sábado, 4 de julio de 2009

Secreto profesional

Esto que voy a comentar sucedió realmente. No significa que lo que he escrito antes no sea verdad, sino que la susesión de coincidencias en una ciudad donde viven mas de 8 millones de personas, puede hacer que sea poco creíble, por lo cual, la aclaración vale la pena. Esto le paso a un conocido de un amigo mío, el cual me lo refirió. Los nombres exactos no me quedaron registrados, y tampoco vienen al caso, por lo que usaré pseudónimos.

Ariel (el conocido de mi amigo) y Luis, ambos de 36 años, llevaban poco mas de un año de relación de pareja. Habían empezado a convivir hacía tres meses y estaban tratando de amoldarse a la vida conyugal. A Ariel le llamaba la atención algunas actitudes de Luis, llegar tarde sin razón del trabajo, cambios de planes de último momento, llamadas o mensajes a su celular de gente que él no registraba, etc. Todo esto Ariel lo hablaba en sus sesiones de terapia con Marta, su psicóloga.

A su vez, Luis tenía sus sesiones de terapia propias, con Susana, su psicóloga.

Aquí viene la parte donde el diablo mete la cola. Tanto Susana como Marta por esas casualidades de la vida (o causalidades, como decía un amigo...), estaban haciendo un curso o taller relacionado con el manejo de las nuevas adicciones (adicción a internet, al sexo, a la televisión, al trabajo, etc.) y donde cada participante debía presentar un trabajo de campo relacionado a algún paciente que presentara alguna adicción de estos tipos. Obvio que los nombres de los pacientes se mantenían en reserva y en su reemplazo se usaban iniciales. Los trabajos, una vez presentados eran recopilados en CD y distribuidos a cada participante para que sirvieran como material posterior de trabajo.

Susana presentó un trabajo referido a la adicción al sexo de uno de sus pacientes: LG. LG era un homosexual de 36 años de edad, que hacia poco mas de un año estaba en una relación estable de pareja con otro muchacho de la misma edad de nombre AN. El problema de LG era su incontrolable adicción al sexo, lo cual era totalmente desconocido por su pareja, AN, al cual tampoco le había confesado que era portador de HIV.

LG tenía una incontrolable pulsión por tener sexo, por lo cual se enganchaba continuamente en orgías o en encuentros sexuales ocasionales y anónimos, a veces hasta con tres o cuatro personas distintas por día. LG no tenía control de sí mismo al momento del sexo anónimo y al paso, corriendo todos y cada uno de los riesgos a contraer enfermedades venéreas o más complicadas. De hecho en más de una oportunidad había contraído gonorrea en los últimos meses y ocultándoselo a AN, había decidido automedicarse para curarselo.

De acuerdo al trabajo de Susana, LG y AN compartían un departamento desde hacía tres meses y a LG le costaba bastante mantener la doble vida que llevaba, lo que sumado a los constantes llamados de ocasionales parejas que recibía LG y sus desapariciones sin explicación, habían llevado a LG y AN a algunas discusiones. LG estaba convencido que AN tenía sospechas de las razones de su comportamiento. Esta situación de conflicto lo único que hacía era que LG buscara más encuentros de sexo ocasional como vía de escape. El trabajo en sí daba varios detalles referidos a situaciones y discusiones posteriores entre LG y AN.

Cuando Marta leyó el trabajo encontró muchas similitudes con el caso real de su paciente Ariel. Los detalles eran muy coincidentes con los hechos que Ariel le había relatado en sus sesiones. Lo que más le preocupaba era el hecho que Luis pudiese ser portador de HIV y no se lo haya manifestado a Ariel. En la siguiente sesión con Ariel le preguntó sutilmente si en sus relaciones con Luis usaban preservativo (a lo que Ariel respondió que desde el tercer mes de salir juntos, por pedido de Luis, habían dejado de usarlo) y si recordaba el nombre de la terapeuta de Luis (lo que Ariel respondió dando el nombre, Susana, no sabia el apellido, pero le dijo donde estaba el consultorio).

Marta tenía todo claro, el caso que había presentado Susana era el de Luis, la pareja de Ariel. A la siguiente clase del taller, como por casualidad, en un aparte, le preguntó algunos detalles del caso a Susana, y fingiendo olvidar las iniciales, Susana pisó el palito y le dijo los nombres, Luis y Ariel.

Marta tenía un dilema moral. Debía decirle esto a Ariel o callarse?. Optó por decírselo. Marta le pidió a Ariel que mantuviese el origen de la información en reserva, a lo que él se comprometió, luego de lo cual le leyó el trabajo presentado por Susana y le recomendó se hiciera un estudio de HIV (el cual después obviamente le dio positivo). Esto devastó a Ariel y en la pareja estalló la guerra.

Cuando Ariel confronta a Luis, como este negaba todo, en medio de la discusión Ariel sacó el as de espadas, le refirió todo lo que Susana había escrito de ellos en el trabajo del taller y al final a Luis no le quedó otra que aceptar que todo lo que Ariel le decía era cierto.

Se separaron.

Ariel le inició un juicio a Luis por haberlo expuesto conscientemente al virus del HIV. Luis le hizo una denuncia en el consejo profesional a Susana por ventilar información personal. Susana a su vez le hizo una denuncia en el mismo consejo a Marta por difundir material reservado relacionado a uno de sus pacientes. Marta le reprochó a Ariel el haber faltado a su palabra, hubo un flor de quilombo en el taller y el mismo nunca terminó, se disolvió.

No se en que terminaron los juicios y las denuncias, creo que ambas psicólogas fueron sancionadas. Tampoco se que paso con el juicio entre Luis y Ariel, lo que sí se, es que ni Ariel ni Luis siguen con Marta o Susana como terapeutas.

Hubo violación del secreto profesional?

Desde mi punto de vista sí, de ambas. Susana actuó mal, debió usar otras iniciales en el trabajo y "novelar" el mismo cambiando lugares, situaciones y fechas. Marta también actuó mal para mí. Lo lógico hubiese sido que se siente con Susana, le dijera lo que había descubierto y entre las dos buscaran la forma de resolver profesionalmente el problema, sin que esto llegase a generar el efecto devastador que tuvo, o al menos lo mitigara.

Pregunta: para vos, de los 4 implicados, quien actuó peor?

3 comentarios:

naty dijo...

luis porque oculto la verdad dañando de por vida a su pareja.
los otros tres fueron unos boludos que hablaron de mas pero sin mala intencion.

naty dijo...

analise bien....jaja

AbsoluteM dijo...

Sin mala intención?

No dicen que el camino al infierno esta lleno de buenas intenciones?