sábado, 6 de diciembre de 2008

El día que conocí a Jack Daniels

Una vez tuve la oportunidad de conocer a Jack Daniels.

Hace mucho tiempo me llamaron y me invitaron a una "fiesta negra" la cual iba a realizarse en la terraza de un edificio céntrico de Córdoba. Como no tenia nada mejor que hacer y la invitación resultaba sugerente, aunque enigmática (convengamos que había estado en una que otra fiesta negra antes, pero de las fiestas negras convencionales, las que se arman sobre la marcha, nunca con invitación), me fui munido de la correspondiente contraseña y de preservativos, por las dudas.

Consejo para participar de una fiesta negra: Siempre verificar que el numero de fiesteros sea impar. Las fiestas con numeros pares de participantes, suelen ser aburridas.

Al llegar, toque timbre, me pidieron a través del portero de la correspondiente contraseña y me abrieron la puerta, indicándome que fuera en ascensor hasta el piso 14 y subiera por las escaleras.

Llegue y me encontré con algo realmente inesperado. Era literalmente, una fiesta negra, todos o casi todos estaban vestidos de negro (excepto claro, yo al igual que otros 3 o 4 parroquianos, quienes se veía que fuimos con intenciones mas negras que la fiesta misma), las lámparas y el candelabro del techo tenían bombitas de luz negra, muchas velas, la música era muy dark, onda Portishead o grupos similares, mucho humo de cigarrillo, mucho sobretodo, negro obvio, muchas botas negras, era... un bajón.

Para tomar, una bebida negra, solo había fernet con coca. De comer no habia, pero no me hubiese sorprendido encontrar bocaditos de caviar negro, en pan... negro

Buscando la manera de escabullirme de ahí y tomar rumbos menos alucinados, justo se tropieza conmigo Jack Daniels. Jack (no era su verdadero nombre, pero se presentó así) se ve que era otro de los que había malinterpretado el leit-motiv del jolgorio, pero previsor, había ido acompañado de una botella de whiskey Jack Daniels, la cual se transformó en su carta de presentación. Todos lo saludaban, "Hola Jack" y le pedían un trago de la botella. Así pues se presentó conmigo diciendo, "soy Jack Daniels" mientras mostraba su DNI, es decir la botella con su nombre impreso en él.

Me quedé en la fiesta, no me fui. Demás esta decir que terminé en una borrachera terrible producto del contenido de la botella de Jack y de otras botellas que luego fueron apareciendo, con nombres diversos, aunque de menor abolengo. Si me divertí? no sabria decirte, pero: que pedo me levante!

Pregunta: Algún día llegaré a conocer al verdadero Johnnie Walker?

1 comentario:

naty dijo...

negra tenes la cabeza, mal pensado ....yo voy a hacer una fiesta verde venis????