sábado, 27 de diciembre de 2008

Una ganga en Londres

Una pareja amiga hizo, un par de años atrás un viaje por Europa. Para ahorrar costos, y debido a que solo los usarían para dormir, se fueron hospedando en cadenas de hoteles económicos. De esos que tenes una habitación con 2 camitas y un baño compartido en el piso. Primero en Madrid, luego en París la fueron pasando bien. El problema se les presentó cuando fueron a Londres.

No conseguían habitaciones disponibles en ningún lado, salvo claro, que fueran a pagar 135 libras por noche en un hotel con baño privado. Como ultimo recurso pensaron irse a un hostel, buscaron por internet y cerca de Victoria Station encontraron uno el cual llevaba el pomposo nombre de "Backpacker's Paradise" el cual te ofrecía una cama por noche con baño compartido por la módica suma de 40 libras, sin desayuno obvio. 80 libras cada uno por 2 noches, era una ganga por ser Londres. Al llegar, caminaron hasta el hostel, el cual para su sorpresa por fuera parecía muy agradable, el barrio a pesar de estar cerca de la estación lucía limpio y seguro, decidieron entrar.

Al ingresar, una bonita recepción con la típica decoración victoriana, empapelado, sillones de respaldo ancho, cortinas, todo en colores de tono bordeau. Los muebles, algo viejos y gastados, pero, nada que los hiciera huir despavoridos. Una calefacción acogedora, pues olvidé decirles que era invierno, llovía y hacia un frío de cagarse, y la eterna sonrisa de Hassim, un paquistaní que oficiaba de conserje los convenció de quedarse.

Eso sí, algo extraño les llamó la atención, un olor particular. El olor parecía provenir de todos lados, del empapelado de las paredes, de los muebles, del piso, del techo... que es ese olor? se preguntaban una y otra vez, y no por que fuera desagradable, ni mucho menos, sino por que el mismo era muy penetrante.

En su "inglestaní" Hassim les indicó que esa noche podían quedarse en la habitación denominada "Pink Paradise", donde a partir del mediodía tendría lugar disponible. Pagaron y no pasaron a la habitación, pues estaba ocupada, dejaron las valijas (no iban de mochileros) con Hassim en la recepción, usaron los servicios higiénicos de la planta baja y salieron a recorrer Londres. Trafalgar Square, Buckingham Palace, La Torre de Londres y Picadilly les consumió el día.

Cada tanto si entraban a un negocio de comida, sentían el mismo olor extraño de la mañana... que es ese olor? se preguntaban una y otra vez

Al caer la noche, como a las 7, volvieron al hostel y Hassim, omnipresente, los llevó hasta el Pink Paradise subiendo por escalera los tres pisos. El Pink Paradise era como el pent house de la casa. Arriba de todo. Se imaginaron encontrar una habitación con cama matrimonial y espejos en el techo? Lamento desilusionarlos. . Al ingresar lo primero que les llamó la atención no fue el rosa furioso y algo descascarado de las paredes (será por eso lo de Pink?) sino que habían dos baldes estratégicamente colocados para captar el agua que caía de sendas goteras en el techo.

El resto, seis camas en tres cuchetas en un ambiente de 4 x 4, casilleros tipo gimnasio, pero mas grandes, algunos cerrados con candado y otros abiertos, y sobre los casilleros, en un espacio de 50 cm entre la parte superior de este y el techo, un colchón!, es decir, alguien dormía allí también.

Ya entendímos lo de pink, pero no nos queda claro lo del Paradise...

No hay otra habitación? preguntaron al unísono. Hassim con su sonrisa permanente les dijo, "No. Buenas Noches" se dio media vuelta y salió. Un poco desilusionados desempacaron lo mínimo, en uno de los casilleros libres, dejándolo apenas cerrado, sin protección, pues no tenían candados, no les habían hecho falta hasta ese momento, el resto de ropa quedó en las valijas.

"Vamos a bañarnos" le dijo Claudia a Marcelo, su novio, y se fueron al baño, el cual estaba al final del pasillo, un poco temerosos de dejar las valijas en la habitación. Se desvistieron en el baño y pasaron a asearse debajo de un tibio (no caliente) chorro de agua. "Tenes jabon?", le pregunto Marcelo a Claudia. "No, no ví... y tampoco vi toallas" dijo ella, algo preocupada.

Se secaron usando sus prendas descartadas y regresaron húmedos a la habitación. Cuando entraron de vuelta primero se dieron cuenta que tenían compañía. Sus compañeros, dos alemanes, habían desenrollado sus bolsos de dormir sobre los colchones y estaban charlando. Por otra parte, eso les llamó la atención, ellos no llevaban bolsas de dormir y las camas no tenían sábanas ni frazadas ni cubrecama, ni nada, colchón y almohada pelada.

Acostumbrados a hoteles, Marcelo y Claudia no llevaban bolso de dormir, ni lo habían tenido en cuenta.

Por no dejar a Claudia sola con los teutones, bajaron ambos a preguntarle a Hassim si no podía facilitarles un juego de sábanas y una frazada al menos. Nuevamente una sonrisa y un "no" por respuesta. "Mañana pueden comprar acá cerca" les dijo Hassim.

Volvieron a la habitación. En el camino observaron que las distintas habitaciones rotuladas como Blue Paradise, Green Paradise, Yellow Paradise, etc. eran todas iguales o muy similares,claro que de distinto color, 6, 7 u 8 colchones acomodados en cuchetas, sin sábanas y con un enjambre de jóvenes de distintas nacionalidades, algunos semidesnudos por los pasillos y todos con sus respectivas bolsas de dormir.

En la habitación, desolados, se acomodaron los dos en un colchón de una plaza, para dormir vestidos, mientras los alemanes charlaban. Al rato llegaron un griego y un par de suecos. Cartón lleno. Claudia, vestida, sin ropa de cama, en una habitación con 6 hombres mas, no pego un ojo en toda la noche. Marcelo tampoco, el temor, el constante plip, plip de las goteras, el fuerte ronquido de uno de los suecos y el frió (en el Pink Palace no andaba la calefacción) no lo dejaron dormir. Por otra parte ese olor constante y penetrante, mezclado con los olores personales de 5 mochileros, en una habitación de 4 x 4 se había transformado en molesto.

Al alba se despidieron de la sonrisa de Hassim, cargaron valijas y se fueron a buscar un Hotel como la gente. Lo encontraron, claro que por 150 libras la noche.

Y el olor? que era? preguntarás. Yo también me lo pregunté. Lo descubrieron antes de partir hacia Dublin, en Irlanda. En una casa de comidas preguntaron que era ese aroma tan particular y fuerte. Les dijeron que era el olor al curry. De tanto comer guisos con curry entre Hassim y el resto de paquistaníes que vivían y trabajaban en el hostel, las paredes y hasta los muebles habían quedado impregnados en ese olor.

Pregunta: porque siempre lo barato sale caro?

1 comentario:

naty dijo...

porque en la vida si no tenes plata te tenes que quedar en casa y si salis de vacaciones tenes que ir a algun lugar donde la plata te alcance