viernes, 5 de diciembre de 2008

Mi gran fiesta de cumpleaños

Dado que mañana es mi onomástico, recordaré una anécdota cumpleañera de mi infancia.

Corría 1972, iba a cumplir mis 8 años, y mis viejos pensaron en organizarme una gran fiesta. Ya habíamos dejado la clase media y habíamos entrado en la categoría de "peruvian new rich", es decir, a mi viejo las cosas le empezaba a ir mas que bien en la fabrica, habíamos terminado de construir la casa y nos acabábamos de mudar ya eramos socios del country club, mi vieja practicaba golf y mi papa se compró un mercedes. Que tul?

Pues bien, en esa época en Perú había un gobierno militar, y el presidente Velazco había empezado una serie de reformas pseudo socialistonas, para terror de la oligarquía vernácula. hasta nos quiso imponer hablar en quechua. "Kausachum Revolución", se gritaba en los mítines del general, "Tawa canal, Limamanta Pacha", decía el canal 4 de Lima, "Ari jurarin"", se juraba a la bandera el 7 de junio. Cada tanto se nos imponía una nueva reforma, la reforma agraria ("la tierra es para quien la trabaja"), la reforma de la educación (aprendamos quechua), la propiedad industrial, los sindicatos con participación accionaria, etc.

Y esto que tenia que ver con mi gran fiesta, dirás? Resulta, que mi viejo tenia un primo, que era coronel del ejercito, a la razón edecán presidencial, el cual hasta nos llevó al palacio de gobierno un domingo y nos hizo un tour por las oficinas del ejecutivo (plus legislativo, pues era gobierno defacto) nacional. Mi vieja tenia una foto mía en la cual estaba sentado en el sillón presidencial y todo. Este primo le había pedido una guita prestada a mi viejo para terminarse la casa y por ende andaba de muy buenas migas con mi papá. Lástima que un año después, cuando mi viejo fallece, hizo la del perro muerto, y como no había pelpa firmado, no había deuda a devolver... pero bueno, volvamos al relato.

Mi vieja compro unas invitaciones re-mononas, parecían tarjetas de crédito con una especie de holograma infantil impreso, mas de 100 invitaciones para mis compañeros de curso y para los de los otros salones del mismo grado, se contrato un mago (pobre, se notaban las palomas que tenia escondidas en los doble fondo), se encargo el lunch (que hoy llamamos "catering") y al llegar el día D fuimos a mi gran fiesta!

En el camino mi viejo bromeo: "Con tanta gente que va a venir hoy, vas a tener muchos regalos, felizmente vamos en dos autos" por que mi vieja tenia el suyo propio también, no es cuestión.

Para gran sorpresa de todos, solo cantaron presente los familiares y allegados mas cercanos. De las mas de 100 invitaciones, solo, y solo un pibe se presento, que es mas, no estaba en mi mismo curso, por ende, casi no lo conocía.

Por que este desaire? se preguntaran. No lo supe inmediatamente. El regreso a casa esa tarde fue muy silencioso. Después entendí bien las cosas, mi viejo, se ve que tentado por su primo, cándidamente aceptó la sugerencia de organizar mi gran fiesta en el Circulo Militar, bastión de los gobernantes socialistoides de ese entonces, sin preveer las consecuencias. Lo cual a los oli-garcas papás de mis compañeros, no debe haberles caído muy en gracia, para enviar a sus prístinos y derechos hijos allí, a la fiesta de sabe Dios que arribista del milico de turno.

Será por eso que no me gusta organizar fiestas de cumple?

Pregunta: Será este trauma alguna vez superable?

1 comentario:

naty dijo...

hay que vida de mierda.... seguro que te quedo el traumo... igual pensa que la gente que esta es la que te quiere
feliz cumple