domingo, 14 de diciembre de 2008

El loco Cesar

Desde segundo año del secundario César fue mi mejor amigo. Lo apodábamos "El loco César". Un individuo único, como no he podido volver a conocer.

Si bien lo conocía solo de vista del colegio y nunca habíamos compartido curso, durante las vacaciones de verano de 1978, me lo crucé en el hipódromo. Yo de 14, él de 15. Me vió en la tribuna de socios y se me empezó a acercar cada vez que yo iba. El ya era burrero y digamos que el hipódromo era su segundo hogar. Yo trataba de no darle bola, Cesar era un tanto particular y no tenia buena fama, ni amigos. En el hipódromo siempre se lo veía en mesas con viejos, garroneandoles algún trago y fumando sin parar. Cesar estaba muy solo.

Físicamente era un desastre, gordo, nariz ganchuda, voz chillona, gritón y llevaba el pelo engominado o engrasado (por lo que nunca se sabía si se lo lavaba con frecuencia o no). Siempre iba con unos rulos apelmazados en la frente, que simulaban la peluca de algún virrey del siglo XVIII.

Como dije, en el hipódromo trataba de esquivarlo y no le daba mucha bola; pero cuando empezamos las clases para sorpresa mía, estaba en mi mismo curso, con lo cual ya no había forma de esquivarlo y terminamos haciéndonos grandes amigos. Compartiamos el bondi en que ibamos a la escuela, el desayuno y los puchos antes de entrar al colegio, el bondi de vuelta y casi todas las tardes en el barrio.

Los padres de Cesar se habían separado, y si bien tenia hermanos menores, no vivía con ellos. Cesar vivía con su abuela (la cual ya estaba postrada cuando la conocí, una mujer que se notaba había sido muy hermosa de joven) y con su tía solterona, que fungia de madre.

Su casa, muy cerca de la mía, enorme, con pileta y quincho en el fondo, donde Cesar tenia 15 peceras de 1.20 x 50 cm acomodadas en estanterías, con peces de todo tipo. Peces que un día Cesar en uno de sus ataques de locura y por que ya lo habían aburrido mató vaciando dosis de whisky en su interior. Pero eso fue cuando se descontroló, al llegar a los 18.

Al principio Cesar era lo que se llama un loco lindo. Algunas de sus cualidades: vago, borracho, jugador compulsivo (tanto a los caballos, cartas, bingo o lo que se pudiese apostar), jodon, divertido, ocurrente, mentiroso, maquiavélico y traicionero. Con César tuve mis primeras borracheras, hicimos grandes quilombos, fuimos a nuestras primeras fiestas, hicimos viajes juntos, y hasta terminamos una vez en la comisaría, detenidos por andar alcoholizados a las 5 de la tarde.

Cesar un día traicionó nuestra amistad y eso ocasionó que nos distanciaramos. Olvidó que yo fui el pasaporte para que saliera de su ostracismo, que fui quien le presentó a toda la gente con la cual terminó haciéndose amigo, el que lo hizo parte del barrio, que logró que el resto dejase de verlo como a un freak, que lo ayudé en mil y un exámenes, trabajos prácticos, etc.

Al empezar la facultad ya no teniamos mas contacto, aunque cada tanto me llegaban algunas noticias del loco. Me comentaban que estaba descontrolado por el alcohol y que se había transformado en un ser agresivo y antisocial.

Cesar murió en su ley. Se mató a los 23, manejando un camión de la empresa de su viejo, aparentemente otro camionero dormido se le cruzo en el camino y Cesar termino al fondo de un barranco en el océano pacífico, regresando desde Arequipa a Lima, antes de llegar a Camaná.

Si estaba borracho o no? no lo se. Para esa época casi no le quedaban amigos alrededor y yo ya no estaba viviendo en Perú.

Si hay un personaje literario que me recuerda a César, ese es el protagonista del cuento Los Cachorros de Vargas Llosa: Pichulita Cuellar, al final del cuento, en su loco berretin, como diría Piazzola, este personaje descontrolado por la soledad y su limitación física, se mata en un accidente de transito. Les recomiendo el cuento.

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