El tartamudo ventrilocuo

Haciendo memoria (como hace uno memoria? la tiene o no, no la hace), caigo en cuenta que esta es mi tercera etapa de escritor. Voy a remontarme a la primera y en otra entrada les contare de la segunda.

Estando aun en el secundario, se nos ocurrió lanzar un periódico escolar. Conseguimos esponsoreo del director de estudios y así nació "El tartamudo ventrílocuo" el cual definimos como un hebdomadario escolar. No bestia, no dije dromedario, dije hebdomadario, que de acuerdo a la real academia significa periódico de aparición semanal.

El Tartamudo era un periódico con todo. A diferencia de todo lo que se había hecho en la escuela en ese momento, cosas con apariciones esporádicas, sin una continuidad, con pésima calidad de impresión (stencil y mimeografo) lo nuestro fue con planchas de edición en metal, editado en prensa posta. El cole pagaba y nosotros escribíamos.

Nuestra redacción tenia oficina propia, y usábamos las maquinas de escribir IBM con tipografía a bolita intercambiable. Era un placer escribir con esas máquinas, podías corregir con un liquid paper que tenia incorporado sin dejar marcas. El periódico que en realidad eran dos carillas oficio hasta llego a incluir fotos, todo un logro para un humilde hebdomadario escolar de los 70.
Al principio, mientras Felipe era el director, tuvo una línea solemne, mucha cosa editorial, mas bien aburrida. Al poco tiempo entre el Loco Cesar y yo organizamos un golpe de estado y derrocamos a Felipe, con lo cual quedo Cesar de director.

Una vez que Cesar tomo la dirección, dimos un brusco giro hacia la joda. Si bien manteníamos las noticias relacionadas a las actividades escolares, había que saber leer entre líneas.

Cesar tenia una columna (se llamaba "Por los palos") donde con términos de un jugador del hipódromo comentaba los secretos del colegio, hablaba de personas con nombres del estilo de Cochero de Drácula, Moco, Trespatines, que no eran otros que profes del cole nombrados por sus apodos.

Nuestro experimento duro varios meses, hasta que algún profesor debe haberse visto reflejado en uno de esos comentarios y llevo su queja a la alta dirección del colegio (la cual, estaba en el segundo piso, por eso era alta dirección) y como no podía ser de otra manera, nos cayó la censura. Nos quitaron el acceso a la redacción y los fondos para la impresión, con excusas triviales, por que a final de cuentas, no podían probar nada, eran todos nombres y situaciones ficticias.

Pregunta: Toda semejanza con la realidad es siempre pura coincidencia?