauna finlandés a 90 grados de temperatura por 30 minutos, alternados con 10 minutos de ducha fría a 5 grados. 30 minutos de masaje descontracturante, una limpieza de colon con un enema a base de hierbas de la zona, para lo cual, había que ir en ayunas y al inicio de la rutina se bebía un té laxante que él preparaba. Finalizando el enema y la limpieza interna te dejaban 30 minutos en una sala de relax con música para meditar mientras se quemaban eucaliptos para abrir las vías respiratorias.

Ahh, si uno quería, podía combinar el tratamiento con urinoterapia, para expulsar las impurezas del cuerpo. El chabón hablaba y hablaba para convencernos de tomar el pack básico al día siguiente y nos mostraba las (precarias) instalaciones del spa.

Ya desde el inicio la cosa no me gustaba mucho. Eso no era un spa, sino era la casa del tipo. La idea de andar desnudo dentro de su casa no me convencía mucho. El viejo además tenía cara de libidinoso y por otra parte, ni en pedo pensaba darme esas duchas de 10 minutos con agua a 5 grados, ni hablar de dejar que me haga un enema. Eso era demasiado, pero cuando dijo lo de la urinoterapia, dije este es un chanta.

Sergio a quien le encanta ponerse hablar de estas cosas, le preguntaba detalles del tratamiento. OK, yo lo conozco a Sergio y se que lo hace por preguntar nada mas, de curioso, pero en el fondo estaba con un pequeño temor que el viejo lo estuviera convenciendo y Sergio deseara hacer el tratamiento al día siguiente.

Finalizada la explicación y las respuestas a las preguntas de Sergio, el viejo nos pidió los datos nuestros para las fichas y nos dijo que lo pensáramos, y que si nos animábamos, fuesemos al día siguiente a las 8 am en ayunas. Habremos estado allí adentro unos 45 minutos... de terror! Nosotros solo fuimos a averiguar por los servicios que ofrecían y los precios.

Salimos, caminamos unos metros, lo miré a Sergio y le dije "no se vos, pero yo paso". Sergio me miró y se río, diciéndome "ni en pedo vengo a que me toque este loco, encima nos quería hacer un enema y la urinoterapia, que asco!"

Por las dudas, durante el resto de los días que estuvimos en la Villa, tratamos de no pasar por el frente del "spa" no vaya a ser que nos crucemos con el loco y nos tenga como media hora hablándonos de vuelta.

domingo, 16 de agosto de 2009

Habrá sido un Muki?

En 1981 me hice una rápida escapada al callejón de huaylas, en Ancash, Perú. A este valle se le denomina así por estar entre dos cadenas de los andes, la cordillera blanca y la cordillera negra. La cordillera negra es la mas occidental y debido a su proximidad con la costa, carece de cumbres nevadas, en cambio, la cordillera blanca esta en medio de las sierras y sus cumbres son de mayor altura, por lo que sus montañas están siempre nevadas.

En la cordillera blanca están los picos más altos del Perú, el Huascarán, el Huandoy, y la que es considerada la montaña mas hermosa del mundo, el Alpamayo



Mi escapada fue a partir de una invitación de Felipe, un amigo nuestro del barrio, ingeniero agrónomo, el cual estaba trabajando en Carhuaz, en el callejón de huaylas, para una empresa que se dedicaba a exportar flores. Como yo no conocía esa zona del Perú, me tomé un colectivo un jueves a la noche y a la mañana siguiente estaba desembarcando en Huaraz, la capital del departamento de Ancash.

Felipe me esperaba en Huaraz y usando la 4x4 de la empresa me hizo hacer una rápida recorrida por el valle durante ese fin de semana. El viernes, aprovechando que estábamos en Huaraz, hicimos una recorrida por la parte sur del valle, fuimos a Recuay y de allí, subiendo la montaña, hasta las ruinas de Chavín de Huantar, las más antiguas del Perú.

El sábado hicimos la parte norte, la más linda. Salimos temprano de Carhuaz y la primera parada fue en Yungay, ver las ruinas del alud del terremoto de 1970 que sepultó la ciudad entera (habían rocas del tamaño de una casa, restos de colectivos retorcidos que emergían del barro seco, algo bastante impresionante). De allí hicimos la ruta que te lleva hasta la laguna de Yanganuco al pie del Huascarán y al lado del Huandoy. En algún lugar debe haber una foto que tomé de la laguna entre las dos montañas imponentes. Un paisaje muy lindo.

Después siguiendo hacia el norte, Caraz y la posibilidad de llegar cerca del Alpamayo para fotografiarlo. Para esto hay que hacer un camino de tierra de como dos horas bordeando un precipicio, hasta la laguna de Parón. Desde allí se pueden tomar muy lindas fotos del Alpamayo.

En Parón encontramos a una pareja de ingleses y nos pusimos a conversar. Ellos estaban casados y eran fotógrafos profesionales, regresaban a Huaraz a comprar rollos de fotos y nos pidieron si los podíamos llevar. Habían venido al Perú a fotografiar paisajes y montañas para editar su nuevo libro de fotografías, esta vez sobre los Andes. Llevaban 6 meses en Perú y ya habían estado en Puno, Cuzco, Apurimac, Ayacucho, Junín y Pasco. Y por lo que contaron, llevaban tomadas más de 2500 fotos. Su última escala era Ancash. Luego de eso regresaban a Londres y allí, tendrían por delante seis meses más de trabajo revelando y seleccionando las mejores fotos para la edición del libro, el cual contendría unas 150 fotos solamente. Que laburo!

