sábado, 12 de septiembre de 2009

Nunca más un básico

En mis primeros días de estudiante universitario en la Católica de Lima, andaba yo por el mundo con mi cabeza rapada como todo "cachimbo" que se preciara, mi gorrita y mis cuadernos.

Seguramente te preguntarás que es un cachimbo y por que tenia la cabeza rapada?

Cachimbo se denominaba en esos tiempos a todo varón que aprobaba el ingreso a la universidad. La tradición (que intuyo, hoy debe haber quedado de lado) al momento del ingreso era que, los amigos del nuevo universitario le raparan la cabeza. Así desde finales de febrero y durante marzo veías pulular por las calles de Lima jóvenes con la cabeza rapada. Era todo un símbolo de status, eran estudiantes universitarios. Obviamente para protegerse del sol había que usar una gorra.

Durante la primera semana, todo era nuevo para nosotros los ingresantes. Acostumbrarnos a los horarios, a los prácticos, a usar las bibliotecas, se diría que casi vivíamos en la universidad. Recuerdo que en la primera clase de química con el Dr. Fluker, éste entró al curso donde estábamos congregados unos 200 cachimbos, dio los buenos días y dos sentencias. La primera, que eso no era un circo ni una plaza, por lo tanto, que nos quitáramos los gorros y respetemos el aula. En segundo término nos dijo que no creyésemos que por ser universitarios ahora nos llevaríamos el mundo por delante y que quienes pensaban estudiar y trabajar, abandonaran esa idea. Si estábamos en la Católica no íbamos a tener tiempo para trabajar. Íbamos a requerir no 24, sino 25 horas del día para estudiar. Y tenía razón.

Circulaba por esas épocas unas calcos con el logo de la universidad católica módificado. En el logo original se veía una carabela, cruzando un océano calmo y el lema en latín, "Una luz brilló en las tinieblas"

En las calcos con el logo modificado, la carabela enfrentaba un mar embravecido, tenia las velas agujereadas, un rayo estaba por caerle encima y un par de buitres sobrevolaban el navío. El lema había sido reemplazado por la frase que Dante indicaba que estaba escrita en las puertas del infierno "lasciate ogni speranza voi ch'entrate", es decir, abandonen toda esperanza aquellos que aqui ingresen.

Mis horarios eran bastante salteados, por lo que dos o tres veces por semana estaba casi todo el día dentro del campus. En él habían 3 cafeterías/comedores: "central", "el ruso" y "artes". Los primeros días yo iba a almorzar a la cafetería central, la más grande. La federación de estudiantes había acordado con la universidad que la empresa que ganara la concesión de esta cafetería debía ofrecer un "menú básico" a un precio realmente barato, creo que era el equivalente a 1.5 dólares. Ese menú consistía de un plato principal, jugo o agua, un bollo de pan y una gelatina o flan.

Habré pedido el básico a lo sumo 3 veces. Era horrible. El arroz era de la peor calidad, granos partidos y con gorgojos o piedritas. El pollo o la carne que acompañaban al arroz eran porciones mínimas, el jugo era agua con colorante (ni sabor tenía) y la gelatina no me explico como se congelaba de lo rebajada que estaba.

Como experiencia, solo puedo comparar esa cafetería a la que se ve en las películas yanquis, de los comedores de las prisiones. Mucho acero inoxidable, platos, vasos y cubiertos plásticos y una calidad de atención idéntica a la de los guardiacarceles.

El último día que pedí un básico recuerdo que ofrecían arroz con mariscos. El arroz era tal cual el de los días anteriores, incomible. Y los mariscos venían en un masacote insulso de color rosa pálido, donde no podías saber si dentro habían calamares, machas, ostras, o que. Lo probé y lo dejé. "Nunca más un básico" me dije, y lo cumplí. Nunca más volví a la cafetería central tampoco.

Si no me equivoco, allí empecé a odiar a las machas, cosa que posteriormente confirmé en ocasión del campamento a cerro azul, al cual ya me referí (http://absolutemandrin.blogspot.com/2009/02/campamento-en-cerro-azul.html)

Las alternativas que quedaban eran las otras cafeterías. La de artes, era cara, aunque servían unos sandwiches triples "mostros" de palta, huevo duro y pollo. Recuerdo haber almorzado allí más de una vez viendo al pasar algún partido del mundial de España 82. Como era chiquita, la cafetería siempre estaba llena de gente, pero era "cool", con mucha onda hippona. La gente que estudiaba artes en la Católica era gente rara. Imaginen una troupe de 6 u 8 "Martas Minujines" de veintipico años comiendo a tu lado. Iban caminando con sus overoles manchados de pintura, sin remeras, cabelleras largas y una cara de haber desayunado con dos porros con huevo frito...

