sábado, 18 de julio de 2009

Felipe (parte I - Buenos Aires)

Voy a escribir una serie de relatos relacionados con un pintoresco personaje que se cruzó en nuestras vidas, Felipe. Como el mismo tiene muchísimas anécdotas asociadas, voy a tratar de referir las mas importantes en relatos cortos para no aburrirlos, ni hacer de esto una novela.

Empecemos por presentar a Felipe. 48 años de edad, pelado, siempre con una gorrita, contextura gruesa, no muy atractivo, voz gruesa, carácter jovial, digamos que al principio era divertido, aunque después se volvía pesado.

Felipe no trabajaba. Vivía en una casita en Villa Bosch y su único objetivo en la vida era lograr la ciudadanía italiana e irse a vivir a Europa. Había estado en Europa un tiempo y había conocido un tano, algo mayor, al cual no sabemos bien como, logró convertirlo en una suerte de sponsor, el cual, no solo le tramitaba todo lo relacionado a la ciudadanía en Italia, sino que mensualmente le mandaba 150 euros para que viviera acá.

Felipe a su vez tenia fotos suyas en varios sitios de internet por medio de los cuales se contactaba con turistas que venían a Buenos Aires, les hacia de Ciceronne, los paseaba, los llevaba a buenos restaurantes, a bares y boliches y se acostaba con ellos. Por todos estos servicios recibía algunos dólares o euros.

Felipe era un gato y no le importaba que la gente lo supiera.

Nosotros conocimos a Felipe a través de una pareja de amigos, Luis y Darío, de quienes Felipe ya era amigo hacía un buen tiempo. Felipe los solía llamar los viernes a la noche, les preguntaba que hacían y sin más preámbulos les decía "Voy para allá" y se caía a comer y dormir sin invitación previa. Mas de una vez cuando sus anfitriones decían pedimos una pizza o empanadas, Felipe los atajaba diciendoles "Pizza no, mejor milanesa napolitana o pollo al spiedo, mirá que hace dos días que no como por que el tano aun no me mando la plata". Siempre usaba la misma excusa, que no había recibido plata o que había tenido que pagar alguna certificación y eso lo había dejado sin plata.

Algunas veces Felipe no les caía solo, venía acompañado por un amigovio que tenía, el cual se llamaba Pedro. Felipe y Pedro aterrizaban en el departamento de dos ambientes de Luis y Dario y se quedaban a cenar y a dormir en el sofa cama del living. Lo más cómico de todo era a la mañana siguiente. Pedro se levantaba de dormir, cerraba el sofa cama, encendía la televisión frente al sofa y se quedaba allí, mirando televisión sin decir una palabra ni compartir el desayuno con sus anfitriones, unas tres horas por lo menos.

Darío una vez casi lo echa del enojo. "Quien se cree que es? Viene a casa, se queda a dormir y a la mañana siguiente me lo tengo que bancar sentado en el living de mi casa viendo televisión mientras yo desayuno y ni siquiera me contesta el saludo..."

Felipe en el ínterin, después de tomar desayuno se iba a la computadora, revisaba sus mails en busca de algún próximo turista que debiera atender o entraba a salas de chat o a su MSN.

Tenía un carácter terco. Siempre se debía terminar haciendo lo que él quería, o se enojaba y hacía berrinche como los chicos. Además siempre terminaba quejándose que los demás lo trataban mal y que por ello no veía las horas de regresar a Europa.

Así fue. Un día avisó que aunque no tenía la ciudadanía, el tano le mandaba el pasaje a Milán y allá partió, no sin antes organizar tres despedidas diferentes, las cuales terminaban siempre con el llanto de Felipe por su partida.

De esto ya van a ser tres años.

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