sábado, 19 de septiembre de 2009

Shana Tova

Ayer empezó el Rosh Hashanah, que es la fiesta del año nuevo judío. Una vez participé de esta celebración; he aquí mi relato de lo que en esa oportunidad sucedió.

Por alguna extraña razón mi vieja siempre tuvo entre sus mejores amigas gente de la colectividad judía. participó de bodas, bar mitzvahs y todo tipo de ceremonias. Supongo yo que en alguna encarnación previa mi vieja debió haber sido un rabino o algo parecido. Pues bien, cuando yo estaba por cumplir 17 años, una familia judía amiga nos invitó a todos nosotros a celebrar con ellos Rosh Hashanah.

Yo no tenía ganas de ir, pero, obligado por mi vieja, debí ceder. El templo quedaba a solo 2 cuadras de mi casa, así que el día fijado, a las 6 y media de la tarde, fuimos para allá. Nos encontramos con esta familia en la puerta y ahí nos separamos. Las mujeres (mi vieja, su amiga, la hija de esa señora y mi hermana) se fueron por un costado, y los varones (el marido de esta señora, mi hermano y yo) fuimos por otra puerta a prepararnos. En una mesa habían un montón de kipás que es el gorrito redondo que usan los judíos. Mi hermano y yo que no poseíamos kipá propio tomamos uno cada uno de allí. También habían libros de oraciones en esa mesa y debimos tomar uno cada uno.

Para el que no sabe, estos libros están escritos totalmente en hebreo y se leen de derecha a izquierda. Como yo no sabía en ese entonces (ni ahora) leer hebrero, no se para que me dieron el libro? pero sí se que me pasé toda la ceremonia simulando seguir las oraciones al menos, imitando lo que hacían los demás.

Entramos a la sinagoga propiamente dicha y vi al costado, en el sector de mujeres a mi vieja y hermana ya acomodadas. Nos ubicamos nosotros y esperamos que se inicie la ceremonia. Recuerdo que todos murmuraban en hebreo lo que leían en los libros (que mi hermano y yo simulábamos leer) e imitábamos todas las acciones. Nos sentábamos cuando la gente lo hacía y nos parábamos cuando los otros se paraban.

Intuía que todo el mundo me miraba y se daba cuenta que no tenía la mas leve idea de lo que estaba haciendo, por que era sapo de otro pozo. Se tocó cuatro veces creo, el shofar, que es una especie de trompeta hecho con el cuerno de una cabra y no mucho mas. Agradecí cuando llegó el final de la ceremonia, por que sinceramente, no entendía nada.

Fue la experiencia mas parecida que se me puede ocurrir a actuar en una obra de teatro, sin saber el guión ni el idioma en el que hablan los actores. Totalmente surrealista.

Al salir del templo devolvimos la kipá y el libro y me sentí mas aliviado, aunque ahi nomás en la puerta estaba todo el mundo dándose la mano o abrazándose, diciendo "Shaná Tová", . Como 100 personas que yo no conocía me dieron la mano y me dijeron "Shaná Tová", que debía hacer yo? Contestar "lo mismo le deseo", "igualmente", "que la recontra, por las dudas", "la tuya!"? Después me explicaron que Shaná Tová significa feliz año

De ahí nos fuimos a la casa de esta familia donde nos aguardaba una opípara cena, hecha toda en base a platos judíos, bastante ricos. La mesa estaba puesta como para que comieran 20 personas, cuando en realidad eramos solo 7.

Durante esa cena me enteré que a la semana siguiente se celebraba el Yom Kippur o día del perdón, y que al final de la ceremonia, después de un día de ayuno, se hacía otra cena similar, a la que obviamente nos estaban invitando.

Llegado ese día, discutí con mi vieja, quien se negaba a aceptar mi negativa a ir nuevamente. Le expliqué que no tenía ningún interés en hacer papel de monigote. No fui y creo que mi vieja nunca me entendió, por que estuvimos distanciados sin hablarnos unos 4 días.

Shaná Tová

2 comentarios:

naty dijo...

no habra sido ahi donde te contagiaste de la erupcion ???? no le des la mano a cualquiera...

Pablo dijo...

Me imagino la incomodidad de la situación, a mi me pasó exactamente lo mismo pero en una iglesia católica cuando tenía unos 15 años, lo terrible es que vengo de una familia teóricamente católica, lo único que sabía era el padre nuestro, y hasta ahí nomás....