Viajar en colectivo

Viajar en colectivo es un embole.

Primero tenes que tener las monedas necesarias para viajar, cosa difícil en estos tiempos, llegar a la parada, ubicar tu billetera en algún lugar seguro para evitar que te la afanen, verificar que no lleves cadena ni reloj a la vista y esperar que pase el susodicho medio de transporte, una vez arriba, lo mas común es no encontrar asientos, ya que cada vez hay menos.

No se... cuando era joven, los colectivos venían siempre con filas de a uno de un lado y filas de a dos asientos del otro. Hoy entre los asientos para embarazadas, los reservados para ancianos, el espacio reservado para silla de ruedas, el motor, las dos puertas de bajada, a duras penas tenes 6 o 7 asientos para sentarte, y nunca están libres, por lo menos apenas subis.

Empieza la selección de donde te podes llegar a sentar. vas viendo las caripelas y por ahí te parece que la vieja esa que lleva 3 bolsos en cualquier momento se va a bajar, por lo tanto vas hasta ese lugar y entras a competir por quedar bien posicionado para cuando la vieja con cara de no garchar hace meses se levante. Pero en eso te das cuenta que otro flaco ya le echó el ojo a la herencia de la vieja (osea al asiento) y empezas sutilmente a desplazarlo con el cuerpo. Digo sutilmente por que sino pareciera que te lo queres levantar al otro.

Una vez que la vieja se levanta, cuando intentas tomar por asalto el asiento, siempre surge una mina con un nene en brazos que saliendo de la nada te obliga a cederle el asiento.

Mientras tanto entre acelerada y frenada, los semáforos y el tráfico, el viaje se va a haciendo muy tedioso. Gracias a Dios existe el MP3, así que ya desde la parada podes ir escuchando música y mitigar el efecto estresante.

Y para bajar? otra odisea. Sobre que va lleno, intentas llegar a la puerta y siempre tenes una tarada que esta en el medio del pasillo impidiendote el paso.

Como dije, un embole

Una vez en Miami, necesitaba alquilar un coche, y me tomé un colectivo desde North Miami (donde estábamos alojados en casa de un amigo) hasta el downtown y de ahí otro hacia el aeropuerto. En la parada estuvimos 25 minutos, cuando llego el "bus" subimos, y para nuestra sorpresa había asientos y aire acondicionado (claro, cada viajecito te costaba 2,50 dólares y en una ciudad donde para todo necesitas un auto, no te extrañe que el colectivo sea un articulo suntuoso). El viaje era a 20 millas por hora, no mas, por lo que tardamos más de media hora para cada tramo, mas o menos. Lo se por que tenias una pantallita que te mostraba la velocidad. Otra cosa, del bus eramos los únicos que teníamos la piel blanca, todos eran morochos, sin excepción.

En un momento el colectivo se detuvo en una parada, el chofer paró el coche completamente, toco unas palancas e hizo bajar una rampa, se bajó y entró empujando una anciana en una silla de ruedas, la cual acomodo en el espacio reservado para sillas de ruedas y la ató. La maniobra duró unos 5 minutos y nadie se quejó ni miraba el reloj, ni mostraba fastidio por el minusválido que les hacía demorar el viaje más de la cuenta.

Después de arrancar y como a las 30 cuadras, ante un requerimiento del minusválido, paró nuevamente, fue hasta la silla de ruedas y la ató mejor (se ve que el minusválido le dijo que estaba suelta la silla). Nos bajamos antes de tener que observar los 5 minutos de maniobra para bajar la silla de ruedas.

Imaginate ese servicio acá en Buenos Aires. No te lo podes imaginar? Yo tampoco.

Todo esto me hace recordar lo que le pasó a una amiga cuando regresaba de la escuela a su casa, hace algunos años, en colectivo. Ella iba a sus 16 años, con su pollerita de uniforme escolar provocando al mundo, y vaya a ser por que el colectivo estaba lleno o por pura fiaca, en lugar de ir hacia la puerta de atrás, se acercó a la de adelante y con esa vocecita dulce le dijo al conductor:

- Parada chofer...
- La tengo parada desde que subiste nena, le contestó el profesional del volante

Mi amiga se bajó avergonzada y desde ese día nunca le pidió nada a un chofer de colectivo.