En el camino de regreso nos contaron que algo muy extraño les había sucedido. Ellos viajaban normalmente con sus mochilas, bolsos de dormir y una carpa, para poder quedarse uno o dos días en las zonas que les interesaba fotografiar. Por precaución, en cada ciudad capital adonde llegaban, aprovechaban para mandar los rollos de fotos a Lima, donde un amigo los recibía y los guardaba. Habían salido de Huaraz hacía 10 días con mas de 30 rollos vírgenes, y los habían venido usando en los distintos parajes donde estuvieron.

Al llegar al Alpamayo, decidieron dormir una noche en la entrada de una cueva o mina abandonada que encontraron. Armaron la carpa allí y durmieron. A la mañana siguiente cual habrá sido su sorpresa al descubrir que habían desaparecido todos los rollos, los nuevos y los usados, inclusive los que estaban dentro de las cámaras!

El resto de las cosas estaba intacto, las cámaras, trípodes, filtros de luz y demás elementos de fotografía, todo estaba allí, lo único que faltaba eran los rollos, por ello regresarían a Huaraz a comprar nuevos rollos y hacer todo el recorrido de los últimos días de nuevo.

Nos dijeron que de acuerdo a unos campesinos que habían encontrado y a los que les habían relatado lo sucedido, este robo parecía ser obra de un Muki, o duende de las minas. Yo algo había oído hablar de los Mukis antes, pero supuse que se trataba de alguna fábula de las sierras. De acuerdo a lo que me habían dicho, los Mukis eran unos duendes que se sentían propietarios de las minas, y que solo vivían dentro de estas. Los mineros generalmente sufrían sus bromas, ya que su actividad favorita es hacer desaparecer objetos y asustar a la gente.

No se me ocurre quien podría haberles robado los rollos a estos ingleses, en medio de la sierra, en la entrada de una cueva y desde adentro de la carpa, sin llevarse las cámaras o el dinero que tenían encima. Será cierto y existirán los Mukis?

sábado, 15 de agosto de 2009

Lady Ass

Defectos tenemos todos. Algunos como yo estamos pelados, otros son narigones, algunos son tan panzones que ya no se ven el pito, otros en cambio no se lo ven por que lo tienen muy chico; hay gente que es orejona, chicas sin tetas. En fin, hay de todo y de esta capa nadie escapa, como diría un muy viejo refrán.

Pero, si hay un defecto que es imposible de ocultar, es el tener un culo enorme. Osea, esta bueno observar un buen culo, formado, paradito. Hay gente grandota o gorda y culona, pero su culo esta acorde a su cuerpo. El problema se presenta cuando el culo sobresale por sobre la anatomia de la persona, y se convierte en algo grotesco.

Venía esta semana en el subte, y el asiento a mi lado estaba vacío. Yo iba tranquilamente escuchando música y leyendo "Conversación en la catedral" en mi ipod, cuando de repente, Lady Ass (no puedo llamarla de otra forma, y a falta de su verdadera identidad, me parece adecuado el seudónimo) hizo su entrada en el vagón.

Por Dios! Parafraseando a Cyrano de Bergerac, "Érase una mujer a un culo pegada. Érase un culo superlativo". Lady Ass trazó la ruta mas corta entre la puerta y el asiento a mi lado y cual ballenato en celo se dirigió a su presa. Podría jurar que al caminar, parecía que ese culo tenía vida propia. Ella iba en línea recta y el culo se desplazaba bamboleandose en curvas.

Obviamente que los asientos de los vagones nuevos de la linea D no están preparados para acomodar semejante culo, por lo que, cuando se sentó, mi pierna se vio sepultada bajo una parte de ese culo. Supongo que la chica que iba del otro lado del asiento corrió la misma suerte, pero yo, a diferencia de ella, no tenia para donde correrme hacia el otro lado, por que era el asiento del extremo. Es decir quede atrapado entre el borde de los asientos y un culo que me presionaba.

Que se dice en una situación de este tipo? "Por favor, podría retirar su culo de mi pierna?", "Señora, su culo no me permite respirar?" Intenté acomodar mi cuerpo a la situación, cosa que fue muy complicada. Era como tener una fuerza de 2G presionando a mi costado. En serio, esa mina debe ser el terror de los inodoros. Si los inodoros tuviesen vida propia saldrían huyendo al verla entrar. Seguramente debe haber roto algunos ya.

Pues bien, íbamos en esta situación, cuando Lady Ass se acordó del tejido. Saco sus dos agujas y el bollo de lana del bolso y se puso a tejer, incapaz de percibir que ahora no solo molestaba a sus vecinos con el culo sino con el movimiento de sus brazos y las agujas. Para mí, lo hizo a propósito, por que obviamente, yo ya no podía seguir leyendo en el ipod. Lo guarde en la campera, me levanté y deje el asiento vacío para que se siente algún valiente o un niño.

Lady Ass viendo que tenia nuevos territorios para conquistar, acomodó su gran culo en un tercio del asiento que yo acaba de liberar y siguió tejiendo lo más feliz de la vida. Nadie se sentó en tan minúsculo espacio y ella no se dio por aludida.

Así fue como viaje hasta la oficina. Parado por culpa de Lady Ass.

Almorzando con Mirta Legrand?

El padre de un amigo fue durante muchos años marino mercante, y esta historia nos la relató a su hijo y a mi en 1980. Unos veinte años antes, estaba abordo de un barco que iba de Panamá a Lima. En Panamá además de la carga habitual, habían ingresado una caja de casi dos metros de largo y un metro veinte de ancho, la cual no depositaron en los compartimientos de carga, sino en una habitación del sector de la tripulación.

En ese barco viajaba también otro marino, el cual se caracterizaba por ser un bromista empedernido, siempre le hacia bromas pesadas a sus colegas, y estos aprovechando que venía su cumpleaños decidieron devolverselas todas juntas en una sola. Para el día de su cumpleaños le prepararon un almuerzo especial, su plato preferido, arroz con pato y se lo sirvieron en una habitación contigua al comedor, en una mesa bien adornada, con un buen mantel y una botella de vino.

