domingo, 28 de diciembre de 2008

Psicosis en vivo

Hace muchos años tuvimos una amiga que estaba muy apegada a nosotros. Claudia venía todos los fines de semana, anque algún día de semana después de trabajar.

Ella aducía problemas para dormir, y se empastillaba de lo lindo. Era bastante posesiva con nostros y celosa de nuestros otros amigos, siempre le encontraba algún pero a la gente nueva que conocíamos e invitábamos.

Una noche de sábado, eramos como 10 personas en casa, Claudia obviamente estaba. Pusimos una peli y nos quedamos viendo televisión, era una película romántica. Al terminar, mientras comentábamos la película, que tenía un final feliz y tomábamos café, Claudia se despachó con que ella no veía su vida proyectada de esa forma, que ella estaba hoy cerca de la felicidad al estar a nuestro lado, que ella nos adoraba, que Sergio y yo eramos su verdadera familia, rematando con que ella sería feliz viviendo toda su vida con nosotros, aunque fuese en el rol de mucama!

Obvio que todos le contestaron que no podía pensar así y plantear su felicidad a través de ser parte de la vida de otros, que ella debía forjarse su propia vida, formar pareja, tener hijos, en síntesis, se le aconsejó que hiciera un cambio de vida. Su respuesta fue ponerse muy nerviosa, se sirvió un vaso con agua y se mando 2 o 3 pastillitas.

A la media hora estaba que se caía de sueño. Para no tener que llevarla en esa condición a su departamento, le recomendamos que se acostara en la habitación de huéspedes y se quedara a dormir. Obviamente, después de esto, el resto de invitados se despidió y cada cual se fue por su rumbo.

Sergio, los gatos y yo nos acostamos en nuestra habitación. A la hora de haberme quedado dormido me despierto con una sensación de angustia. Lo miro a Sergio y veo que también estaba despierto. Le dije que había tenido una pesadilla, en la cual Claudia se aparecía en nuestra habitación con un cuchillo de cocina y nos apuñalaba como Norman Bates en Psicosis, la había soñado subiendo las escaleras con el cuchillo en la mano y con la música de psicosis.




Sergio me miró muy preocupado, y me dijo: "Yo tuve la misma pesadilla"
Cagamos! pensé

Bajamos sigilosamente a la cocina, recolectamos en un bolso todos los cuchillos a la vista y de los cajones, además de tijeras y cualquier otro instrumento punzo cortante, volvimos a la habitación y cerramos la puerta con llave, medida totalmente inútil, pues nuestra casa es tipo loft, con un gran ventanal en la habitación que da a un descanso de la escalera y que en ese tiempo no tenía vidrio. Prometimos colocar ahí un vidrio como primera medida el lunes siguiente, si llegábamos con vida y no conseguimos conciliar el sueño en todo el resto de la noche.

A las 8 de la mañana, muy diplomáticamente, despertamos a Claudia, le dijimos que íbamos a salir pues teníamos una invitación en la quinta de unos amigos en Pilar (mentira!), tomamos desayuno, la llevamos a su casa y regresamos a casa, a dormir obviamente, desconectando los teléfonos previamente.

Desde esa fecha empezamos a poner distancia con Claudia, hasta que el tiempo se encargo de llevarnos por rumbos totalmente independientes.

2 comentarios:

patricia dijo...

jajajajaja, seguro esta sicopatiando a alguien mas

naty dijo...

conta del crucero.jajajajaja de la que se salvaron