domingo, 14 de diciembre de 2008

La torta de chocolate

Rememorando la historia del cumpleaños de Matzuko, recordé una anécdota relacionada con Connie.

Connie era compañero de Tito en la universidad, estudiaban administración de empresas. Hijo de alemanes, lo conocí en un viaje que hicimos para pasar el carnaval en Cajamarca, de donde era la familia de Tito. Ya en el ómnibus lo noté medio raro a Connie, miraba y toqueteaba mucho a los otros chicos. En la billetera llevaba la foto de su mejor amigo, y a pesar de ser fachero (alto, rubio, ojos claros) y a que las chicas se le tiraban a los pies, él no les daba mucha bola.

Empecé a sospechar lo que luego comprobé en carne propia. A Connie le gustaban los otros chicos. Una tarde después del corso de carnaval, él me busco y tuvimos un encuentro furtivo, mientras el resto de los viajeros dormía la borrachera causada por el alcohol de caña rectificado macerado en menta o durazno, también conocido como "cañazo". Pero bueno, no era el objetivo contarles esta intimidad adolescente.

Connie nos contó durante ese viaje que una vez compró un paquete de torta Exquisita de chocolate y se puso a prepararla añadiéndole el mismo ingrediente especial que Matzuko había usado para la pizza, marihuana molida, horneó la torta y la dejó sobre la mesada de la cocina enfriando. Al rato ve que su abuela estaba muerta de risa mirando la novela por la televisión, a pesar que la novela era bastante lacrimógena; la vieja estaba cagándose de risa sola de las desventuras de la protagonista.

Connie corrió a la cocina y encontró que a su torta aun caliente, le faltaba un generoso pedazo. Decidido a evitarle una sobredosis a su abuela, llevó el resto de torta a la habitación, comió una porción, guardó lo que quedaba y se puso a reír de la imagen de la vieja pegada al televisor riéndose sola.

Fue consumiendo la torta durante la semana y cuando sólo le quedaban dos pedazos, los puse en un tupper y se los llevó a clase, para merendar. Cuando estaba en medio de una aburrida clase de contabilidad, ante una pregunta de una chica al profesor, siente que los dos pibes detrás de él empezaron a reír descontroladamente y sin razón. Los pibes estaban tentados de risa y salieron de clase rápidamente, Connie, por las dudas miró debajo de su asiento, donde había dejado el tupper y confirmó su sospecha, el tupper estaba vacío.

Pregunta: No podremos patentar la idea? Tortas Bob Marley garantizan la diversión en tu cumpleaños

1 comentario:

naty dijo...

pasame la receta que la hago para el cumple de joako. jajaja