El flaco se sentó a comer, pero cuando estaba dando cuenta del quinto bocado noto algo raro, estaba comiendo solo sentado a la mesa y tenia a todo el resto de la tripulación de pie a su alrededor, algunos de ellos se estaban riendo disimuladamente. Dejó de comer y entro a revisar la comida por si le estaban haciendo una broma pesada. Nada, todo parecía estar OK. Preguntó que pasaba y los otros marinos le dijeron que nada y empezaron a cantarle el feliz cumpleaños para distraerlo, pero él ya intuía que algo se tramaban.

Entró a revisar y le llamo la atención que la mesa fuera muy angosta, levantó el mantel y ahí se dio cuenta... mandó a todos a la concha de su madre, se levantó y dejo de comer.

La mesa la habían servido sobre la misteriosa caja que cargaron en Panamá, la cual contenía un ataúd y el cadáver de un comerciante peruano que debían descargar en Lima.

Sí, el bromista había estado saboreando el arroz con pato de su cumpleaños sobre un cadáver. Desde ese día, el bromista dejó de comer arroz con pato y de hacer sus bromas pesadas.

Pare de sufrir!

Estábamos un sábado al mediodía en Ciudad del cabo, habíamos ido al centro de la ciudad a ver algunos negocios, averiguar los costos para ir al parque Kruger y como Sergio tenía ganas de comprarse un brillante, estuvimos recorriendo joyerías. En nuestros planes estaba visitar el museo del apartheid, por lo que después de las 13 horas, cuando los negocios entraron a cerrar nos dirigimos hacia allá.

De acuerdo al mapa estaba el museo cruzando el centro a unas 8 cuadras de donde nos encontrábamos almorzando. Empezamos a caminar y realmente nos dio un poquito de miedo. Los negocios casi todos cerrados, una onda el Once un sábado a las 5 de la tarde, muchas cajas de cartón vacías en las calles, persianas bajas, basura en las esquinas, y muchos morochos caminando o charlando entre ellos. Eramos los únicos blancos en mas de 100 metros a la redonda. Eso, el tema de lo que pasó con el apartheid, los negocios cerrados y las calles sucias hacían un combo que metía miedo.

Sergio me dice "acá nos afanan". Revisamos nuestro mapa y estábamos a tres cuadras solamente de nuestro destino, es decir que era mas cerca llegar que volver, por lo que seguimos caminando con precaución y miedo.

Cuando de repente, al doblar en una esquina, con que nos pudimos encontrar? Con un local de la Iglesia Universal. Sí, los brasucas habían comprado un viejo cine y habían hecho lo mismo que acá, habían abierto un local de la iglesia universal con el mismo logo, y el lema "Pare de sufrir!" pero en inglés "Stop suffering!"



Nos tranquilizamos al ver que muchos de los morochos que estaban en las calles entraban al servicio a la iglesia, habían estado haciendo tiempo para ir a orar, por eso vimos tantos en la calle. Nosotros seguimos nuestro camino y llegamos al museo del apartheid.

Por las dudas, cuando salimos de allí, tomamos un taxi al hotel.

Delivery

Me acorde de esto mientras escribía lo del pollo de KFC.

Hace unos tres años la tenia a mi vieja de visita acá y una noche se me ocurrió pedir Pollo a la brasa a un restaurant peruano de acá de Belgrano. Que tiene de diferente? Tiene un sabor especial el aderezo que le ponen al cocinarlo y te lo acompañan con papas fritas, ensalada, una mayonesa muy rica y un ají picante.

Llamé, hice el pedido de un pollo entero y adicionalmente a modo de entrada, me parece que le pedí una porción de papa a la huancaína. Cuando le doy la dirección, el que me atendió el llamado me dijo que hasta acá no hacían delivery. Le respondí que varias veces me habían traído, que estábamos a 5 cuadras, pero el serrano (se sentia por telefono que este tipo era un peruano de la sierra) estaba negado. No, hasta mi casa no llegaba el delivery.

Le di el nombre de las calles, una por una de la ruta que había que seguir para demostrarle que eran 5 cuadras. No había caso. Acá no llegaban.

Cansado de estar discutiendo con un idiota, me salió el mal humorado de adentro y le dije "Bueno. No me traigas nada, perdete el pollo en el orto!"

No se si habrá seguido mi consejo... Pero los he visto, tiempo después, haciendo delivery en mi edificio. Por las dudas no volví a llamarlos, no vaya a ser que antes de envolverlo me lo escupan al pollo.

No quiero hablar con el gerente...

En Perú de tanto en tanto íbamos con amigos a cenar a locales de una cadena de fast food (de hecho, la primera que se instaló allá), el Kentucky Fried Chicken. Como acá no está, se las describo al pasar. Los locales están todos decorados en rojo y blanco, su logo es la cara del fundador, el Coronel Sanders. Todo local tiene un cuadro con la foto del jovato, como si fuera el empleado del mes en Mc Donalds.



Su comida esta en base a piezas de pollo rebozadas y fritas, muy grasoso por cierto. Esto se acompañaba con ensalada de repollo y zanahoria, con un aderezo de mayonesa bien líquida o con puré de papa, y la correspondiente gaseosa. Los menús se componían de 2, 3 y 5 piezas de pollo, un pancito, la gaseosa y el acompañamiento de ensala o puré. Habían packs familiares de 10, 15 y 25 piezas.