Otra alternativa era "El ruso". Nunca supe por que le llamaban así, ya que los que lo atendían tenían más genes de cholo peruano que de cosaco ruso o de judío sefaradí. El ruso era más popular, sin llegar a ser el comedor carcelario que era el central. Aunque vendían mas que nada café, snacks, gaseosas y sandwiches. Recuerdo una anécdota que ocurrió en una de sus mesas. Uno de los muchachos estaba jactándose de su gran miembro viril, y una de las chicas del grupo, rápidamente le dijo "Bueno, ponlo sobre la mesa para sopesarlo...". Así era el ambiente de "El ruso".

Un día un amigo nos comentó que fuera de la universidad, cruzando la avenida, había "una casa verde" donde servían comida, de buena calidad y precios accesibles. Fuimos a averiguar y era cierto. La casa había sido transformada en restaurant, y lo que alguna vez fueron habitaciones tenían mesas y sillas. El menú era variado, siendo el plato top, el arroz a la cubana, con porotos, salchicha, panceta y banana frita.

Dentro del menú estaba uno de mis platos preferidos, el arroz con porotos y "apanado", que es la versión peruana de la milanesa. Era casi como comer en lo de mi abuela. Comida bien sazonada y porciones generosas. Desde ese día, Gerardo, Lucho, Jorge, Julio y yo nos volvimos habitués del lugar.

Existirá todavía?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Los cachimbos aun existen y se siguen llamando asi, se les sigue cortando el pelo tambien, incluso a algunas mujeres de Ingenieria, aunque solo por mechones. Lo que si ha cambiado es que los ingresos son en masa por academias, algo que si bien existia en mi tiempo, era mas individualizado. Los cachimbos de artes, han de pasar un bautizo bastante degradante y sin posibilidad de evitarlo. Habian mas cafeterias, una en Letras a las que los de Ingenieria no ibamos, por no permitir estar mucho tiempo sentado en las mesas, solo el tiempo para comer y otra pequeña en el pabellon de Ingenieria, solo para los de la Facultad.
Era famoso en la cafeteria de Artes, el sandwich completo y la hamburgesa royal, seguro que te acuerdas.
El ruso se llamaba asi, porque su nombre era sencillamente imposible de pronunciar, en quechua claro...
La historia que refieres por: "entonces, ponlo sobre la mesa" la protagonizo la popular Techy con Charlie Flowers, quien se vangloriaba de tener un 'arma ventrix' elongada, cosa que no me consta pero era parte de sus argumentos para convencer a posibles niñas y convertirlas en 'ninfomanas' como el acostumbraba a referirse acerca de sus atributos.
Ella era de Trabajo Social, una nueva facultad a fines de los 70s donde se juntaban chicas de 'medio pelo' y por lo tanto, suponiamos faciles para nuestros bajos instintos, me refiero a aquellos de 'la cintura para abajo' parafraseando a Fitito.
Pacho

JoseGala dijo...

Los cachimbos aun existen y se siguen llamando asi, se les sigue cortando el pelo tambien, incluso a algunas mujeres de Ingenieria, aunque solo por mechones. Lo que si ha cambiado es que los ingresos son en masa por academias, algo que si bien existia en mi tiempo, era mas individualizado. Los cachimbos de artes, han de pasar un bautizo bastante degradante y sin posibilidad de evitarlo. Habian mas cafeterias, una en Letras a las que los de Ingenieria no ibamos, por no permitir estar mucho tiempo sentado en las mesas, solo el tiempo para comer y otra pequeña en el pabellon de Ingenieria, solo para los de la Facultad.
Era famoso en la cafeteria de Artes, el sandwich completo y la hamburgesa royal, seguro que te acuerdas.
El ruso se llamaba asi, porque su nombre era sencillamente imposible de pronunciar, en quechua claro...
La historia que refieres por: "entonces, ponlo sobre la mesa" la protagonizo la popular Techy con Charlie Flowers, quien se vangloriaba de tener un 'arma ventrix' elongada, cosa que no me consta pero era parte de sus argumentos para convencer a posibles niñas y convertirlas en 'ninfomanas' como el acostumbraba a referirse acerca de sus atributos.
Ella era de Trabajo Social, una nueva facultad a fines de los 70s donde se juntaban chicas de 'medio pelo' y por lo tanto, suponiamos faciles para nuestros bajos instintos, me refiero a aquellos de 'la cintura para abajo' parafraseando a Fitito.
Pacho

AbsoluteM dijo...

Efectivamente Pacho, existian también esas dos cafeterias, aunque yo a la de Letras no iba por que me quedaba en la otra punta del campus.

Y lo que también es cierto es la anecdota de Techy y de las trabajadoras sociales. Jajajaja.

Que memoria!

naty dijo...

y a que facu vas ahora????? por la pelada....digo jajaja