domingo, 15 de marzo de 2009

El soldado filósofo

Cuando todavía existía el servicio militar obligatorio, los pibes que salían sorteados para la conscripción y que estaban estudiando en la universidad tenían la opción de pedir la prórroga por estudios, la cual se renovaba año a año mostrando la libreta universitaria donde figurasen las materias que se iban aprobando cada anio. Al terminar los estudios, se debía hacer la conscripción indefectiblemente.

Un amigo mío, en 1986, se había recibido de licenciado en filosofía, pero como había pedido la prorroga, a los 26 años tuvo que ir y hacer la colimba en el ejército como cualquier pibe de 18 que hubiera salido sorteado. Esta situación generó que le cayera el apodo de "Soldado Filósofo"

Era una situación de por sí bizarra. Su compañía estaba liderada por un cabo, que a duras penas había terminado el secundario., Este cabo entre los soldados a su mando tenía un chabón que leía griego y latín y que había hecho su tesis de grado analizando unos postulados de Kierkegaard.

El ejercito, que para estos casos siempre se daba maña, usaba médicos recibidos en los hospitales y centros de salud, ingenieros recibidos en los cuerpos técnicos, contadores, analistas de sistemas y licenciados en administración en los cuerpos de intendencia, pero, que hacía con un filósofo? No existía un Cuerpo de filósofos del ejercito. Y de existir, que harían? estarían todos en un gran salón discutiendo si la guerra trae beneficios o si es ético matar o invadir otro país? No lo veo.

"Terminando la instrucción me largan", pensaba él. "Juro la bandera el 20 de junio y a la semana estoy afuera. No tiene sentido tener un filósofo en el ejercito, es al pedo que me retengan".

Contra todo pronóstico, en el ejercito, al soldado filósofo le encontraron una actividad, lo mandaron de docente al liceo militar de Córdoba. Allí les ensañaba a los alumnos de 5to anio sobre Platón y Sócrates. Y si bien, esto lo beneficiaba al poder regresar diariamente a su casa y no tener que hacer guardias ni imaginarias, ni nada de eso, tenía su lado negativo, ya que como docente, no lo podían largar a mediados de año, y por lo tanto se debió quedar de conscripto hasta después de tomar los exámenes de marzo del año siguiente, fecha en que recibió la tan ansiada baja. Lo que se dice, lo cagaron mal!

1 comentario:

naty dijo...

con lo que me gustan los uniformes... hubiera estudiado mas si mis profesores hubieran tenido 26 anos y uniforme militar....