Una noche de domingo, salíamos del hipódromo me parece y fuimos con Fito y otros amigos a Miraflores. Nos dio hambre y paramos en uno de estos locales. Pedimos cada uno un menú de dos piezas y a la mesa. Fito que tenia un poco mas de hambre que el resto también se pidió un choclo con manteca, el cual era un choclo entero hervido, atravesado por un palito tipo brochette con una aderezó de manteca y sal.
Al empezar a comer, grande fue la sorpresa de Fito al abrir su caja y encontrarse con dos alitas. Como era un menú de 2 piezas se entendía que no podían ponerte el ala, que es la pieza con menos carne, y menos dos alas (es una cargada!). Fue a reclamar y le cambiaron la caja, le dieron una que tenía un muslo y un ala. Nuevo reclamo. Fito diciendo que en un menú de dos piezas no podían poner alas y el pibe que atendía diciéndole que sí se podía.

Para esto, la discusión ya llamaba la atención de otras personas que estaban allí comiendo y nosotros dejamos de comer y fuimos a la caja a hacer presión. El flaco de la caja en un momento de la discusión le dice a Fito "usted no va a venir a explicarme a mi como se arma un menú de 2 piezas, y si quiere llamo al gerente del local". Fito ante esta frase le contestó "yo no quiero hablar con el gerente, quiero hablar con el Coronel Sanders..." nosotros entramos a cagarnos de risa, pero lo peor fue cuando inmediatamente Fito le dijo al pibe "metase su pollo en el culo -y tomando el choclo por el palito- y esta mazorca también!"

Obviamente nos retiramos del local puteando a viva voz y hablando pestes de la comida que allí se servía, para hacer más quilombo nomas, ya que no pudimos terminar de comer.

Eso si, un consejo, tené cuidado donde haces el reclamo de hablar con el ícono de la cadena de comidas, por que si en Mc Donalds pedís hablar con Ronald Mc Donald corres el riesgo de que se te aparezca este personaje y conteste tu reclamo con un "Esta es para vos!"





domingo, 9 de agosto de 2009

Que carajo hacemos acá?

En las vacaciones de invierno de 1982, después de la guerra de Malvinas, un amigo mío junto a 2 pibes con los que hizo el secundario en Lima, decidieron hacer un viaje de mochileros y conocer Santiago de Chile y Buenos Aires, haciéndolo mayormente por tierra en dos semanas. Tenían algunos dólares ahorrados y en Argentina el cambio les favorecía.

El plan original era llegar lo más rápido posible a Santiago de Chile, por lo que lo hicieron en dos tramos por avión. Estar en Santiago sólo dos días, de allí, cruzar a Mendoza, quedarse unos días recorriéndola y después llegar a Buenos Aires, para luego hacer el regreso por el camino inverso.

Hasta Santiago los planes se les iban cumpliendo, pero cuando fueron a comprar los pasajes para cruzar a Mendoza les informaron que el paso del Cristo Redentor estaba cerrado por la nieve, y que la alternativa era cruzar en Avión a Mendoza o Buenos Aires, o irse al sur, a Osorno y cruzar hasta Bariloche.

Esta última idea no les disgusto, pasar por Bariloche sonaba más lindo que estar en Mendoza, así que averiguaron precios y se decidieron a hacer los 1.200 kilometros adicionales hasta Bariloche en colectivo. Partieron y dos días después ya estaban allí. Obviamente Bariloche les encantó (a quien no?), y extendieron su estadía allá por varios días en los cuales fueron a esquiar aprovechando que era invierno.

Estando en el Cerro Catedral, en uno de los paradores, coinciden con un grupo de estudiantes de Salta en viaje de estudios. Hubo onda entre uno de los pibes y una chica de este grupo y luego ella les presentó un par de amigas a los dos pibes restantes. Completadas las tres parejas se dedicaron a divertirse.

Estas chicas les hablaron maravillas de Salta, y entre las cosas que les comentaron, les dijeron que ellos podían regresar desde Salta a Chile en tren por el paso de Socompa, el cual no se cerraba por nieve.

A los tres peruanos viajeros esa alternativa les interesó y analizaron sus alternativas. Si venían a Buenos Aires, para regresar a Chile, sus opciones eran volver por Bariloche donde había paso asegurado, jugarse a cruzar por Mendoza, o de Buenos Aires ir a Salta y cruzar a Chile en tren. Cualquiera de las opciones seguras (Bariloche o Salta) requerían muchas horas de viaje por tierra, por lo que la estadía en Buenos Aires se vería reducida considerablemente.

Otra opción era quedarse en Bariloche todo el tiempo y regresar por donde vinieron y la tercera, motivados por las chicas, era ir en colectivo desde Bariloche a Salta y de allí cruzar a Chile en tren.

Esta última alternativa les pareció interesante, teniendo en cuenta que conocerían la ciudad más linda de Argentina de acuerdo a lo que les contaron las niñas y contarían con guias turísticas aseguradas y predispuestas, por lo que descartaron venir a Buenos Aires y desde Bariloche hicieron los 2.500 kilometros en colectivo hasta Salta.

Salta no les pareció gran cosa, es muy parecida a algunas ciudades peruanas como Trujillo o Arequipa, con balcones y casas coloniales. Para colmo, las chicas, de joda en Bariloche eran una cosa, y en su ciudad, con sus padres, teniendo que ir a la escuela, eran otra cosa; ergo, no les dieron mucha bola. Una vez que recorrieron la ciudad y sus alrededores, los viajeros se decidieron a volver a Chile en tren, además, les quedaban pocos días para retornar a la universidad en Lima.

Lo que las chicas no les dijeron es que el tren que va a Socompa no es de pasajeros, sino de carga y que este tren llega hasta allí, en la frontera con Chile. Los mochileros consiguieron abordar uno de los trenes y llegar a Socompa, donde se bajaron por que otra no les quedaba. Allá en la frontera les informaron que debían esperar entre dos y tres días que viniera el tren chileno, salvo que hubiera una demora mayor por desperfectos.

