viernes, 1 de mayo de 2009

El traje delator

En segundo año de secundaria tuvimos el agrado de tener como profesor de Historia a un curioso individuo, llamado Gamaniel Blanco, de unos 50 años, gordo, y bastante desaseado, al cual cariñosamente apodábamos "Moco".

Este apodo se debía a la constante costumbre que tenia nuestro docente de urgarse la nariz con los dedos y extraer de ella algunas secreciones sólidas. Estas secreciones quedaban en sus dedos y mas de una vez a alguno se los transfirió a la carpeta de trabajos prácticos, la cual revisaba religiosamente una vez por mes, siempre al pasar, sin leer una sola línea, tildando cada hoja mientras bostezaba de aburrimiento. El hombre era bastante chanta.

En esos tiempos, en Perú, un juguete muy popular en el verano había sido el "Rascaplaya" el cual se componía de un par de baldes, un cernidor de arena y dos palas. Venia armado a modo de gordito trabajador. Es el numero 10 de la imagen


El Rascaplaya tenia su publicidad en la tele y su jingle, que decía algo así como "Rasca.. rasca.. playa!" Pues bien, Don Gamaniel tenia otra costumbre, que era la de rascarse compulsivamente la zona inguinal. Por esto y haciendo honor al jingle, también lo apodábamos "Rascaplaya"

Un día don Gamaniel nos sorprendió aterrizando en el aula con un traje nuevo, de color azul marino. Era de esos trajes que te compras para un evento importante, si te vas a casar o vas a ser padrino de una boda, y era de los que solo podes usar de noche, por el color y el estilo. Algún evento de ese tipo debe haber tenido, y ya que estaba, decidió usarlo de día para ir a dar clase.

Convengamos que era un gran cambio verlo pasar de sus descoloridos trajes, uno color rosa pálido y el otro color verde moco (alguna vez debió haber sido verde ingles) a un traje de fiesta azul marino. El profesor Blanco entro en la clase, cazo una tiza y se puso a dar alguna lección sobre la conquista del Perú, el virreynato o sabe Dios que.

Lo gracioso fue ver como cada vez que se daba vuelta del pizarrón y miraba a la clase, su pantalón azul nuevo tenia más y más marcas de tiza en la zona inguinal. Rascaplaya se había pasado la hora y media rascándose las bolas mientras nos daba la espalda mientras escribía en el pizarrón, pensando que nadie lo iba a notar, pero el traje azul oscuro terminó delatándolo.

Algún otro docente debe haberle hecho notar las marcas, y desde ese día no volvimos a verlo vestido con el mismo traje. Una lástima, le quedaba bien, a pesar de la tiza a la altura de las bolas.

3 comentarios:

naty dijo...

pobre hombre capaz que era alergico a la tiza y le causaba escamacion en los testiculos.....

Pin dijo...

aja!?!?

la pregunta a la teoria de Naty seria ¿como llegaba la tiza ahi para que le picara justo esa zona?

O.O

Pablo dijo...

Yo tenía un profesor de matemática un poquito más asqueroso que el tuyo, también controlaba las carpetas una vez por mes pero sólo que para firmarlas siempre pedía prestada una lapicera, birome o lo que fuera a alguno de sus pobres alumnos; el tema es que que con el clip, o puntita que tiene el capuchón de la birome este buen hombre extraía el exceso de excresiones de su oído, siiiii, se sacaba la cera; obviamente nadie reclamaba su lapicera después...