sábado, 20 de diciembre de 2008

Tengo uno con relojito

Allá por 1982, entre mis compañeros de facultad estaba Pepe. A Pepe, sus viejos le habían regalado un 0 km para que se movilizara en ir y venir de la universidad. A raíz de eso el Nissan de Pepe pasó a ser el auto del pueblo.

Pero el Nissan en cuestión era base, osea estándar de fábrica y había que tunearlo. Antes de cambiarle las cubiertas y ponerle llantas de aleación o polarizarle los vidrios, a ese auto le hacía falta música. La radio AM/FM que traía no estaba a nuestra altura. Tanto le hicimos la cabeza, que al final Pepe cedió, junto algo de plata y decidió comprarse algo "como la gente". Le recomendamos parlantes triaxiales Jensen y un pasacassete Pionner. "Eso es carísimo" dijo Pepe. "En Tacora lo conseguírías barato", le respondió Augusto.

Tacora es un sector del distrito de La Victoria en Lima, en el cual existía una feria de lo robado. Repuestos y partes de auto compartían estantes con estéreos, parlantes, radios, etc. Ir allí era un riesgo, ya que era muy probable que el vendedor mismo aprovechara y te sacara la plata y la ropa, además del auto. Si la Victoria era un lugar pesado, Tacora era por lejos, el nido de los avezados. Por ello, fuimos los cinco de compras arriba del Nissan.

Sin bajarnos del auto, esperamos que se nos acerquen de a uno los chorros. Le dimos nuestros encargos, un par de parlantes Jensen y un pasacassete Pionner. Se iban y volvían con algo envuelto en una remera o en una bolsa. Así fuimos viendo distintos modelos, golpeados, raspados, ninguno nuevo. Los parlantes fueron lo más fácil de conseguir.

Ahora, y como los probamos? era una lotería. Corrimos el riesgo, pagamos los parlantes y esperamos por el pasacassete.

Al rato vino uno y nos dice, "yo tengo un Pionner, uno con relojito". Con relojito? nos preguntamos, que será? le pedimos que lo traiga y cuando lo vimos, debimos disimular nuestro asombro. Un KP-500 en excelentes condiciones.

El KP-500 era el sumun de los estéreos de esa época. Era como el iPod touch actual. Lo mejor de lo mejor. El "relojito" que tanto nos llamó la atención era el sintonizador de la radio, que gracias a Dios, solo traía FM.



El precio? una ganga. Como a Pepe le iba a sobrar plata, lo convencimos sobre la marcha (o "sobre el pucho", como decíamos) de ponerle también dos coaxiales Pionner en las puertas, así aprovechaba bien el estéreo.

Esa misma tarde le hicimos la instalación nosotros mismos y sin proponérnoslo, el auto del pueblo paso a ser el de mejor sonido de todos los coches de nuestros amigos. Como sonaba ese auto!

1 comentario:

naty dijo...

sin comentarios...corrupto...jajaja