Muy a su pesar descubrieron in situ que en Socompa no hay nada, absolutamente nada, el desierto en medio de la puna de atacama, a 3.800 metros de altura y nada más, ni hotel, ni restaurante, ni nada. No hay pueblo, es solo un puesto de gendarmería, con barracas para los 20 gendarmes que están allí apostados, la estación del tren, cuatro galpones, tres casillas y solo eso. Del lado chileno tampoco había mucho mas, cuatro galpones y dos casillas. That's all. Otra cosa que descubrieron es que en invierno a esa altura, la temperatura promedio es de 20 grados bajo cero.

Los tres peruanos se miraron entre sí, putearon a las salteñas y se preguntaron que carajo hacían allí en medio de la nada, privados de toda comodidad y cagados de frío.

Subsistieron los dos días de espera al tren chileno, que felizmente no se atrasó. Obvio, se cagaron de frío y de hambre. Dormían en un galpón de gendarmería, en el piso, con unos colchones y frazadas que estos les prestaron, usando hasta tres mudas de su propia ropa como abrigo adicional, se alimentaron con galletitas, chocolates y gaseosas que compraban en un almacen/kiosko que proveía a los gendarmes del puesto de frontera. No tenían acceso a un baño, por lo que no podían asearse siquiera. Y lo peor es que de día entre el frío y el desierto, no tenían nada para hacer. Estaban al pie de un volcán, en la frontera entre Argentina y Chile, aislados del mundo.

Cuando llego el tren chileno negociaron para que los dejen viajar hasta Antofagasta y al descender allí, con la cara quemada por el frio, los labios resquebrajados, la ropa sucia y la barba de tres días, parecian naufragos recién rescatados. He visto fotos de eso.

Buscaron desesperadamente un hotel donde darse un baño, afeitarse y cambiarse de ropa, aunque a esta altura, la ropa que llevaban en la mochila ya no era apta para su uso. Compraron ropa nueva, comieron algo caliente y pasaron la noche en el hotel. Al día siguiente emprendieron el regreso a Lima lo más directo posible.

Como era ese dicho que decía que tres pelos tiraban más que una yunta de bueyes?

No somos terroristas

Cuando en 1983 estudiaba en la Universidad Católica de Lima, era común que por las noches nos reunieramos en alguna de las casas de los miembros de nuestro grupo a estudiar. Así mechabamos cálculo de raíces complejas de ecuaciones de cuarto grado con discos de Les luthiers que Lucho había traído de Buenos Aires, o con discos de Serrat que alguno llevaba.

Un día lunes estábamos casualmente en casa de Lucho, Jorge, Gerardo, Augusto, Julio y yo estudiando y el ambiente en la casa se notaba enrarecido, había mucha ansiedad. Pilar, la hermana menor de Lucho había dado su examen de ingreso a Arquitectura de la Universidad Ricardo Palma, y los resultados del examen iban a ser publicados en un suplemento especial del diario La Prensa del martes.

Cuando llegó el padre de Lucho, a eso de las 10, nos viene a ver y nos propone ir a buscar la edición de la prensa apenas saliera a distribución, a la medianoche, a lo que accedimos. Continuamos estudiando y a eso de las 11.30 de la noche partimos nosotros seis, más Pilar y el papá de Lucho hacia el centro de Lima en dos autos, el Corolla del papá de Lucho y el Subaru de Gerardo (en realidad, el del padre de Gerardo a quien se lo había pedido prestado).

Llegamos al edificio de La Prensa, y esperamos hasta que conseguimos la edición del martes fresquita. Cual habrá sido la sorpresa al ver que el primer lugar del examen de ingreso lo había obtenido Pilar. Para celebrar, el papa de Lucho nos invitó a todos al Sky Room del Hotel Crillón.

Ese lugar fue por muchos años el lounge más cotizado de Lima, en el piso 22 de uno de los hoteles mas caros de la ciudad, tenia una vista espectacular. Si bien su esplendor máximo estuvo entre 1965 y 1975, donde uno se podía encontrar a lo más copetudo de la sociedad limeña, para 1983 todavía era considerado un lugar caro y de excelente nivel. Allá fuimos.

Tomamos cada uno dos tragos. Yo recuerdo haberme pedido un whisky y un daikiri frozen. Celebramos y cerca de las dos de la madrugada partimos bastante alegres. Gerardo quien siempre quiso ser corredor de autos de carrera como su tío, venía manejando como poseído por la avenida Garcilazo de la Vega, yo iba en el otro auto que manejaba el papá de Lucho. Unos 100 metros detrás observabamos como el auto de Gerardo aceleraba y frenaba en la esquina por el semáforo, aceleraba nuevamente a fondo, esquivaba un auto y frenaba de vuelta en otro semáforo, habremos hecho 10 cuadras desde que salimos del hotel, cuando en la esquina con Avenida España, donde en ese entonces estaba la embajada de Estados Unidos, el auto de Gerardo salió del semáforo en diagonal a toda velocidad para dar de lleno contra el cordon de la vereda de la ochava de la esquina del parque de la reserva, frente a la embajada.

Fue tan seco el golpe del cordón de la vereda contra la base del subaru que le quebró el carter al motor y desparramó el aceite por toda la calle.

Al llegar nosotros no mas de 1 minuto después del choque, encontramos al subaru rodeado de 6 policías blandiendo sus ametralladoras, mientras que alrededor de la embajada se apostaban otros 6 u 8 policías más en actitud defensiva.

Claro, eran las épocas de Sendero Luminoso y podía tratarse de un coche bomba o de una maniobra de distracción para atacar la embajada por otro flanco. Nada de eso, era Gerardo que con un pedo impresionante a cuestas, se la quiso dar de Meteoro y terminó como estrella fugaz impactando en la esquina del parque.

