La gente esta loca

Hace unos meses nos fuimos de vacaciones al Caribe y Estados Unidos. Una de las cosas que nos llamó la atención, fue ver una buena cantidad de gente que hablaba sola. En las veredas, en las paradas de ómnibus, en los supermercados.

No. No estaban hablando por celular con el manos libres, estaban hablando solas. Habremos visto no menos de una docena de personas así. Y eso que sólo estuvimos 7 días en Miami y 3 en Nueva York.

Que los puede poner así? Las preocupaciones? Ni que estuviesen viviendo en Somalía, esta gente estaba en Miami Beach, carajo. De que se podían quejar?

Acá en Buenos Aires también he visto, no tantos en tan poco tiempo, pero sí, he visto gente haciendo cosas raras, sobretodo cuando salgo a fumar a la puerta de la oficina, sobre la avenida Corrientes. Pero de eso hablaré otro día, estoy juntando material aún.

Recordando los locos de Miami Beach me vino a la mente una anécdota que me paso en Lima, cuando tendría unos 13 o 14 anios. Una mañana iba caminando desde mi casa a lo de mi abuela, lo cual distaba unas 7 cuadras, acaba de cruzar la avenida Salaverry y caminaba por la vereda del frente de la embajada rusa, cuando veo que caminando en dirección contraria venía un loco.

Sí, un loco, un orate. Andrajoso, descalzo, sucio, pelo rapado (lo cual indicaba que seguramente se había escapado del Hospital Psiquiátrico Larco Herrera, el cual estaba a unas 12 cuadras de allí). El loco tendría unos 24 años, era petiso y ya lo había visto riéndose solo mientras caminaba, un par de veces antes.

En la vereda solo estábamos el loco y yo. De un lado el muro de 4 metros de altura de la embajada rusa y de otro lado la transitada avenida. Que podía hacer? analice rápidamente mis posibilidades:

- Dar un giro de 180 grados y caminar en dirección opuesta me exponía a darle la espalda al loco. lo cual era peor que tenerlo de frente
- Cruzar la avenida? Y si mientras esperaba que parase el trafico el loco venía y me empujaba a los autos que pasaban?
- Llegar a la puerta de la embajada rusa, tocar timbre y pedir asilo? No iban a abrirme tan rápidamente y no tenia ganas de pasar el resto de mi vida en la Moscú de la guerra fría, menos por culpa de un loco.
- Quedarme del lado de la pared y caminar hacia el loco fingiendo no verlo e ignorarlo? Me pareció de todas la mejor opción.

Así pues, puse cara de poker y seguí caminando. Cuando el loco quedo al lado mío hizo un movimiento imprevisto. Me puso la mano en el hombro, soltó una fuerte carcajada y siguió su camino. Yo quedé duro como una estatua. Me quede ahí parado viendo irse al loco y hasta que no lo vi a 50 metros de distancia no moví un pie.

Desde ese día, si veo un loco, por las dudas, me alejo.