domingo, 20 de septiembre de 2009

Año nuevo del 81

En Perú la costumbre de celebrar el año nuevo en una fiesta estaba muy arraigada. A diferencia de la Argentina, donde es una fiesta mas familiar y a no es sino hasta las 2 o 3 de la mañana en que la gente raja para los boliches a bailar, en Perú, la cosa era más formal. Había que reservar lugar en donde querías pasarlo. La fiesta se celebraba con cena, donde no podía faltar el susodicho pavo y el puré de manzana y se bailaba hasta las 6 de la madrugada, hora en la cual levantabas los bártulos y te ibas a dormir.

El año nuevo del 81 fue, a mis 16 años recién estrenados, la primera vez en que participaría de una fiesta de ese tipo... y vaya la fiesta que fue! Por esas épocas frecuentábamos junto a dos de los hermanos Ponz y otros chicos del barrio el departamento de las chicas Alvarado (Claudia y Rocío), en San Felipe. Estas chicas eran dos hermanitas de 18 y 16 años, a las cuales ambos Ponz les estaban revoloteando. Como la mamá de las Alvarado trabajaba hasta las 8 de la noche, la tarde, después del colegio, era mas que propicia para tomar el departamento por asalto, y ahí nos juntabamos todos.

Ese diciembre recuerdo que acababan de asesinar a John Lennon, por lo que su música estaba omnipresente en cualquier radio FM que uno sintonizara. Sandro Ponz y Claudia Alvarado llevaban unos cuatro meses de novios, Mauricio Ponz moría por Rocío Alvarado, la cual acababa de cortar con Jimmy, un pibe onda surfer que vivía en el mismo complejo de edificios. El resto les hacíamos el aguante.

Llegada la fecha de fin de año, las chicas nos avisaron que se estaba organizando una fiesta en una casa de Magdalena, el precio no era caro, y decidimos ir todos los del grupo. Así fue como a las 10 de la noche del 31 de diciembre estábamos los 4 varones de saco y corbata pasando por el departamento de las Alvarado para llevarlas a la fiesta junto a otras dos amigas de ellas.

Pero como dice la ley de Murphy, si algo puede salir mal, saldrá mal... esa noche salieron varias cosas mal.

No bien nos sentamos en la mesa apareció la primera sorpresa de la noche. A dos mesas de distancia de la nuestra estaba Jimmy, el surfer. Entre este pibe y Rocío no dejaban de cruzar miradas, lo que generaba una bronca natural en Mauricio. Los restantes pibes de la mesa tratabamos de mantener a Mauricio calmado, el cual empezó a beber copiosamente.

Era obvio que Rocío sabía que Jimmy iba a estar allí esa noche, y que la idea de ir nosotros con ellas era parte de una gran trama tejida por las chicas para que Jimmy y Rocío volvieran. Si serán maquiavélicas las minas...

Llegado el momento del brindis, vino la segunda sorpresa de la noche. Claudia Alvarado le dio a Sandro la noticia de que estaba embarazada. El pobre Sandro que en esa época tenía solo 18 años quedó blanco como una hoja de papel, e imitando a su hermano menor, se dio de lleno a la bebida. Inmediatamente la noticia del embarazo se esparció por la mesa y todos comentabamos este hecho, salvo Mauricio y Sandro que se dedicaban a tomar mas y mas tragos. Mientras tanto Rocío aprovechó la situación y salió a bailar con su ex novio. La fiesta parecía irse a la mierda, derecho y sin escalas.

Como a las tres y media de la madrugada Mauricio quien ya tenía varios litros de alcohol encima se fue hasta la mesa donde estaban sentados Jimmy y Rocío, le habló a éste en privado y sin que nos diésemos cuenta, salieron los dos del salón. 10 minutos más tarde se acercó un flaco a nuestra mesa y nos avisó que nuestro amigo estaba peleándose en la calle con el otro muchacho.

Obviamente salimos a las corridas. Jimmy, quien era un par de años mayor que nosotros, estaba vapuleandolo a golpes a Mauricio, quien a pesar de la borrachera que tenía, no quería dejarse vencer y apelaba a su amor propio para continuar peleando. Los separamos y nos llevamos a Mauricio al baño para que se recomponga, mientras las chicas de la mesa pedían varias tazas de café para reanimarlo.

Sandro, su hermano, seguía consternado por su incierto futuro de papá primerizo y terminó vomitando su borrachera en el salón, por lo que también nos dio el encuentro en el baño, donde Mauricio pedía a gritos que alguien le consiguiera "un tiro" (una línea de cocaína) para pararse y salir de vuelta a pelearlo a Jimmy, quien obviamente para ese entonces ya se había hecho humo de la fiesta llevándose a Rocío. Carlos y yo tratábamos de devolverle la compostura a ambos hermanos Ponz.

De repente y como para terminar el jolgorio, el dueño de la casa se apersonó hasta el baño y sin que le temblara el pulso nos comunicó que debíamos retirarnos de inmediato de la casa en vista de los desordenes que habíamos ocasionado. Carlos y yo nos miramos como diciendo "nosotros que culpa tenemos de que estos dos armen un escandalo", pero visto y considerando que la orden de desalojo era general, buscamos nuestros sacos por la mesa y nos retiramos con los dos heridos a cuestas.

Después de ese evento, salvo Sandro, los demás dejamos de frecuentar el departamento de las Alvarado en San Felipe. Felizmente para él, quien no quería casarse ni así le diesen una Ferrari de dote, Claudia tuvo durante enero algunas complicaciones y terminó perdiendo el embarazo, oportunidad que Sandro no desaprovechó para hacer mutis por el foro, ergo, desapereció también de la vida de las Alvarado.

En fin, fue un año nuevo de mierda.

2 comentarios:

JoseGala dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
naty dijo...

que vida la tuya.... para cuando el libro????