Empezaron los pedidos de documentos y de explicaciones, llegaron dos patrulleros a toda velocidad. Era lógico, a esas horas de la madrugada, dos autos estacionados frente a la embajada, uno de ellos a toda velocidad en carrera descontrolada, 8 personas, parecía un acto terrorista. Nos palparon de armas, revisaron el interior de los coches, estuvimos sin poder movernos como media hora.

Fuera de joda, nos podían haber disparado preventivamente sin preguntar una palabra. Nos salvamos de una situación mas que jodida. Hasta tuvimos que mostrarles la edición del diario y con nuestros documentos de identidad entendieron que veníamos de festejar el primer puesto en el examen de ingreso de Pilar, allí presente. Solo así los tombos se convencieron que no eramos terroristas y nos dejaron en libertad para irnos, pero eso sí, había que mover el subaru de allí.

Al auto no había forma de moverlo salvo con una grúa y como conseguir una a esa hora. No existían celulares tampoco, y donde encontrábamos un teléfono publico? Gerardo con Lucho consiguieron uno como a tres cuadras de allí. Gerardo llamo a su viejo, le confesó lo ocurrido y este se encargo de conseguir y mandarnos una grúa. Estuvimos casi una hora esperando hasta que se llevaron al Subaru.

Yo regrese a mi casa como a las 4 de la mañana. Y pensar que solo había ido a estudiar hasta las 11 de la noche. La vida te da sorpresas diría Pedro Navaja.

Mi amigo ECC

Allá en 1985 volvíamos de Lima a Córdoba mi vieja y yo, y por ahorrar costos o no se por que, se nos ocurrió intentar una ruta alternativa a la que normalmente hacíamos, que era hacer dos tramos en avión: Lima-Tacna (viajando en la difunta compañía Faucett) y Arica-Santiago (en la también difunta Ladeco); y los restantes tramos en colectivo: Tacna-Arica (cruce de frontera, 1 hora), Santiago-Mendoza (cruce de frontera, 6 horas) y Mendoza-Córdoba (9 horas).

La travesía Lima-Córdoba la hacías en dos días, durmiendo una noche en Santiago, en el Hotel Moneda. Lo mas pesado era el tramo en Ladeco de Arica a Santiago, ya que el DC-9 hacía 3 escalas! Iquique, Antofagasta y Coquimbo o Copiapó. Que lo tiró!

Un viaje así te salia unos 250 dólares contra los 500 que salia un viaje directo Lima-Buenos Aires, a lo que había que sumarle el trayecto a Córdoba que a mi vieja le encantaba hacer en coche cama del tren "Rayo de sol", así tardase 17 horas.

La alternativa que encontramos nos pareció no solo más barata, sino interesante para conocer otros lugares y consistía en hacer tres tramos en avión: Lima-Tacna, Antofagasta-Salta y Salta-Córdoba; y los restantes tramos en colectivo: Tacna-Arica (cruce de frontera, 1 hora), Arica-Antofagasta (9 horas). Combinando los horarios adecuadamente no solo te ahorrabas plata sino que llegabas más rápido.

Así fue como partimos una mañana gris de fines febrero de Lima (las mañanas en Lima son siempre grises, en lugar de Lima debieron ponerle Gris los españoles), llegamos a Tacna, cruzamos a Chile, compramos pasaje en colectivo para las 11 de la noche a Antofagasta, paseamos un poco por Arica y partimos.

Llegamos a Antofagasta, ciudad dejada de la mano de Dios a mi gusto. Casas viejas de madera, mucho polvo en las calles y nada mas... una desolación. Tomamos una habitación por el día en el único hotel que encontramos, fuimos al aeropuerto y compramos el pasaje para esa tarde a Salta. A la hora del almuerzo fuimos a un restaurante que nos pareció bueno y comimos mariscos con mi vieja. Luego de descansar un poco, aeropuerto y de vuelta en Argentina, esta vez en Salta la linda.

Quisimos comprar pasaje para Córdoba, pero algo nos tenía que salir mal. Estábamos en el recambio vacacional de verano y los vuelos estaban todos llenos por varios días, por lo que optamos por hacer ese tramo en colectivo. Fuimos a la terminal y conseguimos solo dos pasajes en un Chevallier que salía al día siguiente a las 3 de la tarde. Los pasajes eran en para las dos últimas butacas, al lado del baño y del motor. Un garrón, pero otra alternativa no había, íbamos a tener que soplarnos atrás las 14 horas de colectivo hasta Córdoba.

Para pasar la noche tomamos una habitación en un hotel y salimos a comer empanadas salteñas. No se si fueron los mariscos o las empanadas, pero al regresar al hotel estaba yo con una colitis fulminante. Pensando que era algo pasajero no le di mayor importancia, pero durante esa noche fui al baño como tres veces. De terror. Como iba a hacer para bancarme las 14 horas arriba del bondi, por que yo, cagar en el baño del colectivo, ni en pedo pensaba hacerlo.

A la mañana lo primero que hice fue ir a una farmacia y le pedí ayuda al farmaceutico "necesito algo que me corte la diarrea, tengo que viajar 14 horas en colectivo" le dije, y él apiadándose de mi, me trajo un blister de Estrepto carbo caftiazol. Allí en Salta, conocí a mi amigo ECC.

ECC solucionó mi problema de colitis y me ayudo a pasar lo mejor que se podían esas 14 horas en que para colmo, se rompió el aire acondicionado del Chevallier saliendo de Tucumán. Desde esa fecha mi amistad con ECC fue muy valorada y duró unos 20 años. Cuantas diarreas hemos compartido... Hasta que un día ECC no se por que razón dejo de ser mi amigo fiel y no me ayudó mas.

Recurrí al médico luego de estar cagándome reiteradamente durante 4 días y allí encontré un nuevo amigo que ocupó desde ese entonces el lugar que ECC ocupaba en mis afectos, la Crema de Bismuto.

