domingo, 27 de septiembre de 2009

Sesos al natural

Mi vieja siempre contaba esta anécdota que le había ocurrido siendo aún niña. Mi abuela se casó primero con un oficial de la policía del Perú, pero antes de cumplir 10 años de casados se divorciaron. Quedo mi abuela viviendo soltera con su hija, mi tía, cuando conoció a otro oficial de policía, este era de la policía de investigaciones. Se casaron y de este segundo matrimonio nació mi vieja.

Mi abuelo se ve que no era devoto de la fidelidad, por lo que mi abuela le dio forata y se divorció por segunda vez. Hete aquí que reapareció su primer marido, el cual la reconquistó y le ofreció volver a convivir. De esta forma se reunificó la familia.

El General (como mi abuela llamaba a su primer marido, dado que fue el rango que alcanzó antes de retirarse) era de carácter fuerte (el tipo era jodido), pero con mi vieja por lo que se, fue un buen padrastro, estricto, pero bueno.

Un día para celebrar un ascenso en su carrera decidió festejarlo a lo grande y llevó a su mujer y a los dos chicas a almorzar a lo que en ese entonces era uno de los mejores restaurantes de Lima, el Grill del Hotel Bolívar. Estaban vestidos todos para la ocasión, sentados en el lujoso salón de hotel, mi vieja debe haber tenido 12 años, a lo sumo, y cuando el mozo les trajo el menú, se sorprendieron al ver tantos nombres de platos extraños.

A mi vieja le llamó la atención uno de ellos y tuvo la mala idea de pedirlo "Sesos al natural". El General la miró a mi mamá con cara de sorpresa y le preguntó si estaba segura de su elección, mi vieja le dijo que sí, que era eso lo que quería, "bueno -dijo el General- pero te lo comes todo!".

Ese plato, como su nombre lo indica, esta compuesto por una porción de sesos de vaca apenas hervidos, con un acompañamiento de panaché de verduras. Un plato horrible, pero que sonaba importante.

Cuando vino el mozo con los platos...

El plato de mi vieja era unacon la verdura hervida. No bien le dio un corte con cuchillo, de la masa gris de sesos empezaron a manar hilillos de sangre. A mi vieja se le hizo un nudo en el estomago; el General con rostro adusto la miraba y le recordaba que debía comérselo todo.

Estuvieron casi dos horas sentados a la mesa y no se levantaron hasta que mi vieja se hubiese comido hasta el ultimo bocado de los sesos cuasi crudos. Nunca mas en su vida mi vieja tuvo la ocurrencia de pedir algo fashion en un restaurant sin estar segura que podría comérselo, y jamás volvió a comer sesos, en cualquiera de sus presentaciones.

Hoy veo a los chicos que piden cualquier plato, se comen las papas y dejan el pollo, la carne o el pescado, y los padres no les dicen nada, o a lo sumo dicen "se llenó con las papas fritas". Si a alguno de estos pendejos le tocara un padre como el General, estoy seguro que a la segunda vez que no terminaran el plato se llevaban el bife de sombrero.

Eran otros tiempos.

2 comentarios:

naty dijo...

y si eran otros tiempos... yo recuerdo lo mal que me sentia cuando me obligaban comer siertas cosas y es el dia de hoy que ni las puedo ver y como padre uno prefiere concentir y evitarles el pasar por esas situaciones.... si no los malcriamos ahora cuando lo vamos a hacer ????? jajaja

Celina dijo...

acá lo grave es que el que la obligaba a comer era el marido!!!
no me quiero imaginar lo que diría él si ella alegaba que le dolía la cabeza!!!!