domingo, 19 de abril de 2009

La delegación de futbol del colegio

El año 1979, mi colegio celebró sus 40 años con grandes fiestas.

El festival anual de agosto se hizo a lo grande, con la excusa del 40 aniversario, juntaron muchísimos ex-alumnos con sus familias, y se recaudo plata en forma impresionante. Se invitaron delegaciones de colegios de la misma orden de curas del interior del país y se organizaron partidos de fútbol, basket, volley.

Dos semanas antes el director nos visitó y consultó quienes de nosotros podíamos alojar en nuestras casas pibes de 3er año (de nuestra misma edad) de la delegación del colegio San José de Trujillo. Yo me anoté tentativamente, pero al consultar en casa, mi vieja me sacó carpiendo, nunca supe bien por que.

El fin de semana del aniversario, fue una seguidilla de jolgorios tremenda. Fuimos de una fiesta a otra, el viernes, el sábado y el domingo después del festival. Del tema de la delegación de Trujillo me olvidé por completo, y durante el fin de semana ese ni me los crucé, pero el martes, al volver a clase nos enteramos que nuestro equipo de fútbol de 3ro les había ganado por 2 a 1.

Pasaron varias semanas y el director nos volvió a visitar. Se requería formar una delegación para devolverle la visita al colegio de Trujillo, el cual celebraba 20 anos, el colegio se encargaba de cubrir los viáticos, por lo que me anoté. En casa no se opusieron. Habremos sido 15 los anotados, entre ellos, el loco Cesar (ver entrada http://absolutemandrin.blogspot.com/2008/12/el-loco-cesar.html), el cual llevó para el viaje de ida dos botellas con preparado de Cuba libre (ron con coca cola) para alivianar los 550 kilómetros de ruta.

El día anterior a partir, el director del colegio nos llamó y nos explicó que en realidad quienes debían haber viajado eran los miembros de nuestro equipo de fútbol, pero como ese mismo fin de semana debían jugar la semifinal del campeonato inter escolar, nos pedía como única condición que llevemos ropa deportiva, nos presentemos en la cancha y que no perdamos por mas de 6 goles de diferencia.

De los que viajábamos, solo uno estuvo alguna vez en el equipo como suplente, los demás, ni botines teníamos. Así con todo, le pudimos el hombro a la situación.

El viaje de ida, el jueves a la noche, fue una joda total, íbamos tomando ron y cantando, al amanecer nos dejaron en el colegio anfitrión y en un salón grande esperamos con nuestros bolsos, nosotros de un lado del salón y del otro lado los pibes anfitriones que nos alojarían.

Nos empezaron a llamar de a uno y nos indicaban con quien nos alojaríamos, cuando en eso, llaman mi nombre y me indican, vos vas con él, un pibe de mi estatura, flaco y de pelo muy rubio, era el capitán del equipo de futbol.

Este pibe y el resto se sorprendieron de no ver a los mismos jugadores de fútbol que les habían ganado un mes y medio antes y con quienes habían salido de joda ese fin de semana, yo le expliqué nuestro predicamento y la consigna que teníamos, de no perder por mas de 6 goles de diferencia, él se rió y me dijo que nos quedemos tranquilos, que cuando fueran ganando por 5-0 paraban la máquina.

Ese fin de semana fue muy divertido. Me presentó a sus amigos, gente del abolengo trujillano, con quienes hice amistad; los Manucci, los Salaverry, los Ganoza y como olvidar al hijo de Perciles Sanchez, de quien se decía era el principal narco de la ciudad. Con ellos y otros cuyos nombres ya no recuerdo, hicimos un tour de juergas ese fin de semana.

Particularmente yo me sentía mas que bien con mi nuevo amigo, con quien hicimos amistad inmediatamente, y tanto así, que al loco Cesar ni le di bola hasta el domingo a la mañana, antes del partido, el cual empezamos ganando por un penal que nos hicieron, y luego terminamos perdiendo por 5 a 1.

Dos de los goles fueron por mi culpa, ya que la falta de estado físico, la resaca de la noche anterior y la falta de fútbol regular hacían de mi, un pésimo número 4.

Luego del partido, a la siesta, este flaco le robó el auto al viejo y nos fuimos a correrlo por una zona con poco tráfico, con la mala suerte que al querer doblar a fondo, el coche le derrapó y pegó contra la banquina. Como explicárselo al viejo? mi amigo temblaba, estaba casi llorando, salí yo, actué de mediador y felizmente, la cosa quedó allí, aunque lo retaron severamente.

Para cerrar esta historia, esta amistad duró varios años. Yo viaje dos veranos consecutivos a pasarlos en Trujillo, él viajaba a Lima cada vez que podía y se quedaba de vez en cuando en casa. Hicimos todo lo que los pibes de 15 y 16 años hacen, emborracharse en la calle, colarnos en fiestas, ir a ver películas eróticas al cine, ver películas pornográficas a escondidas de los viejos, campeonato de pajas (sí, la famosa Copa Copaja), pelearnos con otros pibes, etc.

Nuestros caminos se entraron a separar cuando empecé la universidad, si bien el, desde que terminó el colegio vivía en la casa de sus abuelos en Lima, ya no nos encontrábamos. El interes mutuo se fue diluyendo y terminó perdiéndose. Un día me enteré que él y el resto de su familia se habían ido a vivir a Reaganlandia.

Hoy después de muchos años y a través de facebook lo volví a contactar. Me vinieron muchas de estas cosas a la memoria. Es lindo reencontrarse con viejos amigos, aunque sea en forma virtual y a la distancia.

2 comentarios:

naty dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Pablo dijo...

No será un déjà vuh??