Si tenés diarrea galopante, puedo asegurarte que la crema de bismuto te la corta mágicamente en menos de 1 hora.

Cuanto durará esta nueva amistad? ya llevamos como 2 años, veremos...

sábado, 8 de agosto de 2009

Mucama cama adentro

No se si se habrá llamado Juana, María o Eulogia, pero lo que sí se es que la historia sucedió y le pasó a la familia de un compañero del secundario, allá en Perú, a principios de los 80.

Eran una familia acomodada, papá, mamá y 4 hermanos varones, de 19, 17, 14 y 11 años de edad, si mal no recuerdo. Tenían una tremenda casa en la Molina y una mucama cama adentro, Juanita, de unos 22 años.

Como solía ocurrir en Perú en esas épocas, en casas de familias de clase alta, cuando había una mucama cama adentro que estaba apetecible y un varón adolescente en la casa, de alguna forma el pibe terminaba empomándose a la mucama, y si esta se quejaba o era descubierta garchandose al nene de la casa, la cosa se tapaba, se la despedía y a otra cosa.

En este caso, el tema no había sido descubierto, pero a Juanita la atendían alternativamente y sin saberlo, ambos hermanitos mayores. Un día en que sus padres estaban fuera del país y que los 4 muchachos estaban a solas con Juanita, el segundo de los hermanos fue a la pieza de servicio y encontró que en esta ya estaba su hermano mayor teniendo sexo con Juanita. En lugar de retirarse silbando bajito, por invitación de su hermano se unió a la acción y empezó la fiestita.

Como entre los dos hermanos hacían ruido, el tercero preocupado fue a ver que ocurría y se encontró con el cuadro que se imaginan. El mayor de sus hermanos, le preguntó si aun era virgen, a lo que este respondió que sí, y lo invitaron a debutar con Juanita, cosa que aceptó de inmediato. Mientras este muchacho debutaba, el mayor fue a buscar al cuarto hermano, el de 11 años y lo hizo ver primero, para que aprendiera como era lo cosa, luego desvestirse y debutar con Juanita. Obviamente que a esa edad el pibe mucho no hizo, pero la verdad es que esa tarde Juanita se cepillo a los 4 hermanitos.

A partir de ahí, la casa fue una revolución. Salvo el menor, que por la edad, muy excitado no andaba, los otros tres aprovechaban cualquier oportunidad para garcharse a la mucama, y las fiestas de a 2 o 3 se repitieron en algunas oportunidades.

La madre de los chicos algo entró a sospechar, pero antes de que pudiese confirmarlo, estalló la bomba. Juanita estaba embarazada. La iban a despedir ya que si tener una mucama embarazada es complicado, peor es cuando tiene el bebe y debe atenderlo. Por esto, Juanita decidió jugársela y no se calló nada. Confesó que el padre de su hijo debía ser alguno de los 4 nenes de la casa, ya que no tenia novio y solo había estado fornicando con los nenes.

Flor de quilombo. Iban a ser abuelos y no sabían de cual de sus hijos. A la vieja casi le da un infarto cuando le explicaron sus hijos mayores que hicieron debutar a sus dos hijos menores con la mucama, en medio de una partuza, sobretodo al benjamín de la casa con solo 11 años de edad.

Intervino el padre de los chicos. Luego de los retos y castigos a sus hijos, se puso firme, habló con la mucama y resolvió la cuestión.

Primero Juanita fue llevada a un medico para practicarle un raspaje (sí, un aborto), luego recibió una importante suma de dinero por su silencio y finalmente le consiguieron un nuevo empleo de mucama en casa de unos parientes lejanos de la familia.

Así se arreglaban estas cosas a la vieja usanza. Cualquier similitud con actitudes de Vito Corleone es mera coincidencia.

Sabado a la matina

Hoy estoy con bajos niveles de inspiración. Trato de escribir algo divertido y nada... ninguna de las historias da como para hacer un texto largo, será por que fue una semana bastante complicada en el laburo? no lo se.

Les voy a dejar un par de videos para que se entretengan. Y si... hay gente boluda



En este caso no se quien fue mas boludo, el periodista o el chabón que se paso como dos semanas haciendo una estatua con doce mil ladrillos de Yenga.



En este caso me cuesta creer lo que dice la mina despues de dañar el castillo de arena. Que el canal le iba a pagar los dos días de laburo... En primer lugar hay que estar al pedo para pasarse 16 días construyendo un castillo de arena.


Hay gente que está muy al pedo.

domingo, 2 de agosto de 2009

Secretos de pueblo chico

Esta historia me la relató un compañero de facultad que era del mismo pueblo, Laborde, en la provincia de Córdoba. Sucedió a finales de los 80.

Laborde es como todo pueblo chico, un infierno grande. Los chismes corren como reguero de pólvora, por que en sí, la vida del pueblo es muy monótona, y cuando sucede algún evento fuera de lo normal, automáticamente se convierte en acontecimiento. Para que se den una idea de lo que es Laborde (una vez pasé por allí), el pueblo tiene 12 cuadras de largo y 10 de ancho, así de chico es.

En Laborde vivía Franco, el protagonista de esta historia. Tenía para ese entonces 18 años recién cumplidos, estaba terminando el secundario y entre sus planes estaba el de irse a Córdoba luego de terminar la secundaria, para estudiar abogacía. Hasta ese entonces Franco no había tenido ninguna experiencia sexual, y salvo una noviecita que tuvo por poco mas de un año, su experiencia amorosa era nula.

En el mismo pueblo vivía Paula, una chica de 19 años, la cual no solo había perdido la virginidad a los 16, mientras estaba de novia con un primo de Franco, sino que como la cosa le había gustado, se venía cepillando a varios pibes del pueblo. Había que debutar? el pibe terminaba haciéndolo con Paula.

