domingo, 14 de diciembre de 2008

El planeta de los simios

O el ataque de los baboon, podríamos titular.

Allá por el 2004, cruzamos el charco de vacaciones y terminamos en Sudáfrica. Un lindo país. Ciudad del Cabo es muy linda, tiene unas playas herrmozas de aguas increíblemente azules y más increíblemente frías; que lo tiró!

En sudáfrica, al igual que en el Reino Unido, Australia, India y Japón, tienen la mala costumbre de conducir por la izquierda, lo cual es muy incomodo, sobretodo si el auto no es automático. Decididos a intentarlo, alquilamos un auto, y salimos a la ruta, pero esa experiencia fue muy estresante, así que para los suscesivos paseos, optamos por hacerlos en combi o van. La experiencia de manejar del otro lado formará parte de otra anécdota.

El circuito obligado para el turista te lleva hasta el cabo de Buena Esperanza, donde el Atlántico se encuentra con el Índico. Contratamos un tour, y nos fuimos en la combi con alemanes, ingleses y americanos. Primero hicimos la ruta del vino, visitando varias bodegas. En el camino apreciamos cebras, avestruces, jirafas y rinocerontes tranquilamente a la vera de la ruta. Almorzamos, paramos en una playa donde hay un refugio natural de pingüinos y luego seguimos hacia Cape Point, el cual esta en medio de una reserva natural. Ya en la reserva, por el camino íbamos viendo algunos grupos de baboons caminando al lado de la ruta, algunas mamás cargando a sus bebes, cuanta ternura.

El guia y conductor varias veces nos pidió que no dejáramos puertas ni ventanas abiertas. Que trabemos siempre las puertas, que no llevemos mochilas, ni bolsos, ni nada al alcance de ellos y sobretodo que cuidáramos las cámaras.

Al llegar al parador, hicimos caso de las advertencias, bajamos con lo mínimo indispensable, la cámara bien asegurada y cerramos herméticamente la Combi. Fuimos caminando hasta el punto mas al sur de África, vimos los dos océanos, todo muy lindo.

Al volver nos encontramos con un baboon irrespetuosamente sentado sobre el techo de la combi. Esperamos a que el guia lo espante. Por que, por mas ternura que te den, estos bichos de grande son agresivos, y cuando se enojan te muestran unos dientes bastante amenzantes.





En el interín, observamos su modus operandi. Siempre había un explorador, el cual se adelantaba y atrás atacaba la horda. Vimos a una mujer que desprevenidamente caminaba y un mono la seguía, hasta que de golpe, le arrancó el bolso y a correr hacia la jungla de vuelta. Vimos como uno se introducía por una ventana en un auto y abría la puerta desde adentro, entraron 2 más y empezaron a revolear todo lo que encontraban buscando comida.

Pero el verdadero show lo dieron los japoneses.

Vieron que los japoneses cuando van de viaje en tour, van todos juntos en fila, tienen entre 55 y 70 anios de edad, siempre sonriendo, cada uno lleva su cámara y clic, clic, clic, le toman foto a todo lo que se les cruza?

Bueno, un grupo de japoneses regresaba hacia su mini bus (eran como 25) y mientras oriental y tranquilamente esperaban que llegara el resto, dejaron la puerta del mini bus abierta, para que... fiesta! gritaron los baboon y entraron entre 4 y 5... Los gritos de las ponjas, una creo que se desmayó, los desvalijaron, le sacaron los bolsos, cámaras, sombreros, todo lo que encontraban al alcance de su mano, era una de ponjas corriendo y gritando histéricos por el estacionamiento, supongo que puteaban (en japonés obviamente). Mientras tanto los monos entraban y salían del mini bus como en la época de los saqueos a los supermercados, en el 89

Pobres ponjas, no la pasaron nada bien. Nosotros nos reímos bastante con el asalto. Su guia no debe haber hablado japones, o tal vez, los monos en Japón son mas respetuosos. Estos, seguro, al África no regresan más.

Pregunta: Como sabes si un japonés esta puteando o esta pidiendo ayuda?

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