Así fue que no solo el primo de Franco había estado con ella, sino que el hermano mayor de Franco y 3 o 4 amigos del secundario de Franco también. Habiendo cumplido 18 años, Franco se puso en cola de espera y aguardó el momento apropiado de cruzarsela a Paula en alguna fiesta o reunión. Así fue, se la apalabró un buen rato y se fueron a buscar algún lugar donde estar mas cómodos e íntimos. Como no encontraron un lugar a media noche, y solo pudieron besarse y meter mano a lo loco, Paula le dijo que al día siguiente, domingo, podían verse a la tarde en su casa, pues no habría nadie.

Franco, con las hormonas a 300 grados de temperatura obviamente que accedió, y el domingo a la tarde estuvo puntualmente tocando la puerta de la casa de Paula. A todo esto, el padre de Paula algo intuía, aunque pensaba que era un solo pibe el que se estaba aprovechando de su hija, sin saber que su nena andaba más aceitada que la guillotina de Robespierre y ya le había cortado la cabeza a mas de 25 muñecos del pueblo, por lo que ese día decidió tenderle una trampa al don Juan, que para mala suerte de Franco, terminó siendo él.

Así fue que cuando estaban en lo mejor del tole-tole, entra el padre de Paula a la casa y flor de quilombo se armó. El chabón no entraba en razones, quería que Franco se hiciera cargo del tema y que se casara con Paula, como Dios manda, no se iba a llevar gratis la honra (sí, honra!) de su hija.

Franco no podía creer su mala suerte. Ni siquiera había podido terminar de debutar y ya lo querían casar con una mina que había debutado con su primo, había estado con su hermano y con varios de sus amigos. Pero como hacer para explicarle eso a un iracundo padre? Se iba a tener que terminar casando con la bombacha veloz del pueblo... Adiós a sus planes de estudiar abogacía y todo lo demás. La noticia de la boda corrió por el pueblo y a los dos días los padres de Paula ya estaban en el registro civil reservando fecha.

A todo esto, Paula tenía una sorpresita reservada para todos. Estaba embarazada de 2 meses. Franco al enterarse de esta novedad menos convencido estaba con la idea de tener que casarse y además criar hijo ajeno. En esos tiempos ni se hablaba de ADN, por lo que como hacer para saber quien era el padre?

Franco andaba preguntándole a cuanto varón se le cruzaba si él había estado con Paula para la fecha de la concepción. Nadie se hacía cargo. Franco se veía en la extraña situación de posiblemente terminar criando como hijo a un primo, un sobrino o quien sabe, tal vez hasta a un hermano, si no encontraba al verdadero padre de su futuro hijo a tiempo.

Como todo chisme nuevo, el hecho de que Paula estaba embarazada y que el presunto padre, Franco, aducía que el no era el padre, ya que no daban los meses y ni siquiera había logrado terminar la relación sexual con la nena iba de boca en boca y era materia de comentario en los cafés, mercados, farmacias y peluquerías del pueblo.

A todo esto Paula ni abría la boca. Ella seguía diciendo que el bebé era de Franco y que éste era el único con quien había tenido sexo. Las opiniones del pueblo estaban divididas entre los Paulistas y los Franquistas.

Milagrosamente apareció alguien que puso claridad en medio del quilombo. Ana, la hasta entonces mejor amiga de Paula habló, y lo que dijo tuvo efectos telúricos en el pueblo. Ella sabía quien era había embarazado a Paula, por que le había salido de campana o la había encubierto en mas de un encuentro sexual. El que había embarazado a Paula había sido el padre Mario, el cura del pueblo, el cual tenia unos 28 años de edad y con su sotana y buen porte hacía suspirar a mas de una colegiala de Laborde, entre ellas a Ana y Paula.

Paula iba "religiosamente" a la iglesia unas dos veces por semana a las tardes para que el padre Mario le diera "la bendición". En cuanto Paula noto el retraso se lo "confesó" a Mario y el cura desde ese momento cortó toda "relación" con la feligrés. Ana se enteró de esto por boca de la misma Paula y prometió conservar el secreto.

Un poco por celos de que el cura no le hubiese dado a ella "la bendición" y un poco por lástima de Franco, Ana deschavó la historia del cura y de Paula y la cosa paso de ser un chimento más a ser un mega quilombo. Tuvo que intervenir el obispo de Villa María me parece.

Si el cura se hizo cargo? De acuerdo a la versión oficial, no. De un día para otro nadie, ni siquiera su padre, habló mas de Paula, de su embarazo ni del casamiento. Meses después algún que otro comentario aparecía en el sentido de que la iglesia había arreglado para pasarle un dinero mensualmente a Paula para su mantención y la del bebé, pero muy pocos lo repetían, el tema era tabú.

Se sospechó que Paula al presentársele Franco, vio la oportunidad de hacerse de un noviecito respetable, esperar un par de meses y anunciar a la familia su embarazo, presentándole después a Franco un rozagante y gordito sietemecino, pero la irrupción de su papa en la primera cita echó por tierra sus planes.

El padre Mario fue rápida y silenciosamente reubicado en otra provincia si no me equivoco; Paula se fue del pueblo a vivir a lo de sus abuelos a Laboulaye, donde tuvo un hermoso nene al que bautizó (oh, casualidad!) con el nombre de Mario; el papá de Paula apareció de repente con un auto nuevo y le hizo un par de refacciones a la casa y Franco aprovechó la situación para zafar del casamiento forzoso y huir hacia Córdoba no bien terminaron las clases del secundario, ni siquiera estuvo para la fiesta de egresados.

Al pueblo en reemplazo del padre Mario llegó el padre José, un cincuentón de voz aflautada y modales amanerados. A partir de entonces las chicas dejaron de ser las que iban a la iglesia para ser bendecidas y en su reemplazo empezaron a acudir un par de jóvenes varoncitos.